Hacer pruebas y pruebas comparativas, no solo es libre sino que puede resultar divertido.
En todo caso, parece que sería deseable una cierta claridad de criterios a la hora de plantear las pruebas por parte del que las lleva a cabo, expresando inequívocamente los parámetros de las mismas. Ello debería ir acompañado, por parte de los que lean dichas comparativas, de una no menos clara y profunda lectura de las mismas, a fin de no extraer conclusiones definitivas que corren el riesgo de adolecer de superficialidad, y que se tienden a propagar por la red de forma vírica.
Por supuesto, debemos asumir que somos seres imperfectos que vivimos en un mundo imperfecto, y por mi parte, lo que sigue, son –desde luego– meras opiniones, absolutamente discutibles.
Y resulta indiscutible el prestigio del portal Luminous Landscape, y de Michael Reichman (en adelante, MR), pero quizá por eso mismo, y tras mucho pensarlo, me tomo la libertad de discrepar con algunos de sus más recientes puntos de vista. Todo comenzó con su comparativa entre una Canon G10 y una Hasselblad HS, dotada de un respaldo Phase One P45+, pero se ha concretado con su análisis de la nueva G1 de Panasonic, y su relación con el formato Cuatro Tercios .... así que comenzaré con esto último.
Como bien es sabido, la nueva Panasonic G1 representa una evolución del sistema “Cuatro Tercios” (FTS) hacia una nueva generación de cámaras con óptica intercambiable y de visor electrónico (“EVIL”), liberadas del sistema réflex tradicional, el nuevo estándar denominado “Micro Cuatro Tercios” (MFTS).
Pues bien: en el comentado análisis de la G1, MR comienza diciendo, en traducción libre …”Los lectores habituales recordarán que, desde su concepción, no he sido precisamente un gran “fan” del formato Cuatro Tercios”…
Nada que objetar, por mi parte.
Y sigue: …”Escribí que, personalmente, contemplaba el el formato Cuatro Tercios como un callejón sin salida desde el punto de vista de su evolución. La razón para esta actitud es que las cámaras en si mismas no eran mucho más pequeñas que aquellas de sensor de tamaño reducido (APS-C)”…
Sigue MR razonando que el resto de los fabricantes ha ido produciendo cámaras más y más pequeñas, y que por lo tanto la ventaja de tamaño no se ha mostrado relevante.
Igualmente, MR hace referencias a que el uso de un sensor más pequeño (sic) que el del APS-C es por cuestiones económicas de los costes de los sensores y su evolución en el tiempo en este sentido.
Cuando llega a las ópticas, MR comenta: …”Los objetivos para el Cuatro Tercios mostraron ser algo más pequeños, pero por razones probablemente solo conocidas para Olympus, los (objetivos) realmente buenos, son, por lo general, más caros que los comparables de otras marcas”…
Tras diversos argumentos, MR decanta su opinión en el sentido de que …”no han conseguido posicionar (Olympus) el nuevo formato de ninguna manera convincente”…
Si cuando, personalmente, llegué a leer la cuestión del tamaño de las cámaras, ya pensé que el respetado MR erraba, al llegar al párrafo anterior, llegué a la conclusión de que MR es humano, y que –en lo que se refiere al Cuatro Tercios– y siempre en mi modesta opinión, no anda muy centrado, si bien no es menos cierto que no es el único. Su comentario final en el sentido de que …"no sabe si la G1 de Panasonic emplea un captor de Panasonic o uno de Kodak"… me hace pensar que su nivel de posible despiste en lo que se refiere a Panasonic, Japón y el "bushido" puede correr parejo con el que parece adolecer –en mi opinión– respecto al FTS...
Para comenzar, el formato utilizable del FTS no es mucho más pequeño que el de un APS-C, y ello sin entrar en disquisiciones de que ni siquiera existe una norma para ese concepto APS-C y que cada fabricante opta por tamaños y proporciones distintas. Desde el punto de vista de formatos de monitor, tamaños habituales de papel, etc., el FTS parece ser más racional en proporciones que el 3:2 y el 16:9, aunque en este aspecto se ha argumentado, con bastante lógica también lo contrario.
