Cuando se habla de una «Mamiya 6» muchos –inevitablemente– piensan en la bella y muy cotizada hoy en día Mamiya 6 MF de 1990, una telemétrica para el formato medio de 6x6 cm, con óptica intercambiable y montura retráctil, con obturador central en cada óptica y control electrónico del mismo.
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| © Valentín Sama |
Pero no: hoy quiero hablaros de la Mamiya-6 Automat, de 1955, una telemétrica «folding» (1) igualmente para 6x6 cm, también sobre rollos de película 120, que siempre me sedujo principalmente por tres de sus particularidades:
- Montar un objetivo D. Zuiko F.C. f/3,5 7,5 cm. (Olympus)
- Utilizar un sistema de enfoque por telémetro acoplado casi único... ¡por desplazamiento del plano de la película, en lugar del propio del objetivo! (2)
- Ser relativamente compacta para tratarse de una cámara para el citado formato de 6x6 cm, si bien no especialmente ligera.
Eso sí, si preguntas por ella, tanto a ChatGPT como a Grok o a Gemini, esas «astutas Inteligencias Artificiales» te indicarán –y en particular una de ellas, de manera condescendiente– que la combinación de «Mamiya con objetivo Zuiko u Olympus, no existe, y que, además, sería inviable. Ni con el Kamasutra por medio, vamos.
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| ¡Vaya!... qué condescendientes, y qué fatalidad... |
«Eppur si muove»: la Mamiya 6 Automat existe, ¡ya lo creo que existe!, y se trata de un modelo de cámara de una serie de aproximadamente catorce distintos fabricados entre 1940 y 1958, siendo esta unidad –de 1955– el penúltimo modelo de la serie y el último en montar el objetivo Zuiko (3).
Para tratarse de una cámara de 1955, la Mamiya-6 Automat incorpora funciones muy avanzadas, además de la ya citada de su telémetro acoplado y enfoque por desplazamiento del plano focal:
- Armado automático del obturador con cada avance del fotograma. (*)
- Opción para dobles exposiciones.
- Obturador central Seikosha-Rapid hasta 1/500 seg (más «B»).
- Sincronización para flash en «X» a todos los tiempos de obturación.
- Cuentafotos mecánico, además de la tradicional ventanilla trasera.
- Avance de la película con parada automática para cada fotograma.
¿Por qué el enfoque por desplazamiento del plano de la película?
En primera instancia, es posible que más de uno piense: ¡Qué ganas de complicarse la vida mecánicamente! Pero detrás de ello hay ciertamente poderosas razones técnicas. Y todo viene derivado de la conveniencia práctica de que la cámara resulte compacta, plegable.
Si te lo planteas como diseñador de una cámara plegable para formato medio, las principales soluciones para el enfoque serían:
- Enfoque por desplazamiento –por giro– de la lente frontal del objetivo, exclusivamente. Esta sería la más sencilla –y barata– de implementar. Tiene el inconveniente de que –al alterar el esquema óptico– se produce una importante merma de calidad de imagen según las distancias de enfoque. La transmisión de la información hacia el telémetro se puede hacer mediante un reenvío óptico, como sería el caso de las Super-Ikonta de Zeiss. (abajo)
- Sistema «de tijera» o «pantógrafo». Por este sistema, se actúa sobre los brazos-guía que han servido para la extensión del fuelle variando su geometría para alejar o acercar el objetivo en relación al plano focal. Este sistema fue utilizado por las Makina 67 y las series Polaroid para película en pack. El acoplamiento con el telémetro se realiza mediante un cursor. Parte del inconveniente del sistema radica en que estamos jugando con el movimiento de unos brazos, que deberían asegurar la rigidez, y que por lo general –en operación– se encuentran bastante extendidos.
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| Polaroid 360 © Valentín Sama |
- El sistema usado en las Speed Graphic y las Linhof Technika. Una vez extendido el objetivo hasta unos topes de la base articulada (ajustables), en las primeras el reenvío al telémetro, se realiza por un complicado conjunto de bolas y cilindros en el interior de una funda de sirga. En las segundas por medio de una leva que va emparejada exclusivamente a cada objetivo, números de serie por medio para ser absolutamente compatibles.
- Desplazamiento del plano de la película. Desde un punto de vista teórico sería «el huevo de Colón». Tanto el propio mecanismo de ajuste del comentado plano de la película como el mecanismo del telémetro, están albergados en el cuerpo de la cámara, y totalmente desligados del sistema retráctil, plegable, del objetivo y su fuelle. A notar que este sistema de desplazamiento del plano focal fue utilizado también por la Contax RTS III (1990) de Kyocera, a fin de poder ofrecer autofoco con objetivos que carecían de esa capacidad (2).
Mamiya-6 Automat: en la mano
En la mano, en primera instancia, la Automat sorprende por la contundencia de su relación peso/volumen. Pero quizá no debiera de hacerlo, si razonamos que estamos ante una cámara para el formato medio de 6x6 cm.
