Hace ya varios días que se presentó un interesante objetivo de Sigma: el Apo 50-150 mm f/2,8 EX DC HSM.
A buen seguro habéis leído acerca de el, pero no por eso debo obviar esa nueva incorporación a la completísima lista de objetivos Sigma, la mayoría de ellos ofrecidos en una gran variedad de monturas.
Este objetivo “DC”, destinado a las cámaras con captores de tipo “APS-C”, tendría sobre ellas focales equivalentes a aproximadamente 75-225 mm, y si se llegase a comercializar en montura para el protocolo 4/3, sus focales equivalentes serían no menos interesantes: 100-300 mm. Puesto que el nuevo objetivo es compatible con los teleconvertidores Sigma 1,4x EX DG y 2x EX DG Apo… podéis “echar cuentas”… pero los nuevos puntos de partida, antes de calcular “equivalencias” serían un 70-210 mm f/4 y un 100-300 mm f/5,6. Desde luego me parece más interesante la combinación con el teleconvertidor 1,4x, pues la mayoría de los sistemas de autoenfoque comienzan a encontrase al límite de posibilidades ya a f/5,6.
Pero claro, la auténtica “guinda” la ponen su abertura constante de f/2,8 y sus dimensiones de tan solo 13,3 cm de largo (según monturas) para 7,6 de ancho, con una rosca para filtros de Ø 67 mm. Además, por si fuera poco, una distancia mínima de enfoque de 1 m, a todas las distancias…
¿Quien nos iba a decir, en los años sesenta, que podríamos gozar de semejantes parámetros y además con calidad de imagen?
El peso, eso si, no es bajo: 770 gramos. Pero tiene su justificación y es que el vidrio óptico (el “cristal”, en óptica, es otra cosa) pesa lo suyo, y este objetivo, para cumplir con los parámetros anteriormente citados, utiliza nada más y nada menos que 18 lentes repartidas en 14 grupos.
De esas lentes, cuatro de ellas son de vidrio de dispersión baja especial (SLD), con objeto de reducir a un máximo las aberraciones cromáticas.
Debido al elevado numero de lentes –me parece contar 28 superficies aire/vidrio– se ha trabajado mucho al parecer sobre los tratamientos antirreflejantes, a fin de evitar “flare” y otros problemas por luz parásita.
El motor de enfoque incorporado, HSM, de tipo ultrasónico, ofrece autoenfoque y enfoque manual en todo momento.
Otro importante esfuerzo se ha realizado en el aspecto del diafragma: al dotarlo de nueve palas, se consigue una abertura muy circular, con lo que la belleza de las áreas desenfocadas –el bokeh– de la imagen será más armónico.
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