¡Pero es que simplificar, banalizar el concepto del FTS a una cuestión de tamaño es errar el blanco por completo! Y además, resulta curioso constatar que se trata de un error muy extendido, por desconocimiento, quizá de ciertos aspectos de límites de diseño, óptica y producción.
Señores: el concepto FTS es un concepto de equilibrio. De equilibrio entre límites de calidad de imagen en el “ballet” que debe bailar la óptica con el sensor, de límites de la calidad y formato de impresión final que realmente necesita producir un fotógrafo (2), y solo en último lugar, de límites de peso y dimensiones de los equipos para producir esa calidad de imagen. Hay más cosas, pero parece claro que es en el punto clave de la óptica donde a MR le faltan datos, cuando hace referencias a que …”por razones probablemente solo conocidas para Olympus, los (objetivos) realmente buenos, son, por lo general, más caros que los comparables de otras marcas”…
Por un lado, el argumento, desde mi punto de vista, no parece exacto: Olympus, que no debemos ignorar no es el único fabricante de ópticas para el FTS, ofrece ópticas que no son comparables a ninguna otra. Solo voy a citar unas pocas, en su equivalencia al “35 mm” que parece ser es el estándar asumido: ZD 300 mm f/2, ZD 600 mm f/2,8, ZD 28-70 mm f/2, ZD 100-400 mm f/2,8-3,5. Y podíamos seguir.
En ópticas “comparables”, en las gama “Top Pro”, “Pro” y “Estándar” la mayoría, si no todas, son comparables en precio.
Pero hablemos de calidades ya que no de gama, que es muy superior. Hace menos de 48 horas que un portavoz de una de las dos grandes firmas con cámaras “full fame” en el mercado, reconocía públicamente que sobre esos sensores (24 x 36 mm aprox.) solo unos cinco objetivos (de ellos tres son especiales, Tilt and Shift) cumplían con los requerimientos de calidad deseados... y que de momento no se preveía la comercialización inmediata de otros.
Y esa es la cuestión: guste o no guste, las leyes de la óptica están ahí, y resulta que son más duras para sistemas de registro digital que analógico.
Y existe una relación muy íntima –por cierto, tanto para digital como analógico– entre el tamaño del formato a cubrir y los requerimientos hacia la óptica: cuanto mayor es el formato, más difícil es conseguir, luminosidad y corrección de aberraciones y distorsiones. Ello puede hacerse, al nivel deseado, aumentado el diámetro de las lentes (a igualdad de diseño y de calidad de vidrios), con el consiguiente aumento de peso, volumen y precio. Ese aumento, de hecho, puede llegar a límites que hagan inviable una óptica equivalente... o “comparable”.
¡Y esa es -de nuevo– la cuestión! Parece que nadie es capaz de “metérselo en el coco”: el Cuatro Tercios es una cuestión de equilibrio entre formato a cubrir y calidad óptica. ¡No se trata de una mera cuestión de reducción de tamaño!
Solo para ese equilibrio se pueden fabricar –hoy por hoy– objetivos telecéntricos, que garanticen buena iluminación de esquina a esquina, y la mínima influencia posible de las aberraciones cromáticas. Para ser telecéntricos, los objetivos tienen que gozar, no ya de un numero comparativamente mayor de lentes en su diseño, sino que además, éstas lentes tienen que ser de mayor diámetro. Por ello, con tamaños mas reducidos pueden ofrecer el equivalente a, por ejemplo, ese 300 mm f/2, o si se prefiere, en el caso de algunas ópticas concretas, con tamaños similares a otros objetivos “comparables” de otros fabricantes, niveles de distorsión muy, muy inferiores.
Y por eso, no solo Olympus entiende acerca de su precio, sino toda persona que entiende de lo que lleva un objetivo por dentro y del delicado equilibrio que existe entre formato a cubrir, diseño, calidad de imagen y dificultades de producción.
Mucho se ha argumentado también acerca de la importancia o no de la telecentricidad, pero la dura y clara realidad es que el resto de “los otros fabricantes”, ha ido evolucionando, calladamente en esa dirección: y si no, señores... ¡desmonten sus objetivos y vean! También les invitamos a que comparen pruebas serias de rendimiento, no solo las curvas MTF de los propios fabricantes. Y por cierto: no es lo mismo telecentricidad que utilizar solo una parte central del círculo de cobertura de un objetivo o telecéntrico... aunque pueda parecer lo mismo.
