Sueño que hablo con una máquina. Sé que es algo inducido, claro, por la cantidad de personas que veo a diario hablando con sus móviles o con sus mascotas. Gente incluso hablando con ella misma o rezando ante una imagen de un hombre crucificado. Así que hablar con una máquina es algo corriente, nada extraño. En el sueño le digo que quiero una foto. No dice nada. Le especifico que quiero una foto de una bajamar donde la retirada del agua marina deje curiosos diseños en la arena. La máquina me dice que espere un momento y en cuestión de segundos me ofrece una imagen mucho mejor de las que yo he realizado a lo largo de cuarenta años. © Fernando Puche La imagen me gusta tanto que continúo con la conversación. Es verdad que se trata de un diálogo un tanto atípico, desigual: yo hablo mucho más mientras que ella me responde sobre todo con imágenes. Le digo que quiero una foto del fondo oceánico más profundo del planeta. Vuelve a decirme que tenga paciencia y al cabo de medio minuto me mue...
Un espacio de Valentín Sama, sobre Fotografía. Desde 2004