En 1980, una mañana del mes de julio llegué a la estación Termini de Roma. Era mi primer viaje a esa maravillosa ciudad. Después de haber encontrado un alojamiento acorde a mis finanzas me dirigí al Museo Vaticano que abría muy temprano. Recuerdo que una chica pelirroja me adelantó a toda velocidad por aquella calle, y yo me pregunté el por qué de tanta prisa. Llegué al museo y creo que saqué mi carnet de estudiante y entré. No había colas, solo algunas personas. Me encontré con Ann, la chica pelirroja, que se dirigió a mi para mostrarme una de las momias egipcias. Aquellos días descubrí una ciudad que quedó grabada en mis recuerdos. Caminé por el Foro Romano como si fuese una calle más de la ciudad, entré en el Coliseo libremente, sin entrada ni control, y así mismo en el Panteón de Agripa. Ese recuerdo para mí fue imborrable. Volví en 1993 para fotografiar a Valentino; y he vuelto en el pasado mes de mayo, aquella ciudad de la cual yo me enamoré, se ha convertido en algo completament
Con motivo de la celebración de vigésimo aniversario de este blog «Acerca de la Fotografía» , repasé algunos de los productos más relevantes –especialmente cámaras– que fueron introducidos en ese año 2004, el de inicio de este medio. Así, recordé a las Nikon F6 , Zeiss Ikon ZM , Olympus E-300 y Epson RD-1 . Todas ellas están fuera de producción hoy día y tuvieron éxito muy dispar; las dos últimas tuvieron corta vida, la Nikon F6 –una fílmica, para mi, «sin alma»– se ha mantenido en producción hasta muy poco por pura y loable cabezonería de la firma, y la Zeiss Ikon ZM, nunca dejó de ser una «wanabee» , y no consiguió competir de «tú a tú» con Leica tal como era la intención de sus creadores; y sin embargo hoy por hoy, en «pre-owned» esa cámara japonesa fabricada por Cosina alcanza precios dignos de los de las cámaras de Wetzlar. © Valentín Sama Azuzado un poco por la nostalgia –debo reconocerlo– rebobiné aceleradamente hasta el entorno del año 1954 en el que yo comenzaba a tomar foto