Podría entrar mucho más a fondo en el tema, pero no hay tiempo ni espacio.
Una cosa es clara: el FTS no es una religión, como si parece serlo la “fullframemanía”, y puede no ser la mejor solución para fotografiar con mínimo ruido a índices de 1.600 y superiores (1), pero, guste o no guste, ha sido y es el primer estándar digital normalizado basado en el equilibrio de los parámetros de la óptica y el medio digital.
Si acaba siendo “un callejón sin salida desde el punto de vista de la evolución”, quizá se deba al reiterado desconocimiento de analistas y usuarios de algunos de los aspectos más arriba mencionados. ¡Qué le vamos a hacer!
El FTS no es la mejor herramienta para todos los trabajos, queda claro hasta en las presentaciones de la propia firma, pero con esto del FTS nos pasará un poco como en la cuestión del Mac vs el PC: personalmente nunca trato de convencer a nadie para que “use Mac” exclusivamente, ni mucho menos para que “se pase de PC a Mac”. ¡Faltaría más!: que cada uno sea feliz con lo que quiera.
Personalmente, no soy un hombre de una sola herramienta, y de la misma manera que uso Mac, también uso algún PC. Ello no quita, que –desde un punto de vista personal– tenga bastante claro qué sistema operativo me parece mejor.
Y en cámaras lo mismo: uso cada herramienta –marca, formato, soporte– según los requerimientos del encargo.
Pero como amante de la fotografía y sus herramientas, me gusta, dentro de lo posible... la precisión y la claridad de conceptos, aunque eso, a la hora de opinar, tenga su precio.
Y en el próximo post hablaré de esa “comparativa” entre una G10 y una “Hassel” de formato medio digital…
(1) En la mayoría de las cámaras para formato APS-C y “full frame” se han podido comprobar, recientemente, que los índices ISO supuestamente ofrecidos están “hinchados” y que la sensibilidad real es menor que la nominal.
(2) En mi modesta opinión el “siguente” formato digital lógico sería el nuevo de la Leica S2 o el ya clásico de 36 x 48 mm del “formato medio” digital.
En todo caso, parece que sería deseable una cierta claridad de criterios a la hora de plantear las pruebas por parte del que las lleva a cabo, expresando inequívocamente los parámetros de las mismas. Ello debería ir acompañado, por parte de los que lean dichas comparativas, de una no menos clara y profunda lectura de las mismas, a fin de no extraer conclusiones definitivas que corren el riesgo de adolecer de superficialidad, y que se tienden a propagar por la red de forma vírica.
Por supuesto, debemos asumir que somos seres imperfectos que vivimos en un mundo imperfecto, y por mi parte, lo que sigue, son –desde luego– meras opiniones, absolutamente discutibles.
Y resulta indiscutible el prestigio del portal Luminous Landscape, y de Michael Reichman (en adelante, MR), pero quizá por eso mismo, y tras mucho pensarlo, me tomo la libertad de discrepar con algunos de sus más recientes puntos de vista. Todo comenzó con su comparativa entre una Canon G10 y una Hasselblad HS, dotada de un respaldo Phase One P45+, pero se ha concretado con su análisis de la nueva G1 de Panasonic, y su relación con el formato Cuatro Tercios .... así que comenzaré con esto último.
Como bien es sabido, la nueva Panasonic G1 representa una evolución del sistema “Cuatro Tercios” (FTS) hacia una nueva generación de cámaras con óptica intercambiable y de visor electrónico (“EVIL”), liberadas del sistema réflex tradicional, el nuevo estándar denominado “Micro Cuatro Tercios” (MFTS).
Pues bien: en el comentado análisis de la G1, MR comienza diciendo, en traducción libre …”Los lectores habituales recordarán que, desde su concepción, no he sido precisamente un gran “fan” del formato Cuatro Tercios”…
Nada que objetar, por mi parte.
Y sigue: …”Escribí que, personalmente, contemplaba el el formato Cuatro Tercios como un callejón sin salida desde el punto de vista de su evolución. La razón para esta actitud es que las cámaras en si mismas no eran mucho más pequeñas que aquellas de sensor de tamaño reducido (APS-C)”…
Sigue MR razonando que el resto de los fabricantes ha ido produciendo cámaras más y más pequeñas, y que por lo tanto la ventaja de tamaño no se ha mostrado relevante.
