No, no voy a hacer una apología sobre la importancia de unos buenos tragos de whisky para la inspiración artística, aunque sé y reconozco que a veces no vienen mal. Tan sólo pretendo reflexionar sobre la importancia de los maestros en nuestra evolución cómo profesionales, creadores o artistas. © Fernando Marcos Desde un pequeño pueblo de la provincia de Burgos, a muchos kilómetros de la capital, mi trabajo diario como pastelero se interponía con mi pasión por la fotografía. Sólo me dejaba libre los domingos por la tarde y los lunes para dedicarme a ella. No eran muchas horas, pero, si sumamos las noches en el laboratorio, conseguía aprovechar bastante el tiempo. Cualquier acción para adquirir material, libros o revelar carretes requería un largo viaje de ida y vuelta a la capital, a la tienda de mi amigo Julio «Lumen» . Las fuentes de aprendizaje eran las que muchos de ustedes conocerán: los libros de Langford, Freeman, Hedgecoe, y, por supuesto, las revistas de fotografía, entre ...
Un espacio de Valentín Sama, sobre Fotografía. Desde 2004