El carrusel mediático de PHotoEspaña ya está en marcha –¡20 años ya!– y una de las primeras grandes exposiciones que se puede visitar ahora mismo es la que se titula "Con los ojos bien abiertos: 100 años de Fotografía Leica", traducción casi imposible lo de "con los ojos bien abiertos" a partir de la expresión germana "Augen Auf"...
La exposición, mostrada ya en Berlín hace dos años, y ahora en el Espacio Fundación Telefónica, es total y absolutamente recomendable de visitar, por no usar el ya un tanto desgastado término de "imprescindible". Vaya eso por delante.
Ahora bien, ya desde hace un tiempo se me plantea una cierta duda acerca de la idoneidad para la tarea de algunas de las personas que constituyen los eslabones de la cadena del sin duda prolijo armazón que hace posible que una exposición como esta –o la de Lewis Baltz de la Fundación Mapfre, de la que hablaré brevemente después– se materialice para gozo de expertos e ilustración de los que lo son menos. Y ahí es donde puede haber algún que otro problema.
Así, en esta exposición sobre la Fotografía con Leica, en la cronología que figura casi nada más iniciarse el recorrido lógico, tras los retratos de rigor de Oscar Barnack, el creador del formato original Leica o "KB" (Klein Bild, o formato miniatura), mal llamado ahora "Full Frame", pronto dos suertes de "pústulas visuales" asaltan mis ojos.
En una de ellas, en el texto en español se lee: 1950: La Leica III es la primera cámara dotada con sincronización del flash. En ese momento, la compañía cuenta con 4.377 trabajadores.
Bajo ese texto, en inglés, se lee: 1950: The Leica III was the first Leica to feature integrated flash synchronization. By this time, the company had 4,377 employees.
El que lea simplemente el texto en español asumirá que –en 1950– la Leica fue "la primera cámara en estar dotada de sincronización para flash"... ¡claro, genial, que para eso era una Leica! Solo que la primera cámara de serie en gozar de ese avance fue la Ihagee Exakta VP... nada menos que en 1935, o sea, unos 15 años antes. Alguien se ha cuidado y ha traducido erróneamente... a favor de Leica.
La segunda "tachuela visual" es más seria, pues aquí no hay error de traducción aunque ésta sí que es mejorable: 2006: aparece la primera cámara con telémetro digital, la Leica M8. / The Leica M8 was introduced as the first digital rangefinder camera. Pues no señores y señoras de Leica: la primera cámara telemétrica digital fue –mal que les pese– la Epson RD-1, de marzo de 2004. Aquí sí que hay un claro intento de arrime del ascua a la sardina, porque pensar en la ignorancia o el mero desprecio sería casi peor.
En fin, la cuestión sería: ¿se le han escapado al comisario de la exposición Hahns-Michael Koetzle estos dos gazapos? El del flash tendría fácil corrección... el otro no tan fácil, pero también se podría corregir: "2008, aparece la primera Leica-M digital, la Leica M8".
¡Ánimo, Espacio Telefónica, que hasta el 10 de septiembre queda tiempo de sobra para corregir esos desbarres!
En Espacio Telefónica, calle Fuencarral, 3 Madrid
Inventando el "Cibacromo"
Haciendo un inciso, y a toro pasado, pero para que no digan que "me meto" solo con los de la expo de "Augen Auf", un tirón de orejas a los responsables de las cartelas (y catálogo) de la exposición de Lewis Baltz en la Fundación Mapfre (Bárbara de Braganza). Allí "la astilla visual" era ver descritas algunas obras en color del autor como... "Cibacromos". Así pues, como en inglés "pone" Cibachrome pues "pongo" Cibacromo. Pues no: Cibachrome era el nombre comercial de un proceso en color, que posteriormente pasó a llamarse Ilfochrome por cuestión de marcas registradas. Y por tanto no puede traducirse a "Cibacromo", ¡diantres! Los cromos nos los regalaban las profes como premio en la escuela en los años cincuenta del siglo pasado.
Si nos ponemos finos, habría que hablar de "Procedimiento de destrucción selectiva de tintes por la imagen argéntea". ¿Que es muy largo? Pues Cibachrome, amigos.