Igualmente, MR hace referencias a que el uso de un sensor más pequeño (sic) que el del APS-C es por cuestiones económicas de los costes de los sensores y su evolución en el tiempo en este sentido.
Cuando llega a las ópticas, MR comenta: …”Los objetivos para el Cuatro Tercios mostraron ser algo más pequeños, pero por razones probablemente solo conocidas para Olympus, los (objetivos) realmente buenos, son, por lo general, más caros que los comparables de otras marcas”…
Tras diversos argumentos, MR decanta su opinión en el sentido de que …”no han conseguido posicionar (Olympus) el nuevo formato de ninguna manera convincente”…
Si cuando, personalmente, llegué a leer la cuestión del tamaño de las cámaras, ya pensé que el respetado MR erraba, al llegar al párrafo anterior, llegué a la conclusión de que MR es humano, y que –en lo que se refiere al Cuatro Tercios– y siempre en mi modesta opinión, no anda muy centrado, si bien no es menos cierto que no es el único. Su comentario final en el sentido de que …"no sabe si la G1 de Panasonic emplea un captor de Panasonic o uno de Kodak"… me hace pensar que su nivel de posible despiste en lo que se refiere a Panasonic, Japón y el "bushido" puede correr parejo con el que parece adolecer –en mi opinión– respecto al FTS...
Para comenzar, el formato utilizable del FTS no es mucho más pequeño que el de un APS-C, y ello sin entrar en disquisiciones de que ni siquiera existe una norma para ese concepto APS-C y que cada fabricante opta por tamaños y proporciones distintas. Desde el punto de vista de formatos de monitor, tamaños habituales de papel, etc., el FTS parece ser más racional en proporciones que el 3:2 y el 16:9, aunque en este aspecto se ha argumentado, con bastante lógica también lo contrario.
¡Pero es que simplificar, banalizar el concepto del FTS a una cuestión de tamaño es errar el blanco por completo! Y además, resulta curioso constatar que se trata de un error muy extendido, por desconocimiento, quizá de ciertos aspectos de límites de diseño, óptica y producción.
Señores: el concepto FTS es un concepto de equilibrio. De equilibrio entre límites de calidad de imagen en el “ballet” que debe bailar la óptica con el sensor, de límites de la calidad y formato de impresión final que realmente necesita producir un fotógrafo (2), y solo en último lugar, de límites de peso y dimensiones de los equipos para producir esa calidad de imagen. Hay más cosas, pero parece claro que es en el punto clave de la óptica donde a MR le faltan datos, cuando hace referencias a que …”por razones probablemente solo conocidas para Olympus, los (objetivos) realmente buenos, son, por lo general, más caros que los comparables de otras marcas”…
Por un lado, el argumento, desde mi punto de vista, no parece exacto: Olympus, que no debemos ignorar no es el único fabricante de ópticas para el FTS, ofrece ópticas que no son comparables a ninguna otra. Solo voy a citar unas pocas, en su equivalencia al “35 mm” que parece ser es el estándar asumido: ZD 300 mm f/2, ZD 600 mm f/2,8, ZD 28-70 mm f/2, ZD 100-400 mm f/2,8-3,5. Y podíamos seguir.
En ópticas “comparables”, en las gama “Top Pro”, “Pro” y “Estándar” la mayoría, si no todas, son comparables en precio.
Pero hablemos de calidades ya que no de gama, que es muy superior. Hace menos de 48 horas que un portavoz de una de las dos grandes firmas con cámaras “full fame” en el mercado, reconocía públicamente que sobre esos sensores (24 x 36 mm aprox.) solo unos cinco objetivos (de ellos tres son especiales, Tilt and Shift) cumplían con los requerimientos de calidad deseados... y que de momento no se preveía la comercialización inmediata de otros.
Y esa es la cuestión: guste o no guste, las leyes de la óptica están ahí, y resulta que son más duras para sistemas de registro digital que analógico.