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| © Valentín Sama |
Una ligera presión sobre el pulsador de la parte superior de la tapa frontal hace que se libere el objetivo y su fuelle, que encajan en la posición de toma con agilidad, facilidad, firmeza y precisión.
Una vez bloqueado en posición el anclaje es de rigidez encomiable, por no decir sorprendente.
El obturador central Seikosha-MX ofrece ajustes para «B», 1s, 1/2s, 1/5s, 1/10s, 1/25s, 1/50s, 1/100s, 1/250s y 1/500s, al tiempo que el diafragma, ofrece valores para f/3,5, f/4, f/5.6, f/8, f/11, f/16 y f/22, todo ello sin solución de continuidad. (4)
El diafragma, de diez palas, ofrece una abertura extremadamente circular a todos esos valores.
Eso sí: para realizar todos los ajustes es necesario gozar de capacidades casi sobrehumanas en lo respecta a visión y finura de dedos: la propia para visión de detalles casi microscópicos y la de dedos de experto en abrir cajas de caudales sin conocer la combinación.
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| © Valentín Sama |
Ello es debido a lo diminuto de las escalas y la delgadez y ubicación poco habitual de los mandos correspondientes. (arriba)
Todo ello –hay que admitirlo– es en aras de la compacidad del sistema y también del armado automático del obturador con el avance de cada fotograma; en un sistema plegable, la cosa tiene una gran dificultad.
Por cierto: ese minúsculo tetón sobre las escalas citadas, (asteriscos verdes) nos permite armar el obturador de manera independiente al arrastre, y con ello nos brinda la oportunidad de realizar –a demanda– dobles exposiciones.
Mamiya Six Automat: el visor y el telémetro
En este modelo, el visor resulta relativamente oscuro, con una cierta tonalidad verdosa. Pero la «mancha» del telémetro se aprecia bastante bien, sin decalaje vertical, y cumple su vital y característica función muy dignamente. A ello se añade que la posición de la rueda de accionamiento resulta extraordinariamente cómoda.
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| El mando para el enfoque: súper-cómodo © Valentín Sama |
Ni que decir tiene, que disponer de telémetro, permite explotar con garantías –incluso a plena apertura del diafragma– la distancia mínima de enfoque, que es de 92 cm hasta la lente frontal del objetivo.
Lástima que el visor no incorpore marco de encuadre, algo que sí ofrece el visor de tipo «Albada» de la versión Six II. (5)
Igualmente, a la distancia mínima de enfoque comentada habrá que contar con un cierto error de paralaje.
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| © Valentín Sama |
Hay una curiosidad interesante: debido al original sistema de enfoque por desplazamiento del plano focal –sin acoplamiento con el objetivo– podemos enfocar telemétricamente... ¡con la cámara cerrada! cada uno sabrá encontrar su aplicación preferida. Una de ellas, sería la de anticipación para instantáneas.
Mamiya Six Automat: la carga de la película
Debido a su original sistema de enfoque, la carga de la película –siempre en el formato estándar 120– es algo diferente al método empleado en otras cámaras; pero bien mirado no tanto:
- Colocar el rollo sin exponer en el espacio de la derecha, Unos soportes basculantes nos ayudarán a ello, al igual que para la bobina receptora.
- Pasar la lengüeta inicial del papel por dentro de las guías del plano focal.
- Deslizar la placa de presión –es separada– por esas mismas guías hasta su tope. El orificio circular debe quedar a la derecha. Se corresponde con la ventanilla del dorso. (6)
- Enganchar la punta del papel en la bobina receptora.
- Hacer girar el mando de avance de la película hasta que la línea indicadora «START» quede alineada con el punto blanco de referencia sobre el cuerpo de la cámara.
- Cerrar el dorso. En este punto, recomiendo abrir la cámara hacia su posición de disparo.
- Girar –mejor dulcemente– el mando de avance hasta que se detenga automáticamente su giro.
- En ese momento, la cámara está lista para exponer el primer fotograma y en la ventanilla bajo el mando de avance/arrastre aparecerá el Nº1.
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| La placa de presión separada, es clave: sin ella, tu Mamiya Six no es funcional © Valentín Sama |
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| La placa a media inserción © Valentín Sama |
En la práctica, no puedo decir que la carga de la Mamiya Six Automat sea rápida en los primeros intentos, pero no por causa del sistema de la placa de presión, sino porque –a pesar de las ayudas basculantes– cuesta un poco acoplar las bobinas en sus alojamientos. Una vez que se ha hecho uns pocas vecs, la cosa fluye.
Mamiya Six Automat: sobre el terreno
El objetivo D. Zuiko F.C. f/3,5 7,5 cm obedece a un esquema Tessar de 4 lentes en 3 grupos (*) . Está dotado de los revestimientos sencillos correspondientes a la década de los 50 del siglo pasado.
Ya he comentado con anterioridad la dificultad para la lectura de las escalas, y el ajuste de los valores mediante los diales, a lo que tenemos que sumar que los puntos de referencia para valor de abertura de diafragma y tiempos de exposición no están centrados en la parte superior, sino que ocupan lugares un tanto atípicos. Pero... ¡a todo se acostumbra uno! (menos a que «te toquen el bolsillo»).