Una vista parcial de la magna exposición © Valentín Sama
Ahora bien, ya desde hace un tiempo se me plantea una cierta duda acerca de la idoneidad para la tarea de algunas de las personas que constituyen los eslabones de la cadena del sin duda prolijo armazón que hace posible que una exposición como esta –o la de Lewis Baltz de la Fundación Mapfre, de la que hablaré brevemente después– se materialice para gozo de expertos e ilustración de los que lo son menos. Y ahí es donde puede haber algún que otro problema.
Un bonito y mucho menos conocido retrato de Oscar Barnack © Valentin Sama
Esta cronología acerca de los hitos históricos de la firma Leica contiene incorrecciones
© Valentin Sama
En una de ellas, en el texto en español se lee: 1950: La Leica III es la primera cámara dotada con sincronización del flash. En ese momento, la compañía cuenta con 4.377 trabajadores.
Bajo ese texto, en inglés, se lee: 1950: The Leica III was the first Leica to feature integrated flash synchronization. By this time, the company had 4,377 employees.
© Valentin Sama
La segunda "tachuela visual" es más seria, pues aquí no hay error de traducción aunque ésta sí que es mejorable: 2006: aparece la primera cámara con telémetro digital, la Leica M8. / The Leica M8 was introduced as the first digital rangefinder camera. Pues no señores y señoras de Leica: la primera cámara telemétrica digital fue –mal que les pese– la Epson RD-1, de marzo de 2004. Aquí sí que hay un claro intento de arrime del ascua a la sardina, porque pensar en la ignorancia o el mero desprecio sería casi peor.
© Valentín Sama
El toque de humor –si es que existe– estaría en la fina interpretación posible de ese "was introduced as..." que si se quiere entender así, podría dejar entrever la propia falsedad de la afirmación, pues significaría más bien "fue presentada como la"...En fin, la cuestión sería: ¿se le han escapado al comisario de la exposición Hahns-Michael Koetzle estos dos gazapos? El del flash tendría fácil corrección... el otro no tan fácil, pero también se podría corregir: "2008, aparece la primera Leica-M digital, la Leica M8".
¡Ánimo, Espacio Telefónica, que hasta el 10 de septiembre queda tiempo de sobra para corregir esos desbarres!
En Espacio Telefónica, calle Fuencarral, 3 Madrid
Inventando el "Cibacromo"
Haciendo un inciso, y a toro pasado, pero para que no digan que "me meto" solo con los de la expo de "Augen Auf", un tirón de orejas a los responsables de las cartelas (y catálogo) de la exposición de Lewis Baltz en la Fundación Mapfre (Bárbara de Braganza). Allí "la astilla visual" era ver descritas algunas obras en color del autor como... "Cibacromos". Así pues, como en inglés "pone" Cibachrome pues "pongo" Cibacromo. Pues no: Cibachrome era el nombre comercial de un proceso en color, que posteriormente pasó a llamarse Ilfochrome por cuestión de marcas registradas. Y por tanto no puede traducirse a "Cibacromo", ¡diantres! Los cromos nos los regalaban las profes como premio en la escuela en los años cincuenta del siglo pasado.
Si nos ponemos finos, habría que hablar de "Procedimiento de destrucción selectiva de tintes por la imagen argéntea". ¿Que es muy largo? Pues Cibachrome, amigos.
Comentarios
Verá: no solo conozco la marca Leica, sino que soy usuario de la misma. He visitado las fábricas y en algún caso –como recordaría el entrañable Sr. Alonas– hasta me he permitido asesorarles en algún aspecto referente a unos tornillos de un modelo de cámara... Me da la sensación, estimado lector, que no conoce Ud. muy bien mi perfil. Precisamente porque conozco bastante la historia de Leica desde sus orígenes hasta ahora, y aprecio a la marca –insisto, hasta el punto de ser usuario– puedo opinar con una cierta autoridad cuando veo que en una cronología de una exposición se "mete la pata" en cuestiones históricas, probablmente por la desidia de una mala traducción o una pobre investigación.
Ignoro si se refiere a ese asunto o a otro distinto, ppero le invito a que se pueda expresar de nuevo a través de este medio. Saludos