Y existe una relación muy íntima –por cierto, tanto para digital como analógico– entre el tamaño del formato a cubrir y los requerimientos hacia la óptica: cuanto mayor es el formato, más difícil es conseguir, luminosidad y corrección de aberraciones y distorsiones. Ello puede hacerse, al nivel deseado, aumentado el diámetro de las lentes (a igualdad de diseño y de calidad de vidrios), con el consiguiente aumento de peso, volumen y precio. Ese aumento, de hecho, puede llegar a límites que hagan inviable una óptica equivalente... o “comparable”.
¡Y esa es -de nuevo– la cuestión! Parece que nadie es capaz de “metérselo en el coco”: el Cuatro Tercios es una cuestión de equilibrio entre formato a cubrir y calidad óptica. ¡No se trata de una mera cuestión de reducción de tamaño!
Solo para ese equilibrio se pueden fabricar –hoy por hoy– objetivos telecéntricos, que garanticen buena iluminación de esquina a esquina, y la mínima influencia posible de las aberraciones cromáticas. Para ser telecéntricos, los objetivos tienen que gozar, no ya de un numero comparativamente mayor de lentes en su diseño, sino que además, éstas lentes tienen que ser de mayor diámetro. Por ello, con tamaños mas reducidos pueden ofrecer el equivalente a, por ejemplo, ese 300 mm f/2, o si se prefiere, en el caso de algunas ópticas concretas, con tamaños similares a otros objetivos “comparables” de otros fabricantes, niveles de distorsión muy, muy inferiores.
Y por eso, no solo Olympus entiende acerca de su precio, sino toda persona que entiende de lo que lleva un objetivo por dentro y del delicado equilibrio que existe entre formato a cubrir, diseño, calidad de imagen y dificultades de producción.
Mucho se ha argumentado también acerca de la importancia o no de la telecentricidad, pero la dura y clara realidad es que el resto de “los otros fabricantes”, ha ido evolucionando, calladamente en esa dirección: y si no, señores... ¡desmonten sus objetivos y vean! También les invitamos a que comparen pruebas serias de rendimiento, no solo las curvas MTF de los propios fabricantes. Y por cierto: no es lo mismo telecentricidad que utilizar solo una parte central del círculo de cobertura de un objetivo o telecéntrico... aunque pueda parecer lo mismo.
Podría entrar mucho más a fondo en el tema, pero no hay tiempo ni espacio.
Una cosa es clara: el FTS no es una religión, como si parece serlo la “fullframemanía”, y puede no ser la mejor solución para fotografiar con mínimo ruido a índices de 1.600 y superiores (1), pero, guste o no guste, ha sido y es el primer estándar digital normalizado basado en el equilibrio de los parámetros de la óptica y el medio digital.
Si acaba siendo “un callejón sin salida desde el punto de vista de la evolución”, quizá se deba al reiterado desconocimiento de analistas y usuarios de algunos de los aspectos más arriba mencionados. ¡Qué le vamos a hacer!
El FTS no es la mejor herramienta para todos los trabajos, queda claro hasta en las presentaciones de la propia firma, pero con esto del FTS nos pasará un poco como en la cuestión del Mac vs el PC: personalmente nunca trato de convencer a nadie para que “use Mac” exclusivamente, ni mucho menos para que “se pase de PC a Mac”. ¡Faltaría más!: que cada uno sea feliz con lo que quiera.
Personalmente, no soy un hombre de una sola herramienta, y de la misma manera que uso Mac, también uso algún PC. Ello no quita, que –desde un punto de vista personal– tenga bastante claro qué sistema operativo me parece mejor.
Y en cámaras lo mismo: uso cada herramienta –marca, formato, soporte– según los requerimientos del encargo.
Pero como amante de la fotografía y sus herramientas, me gusta, dentro de lo posible... la precisión y la claridad de conceptos, aunque eso, a la hora de opinar, tenga su precio.
Y en el próximo post hablaré de esa “comparativa” entre una G10 y una “Hassel” de formato medio digital…
(1) En la mayoría de las cámaras para formato APS-C y “full frame” se han podido comprobar, recientemente, que los índices ISO supuestamente ofrecidos están “hinchados” y que la sensibilidad real es menor que la nominal.
(2) En mi modesta opinión el “siguente” formato digital lógico sería el nuevo de la Leica S2 o el ya clásico de 36 x 48 mm del “formato medio” digital.
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