Hay artículos o “posts” que uno se piensa más de una vez antes de escribirlos. No: no es por lo políticamente correcto o no, ni se trata de un tema delicado...
Acostumbrado a que se entresaquen partes, párrafos de un contexto y se juzgue exclusivamente en base a ello algo que tiene un desarrollo más complejo tampoco es el riesgo mayor a estas alturas...
Parecer “anticuado” al defender el evitar cambios inútiles, tampoco...
Parecer pedante... bien, como soy “profe”, tengo que asumir ese riesgo a diario...
Quizá hacer perder el tiempo a los demás, eso si podría preocupar.
Pero ya hace tiempo que me apetece hablaros de “lentes” y el detonante ha sido tener que trabajar sobre unas notas de prensa en las que la palabra “lente” utilizada para referirse a un objetivo es algo recurrente, folio tras folio.
Ya se que este tema no solo se ha discutido con anterioridad sino que “se me ha discutido”, pero yo, erre, que erre.
Quizá sea porque no solo soy óptico sino porque he ejercido de óptico profesionalmente durante 17 años y en cierta forma sigo ejerciendo, tengo muy claro lo que es una lente, y lo que es un objetivo.
Un objetivo Leica Digital
fabricado por Panasonic: seis... lentes
Existen palabras en inglés que gozando de la disponibilidad de una palabra perfectamente equivalente en español se emplean en inglés... quizá porque resulta más “in”, y entre las fotográficas están, por ejemplo, “crop” (por “recorte”), “grip” (por “empuñadura”)...
Pero además, existen muchas maneras de traducir mal el inglés. Entre ellas está el traducir “actualmente” a partir de “actually” (en lugar de “en realidad”) y por supuesto traducir “lente” a partir de “lens”, cuando de lo que estamos hablando es de... un objetivo.
¿Por qué caer en el error? ¿Por qué empobrecer el concepto?
Supongo que por la misma razón que se nos quiere imponer la palabra “evento” (“eventualidad, hecho imprevisto, o que puede acaecer”) por algo que está perfectamente previsto y programado y que es ciertamente un “evento” solo en la acepción de determinados países latinoamericanos.
Por modas o por mera colonización verbal.
¿Un objetivo compuesto quizá por 11 grupos a partir de 15 lentes, de las cuales unas serán quizá ED, otras aesféricas, otras de vidrio de dispersión anómala, algunas talladas, otras de vidrio moldeado, determinadas híbridas vidrio-acrílico y una posiblemente tallada en cristal de fluorita y cada una de ellas quizá con un multirrevestimiento específico... merece ser llamado “lente”?
No en mi opinión, no en mi diccionario.
Y otro día, podemos hablar de “cristal” y de “vidrio”...
Un objetivo Leica M, compuesto
por.... 8 lentes, hace incidir sus rayos de luz sobre las microlentes
del captor de una M8
Acostumbrado a que se entresaquen partes, párrafos de un contexto y se juzgue exclusivamente en base a ello algo que tiene un desarrollo más complejo tampoco es el riesgo mayor a estas alturas...
Parecer “anticuado” al defender el evitar cambios inútiles, tampoco...
Parecer pedante... bien, como soy “profe”, tengo que asumir ese riesgo a diario...
Quizá hacer perder el tiempo a los demás, eso si podría preocupar.
Pero ya hace tiempo que me apetece hablaros de “lentes” y el detonante ha sido tener que trabajar sobre unas notas de prensa en las que la palabra “lente” utilizada para referirse a un objetivo es algo recurrente, folio tras folio.
Ya se que este tema no solo se ha discutido con anterioridad sino que “se me ha discutido”, pero yo, erre, que erre.
Quizá sea porque no solo soy óptico sino porque he ejercido de óptico profesionalmente durante 17 años y en cierta forma sigo ejerciendo, tengo muy claro lo que es una lente, y lo que es un objetivo.
Un objetivo Leica Digital
fabricado por Panasonic: seis... lentes
Existen palabras en inglés que gozando de la disponibilidad de una palabra perfectamente equivalente en español se emplean en inglés... quizá porque resulta más “in”, y entre las fotográficas están, por ejemplo, “crop” (por “recorte”), “grip” (por “empuñadura”)...
Pero además, existen muchas maneras de traducir mal el inglés. Entre ellas está el traducir “actualmente” a partir de “actually” (en lugar de “en realidad”) y por supuesto traducir “lente” a partir de “lens”, cuando de lo que estamos hablando es de... un objetivo.
¿Por qué caer en el error? ¿Por qué empobrecer el concepto?
Supongo que por la misma razón que se nos quiere imponer la palabra “evento” (“eventualidad, hecho imprevisto, o que puede acaecer”) por algo que está perfectamente previsto y programado y que es ciertamente un “evento” solo en la acepción de determinados países latinoamericanos.
Por modas o por mera colonización verbal.
Una lente puede ser de muy diversas formas y tipos, pero es un elemento único que puede asociarse con una u otras lentes para formar grupos (si están pegadas). La asociación de varias lentes (separadas por aire) o adheridas entre sí por bálsamo del Canadá o por adhesivos acrílicos más modernos es –en mi opinión– una entidad de orden superior, un objetivo ( o un ocular, pero esa es otra historia).
¿Un objetivo compuesto quizá por 11 grupos a partir de 15 lentes, de las cuales unas serán quizá ED, otras aesféricas, otras de vidrio de dispersión anómala, algunas talladas, otras de vidrio moldeado, determinadas híbridas vidrio-acrílico y una posiblemente tallada en cristal de fluorita y cada una de ellas quizá con un multirrevestimiento específico... merece ser llamado “lente”?
No en mi opinión, no en mi diccionario.
Y otro día, podemos hablar de “cristal” y de “vidrio”...
Un objetivo Leica M, compuesto
por.... 8 lentes, hace incidir sus rayos de luz sobre las microlentes
del captor de una M8
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