Captar lo que gusta o parece más interesante sería la meta de cualquier fotógrafo. Y para ello uno ha de enfocar su atención sobre lo que entendemos que podría dar lugar a una imagen trascendente. Sería como una cierta necesidad de plasmar esa «visión» que hemos tenido y que deseamos trasladar a un soporte físico. Pero con una salvedad que es bueno conocer: los límites de lo que podemos percibir son los límites de nuestro particular universo; por eso una persona no fotografía el mundo: fotografía «su mundo». Con el hecho de tener una visión me estoy refiriendo a la acción de elegir un trozo de realidad e imaginar cómo quedaría convertida en fotografía (sin olor, sonido o textura). Al hacer una foto de algo relevante entendemos que eso que vemos se trasladará al papel (o a la pantalla) de tal manera que «producirá» una buena fotografía. Decidir qué es una buena fotografía es un debate que lleva años y nunca termina de resolverse del todo. Los criterios varían en función de cada épo...
Un espacio de Valentín Sama, sobre Fotografía. Desde 2004