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| © Valentín Sama |
El rendimiento del objetivo es el esperado para un diseño Tessar (* 4/3) de hace 70 años, dotado de revestimientos sencillos: buena resolución en el centro, con discreta caída hacia las esquinas, mínimo viñeteo y un discreto «flare» en situaciones de contraluz o cielos muy brillantes ocupando una sección importante del encuadre.
El enfoque es rápido y preciso –a mi juicio una de las mayores virtudes de la cámara– y anima a emplear valores de abertura de diafragma medios –donde brilla el Zuiko– en combinación con películas de sensibilidad media/baja.
Con películas de ISO 400/80 todavía nos podemos defender a pleno sol, al tiempo que –apoyados por el suavísimo disparo y el telémetro– podemos hacer pinitos en condiciones de luz bastante baja.
Cuestión aparte, es el formato cuadrado (6x6cm), que a unos gusta y a otros no tanto, pero que dado el diseño y ergonomía de la Mamiya Six Automat, se agradece, al no tener que manejar el aparato más que en una única posición.
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| A plena apertura (f/3.5) y la distancia mínima de enfoque: foco clavado con el telémetro. ¿Y el bokeh? ¡No tan mal! Fomapan 400. © Valentín Sama |
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| A la plena apertura de f/3.5 con el foco sobre el árbol quemado; de nuevo, foco preciso y elegante «bokeh» anterior y posterior. Ilford Ortho Plus y filtro amarillo. © Valentín Sama |
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| A f/5.6, con Kentmere 100. Contraste delicado, muy fiel al graffiti deslavado. Atención a la bella reproducción de las finas estructuras (abajo © Valentín Sama |
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| © Valentín Sama |
Mamiya Six Automat: particularidades
La Mamiya Six Automat tiene algunos «contrapelos gatunos» que conviene tener en cuenta:
- Al pulsar el disparador, a mitad de recorrido percibiremos un suave «clic». Puesto que el obturador es especialmente silencioso podemos pensar que ya se ha producido el disparo... ¡pues no!: el punto de disparo está más abajo, con un segundo «clic». Si nos dejamos llevar por el primer clic muy probablemente obtengamos una «ensalada» de imágenes superpuestas, por confusión del sistema de avance de la película y armado del obturador.
- El cuentafotos es automático (en el mando de avance de la película), pero se conserva la tradicional «ventanilla roja» posterior. Lo más frecuente es que no coincida al 100% el número de fotograma con el visible (si acaso...) por la ventanilla. Ello se debe –entre otras causas– al sistema de enfoque por el desplazamiento del plano focal, que –lógicamente– altera la posición del papel opaco envolvente con sus marcas de fotogramas.
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| © Valentín Sama (**) |
- Por lo general, si –al cargar el rollo de película– avanzamos al primer fotograma con la cámara cerrada, el obturador no se armará y la cámara, naturalmente, no disparará. Ello podría llevarnos a activar la palanca liberadora (bajo el mando de avance) y avanzar al siguiente fotograma, perdiendo con ello el primero... pero ello no es necesario: podemos armar a mano el obturador sobre el barrilete objetivo-obturador, siguiendo un protocolo parecido al de la realización de dobls exposiciones.
- Un cierto inconveniente es que el objetivo no incorpora aro roscado para filtros y accesorios en su frontal, entiendo que por cuestión de espacio al plegarse el sistema. Mi unidad, venía con un antiguo filtro a presión de la famos firma «Walz» (Ø36 mm), que permite dejarse sobre el objetivo al plegarse la cámara, al incrementar la protuberancia sólo en 3 mm. . ¡Un reto para buscar en tiendas, ferias y sitios «online», tanto filtros como un parasol de «clip».
- La solución de usar un parasol Leica «FIKUS», que acopla sobre el aro frontal perfectamente, al ser de Ø interior 36 mm, lamentablemente no es válida por viñetear lo suficiente como para arruinar los fotogramas. ¡Hay que seguir buscando!
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| Filtro a presión «Walz» © Valentín Sama |
- Las versiones Automat no disponen de «ojales» para correa de transporte, lo que supone un cierto inconveniente, sobre todo dado su peso. Las fundas o «half cases» accesorias que sí los llevan –antiguas o modernas– nos aligerarán el bolsillo unos 60€. Otra opción es una correa de bandolera con sujeción en la rosca para el trípode.
- Las Mamiya Six, dependiendo de modelos, han incorporado diversos objetivos, desde el «D. Zuiko F.C. f/3,5 7,5 cm» de la unidad que nos ocupa a los «K.O.L. Special» de las primeras versiones al «Mamiya Sekor» de la última. Pero también he podido ver una unidad dotada de un «Nikkor 7,5 cm f/4.5». ¡Todo un desafío para coleccionistas!
Mamiya Six Automat: la mecánica
Podemos hacernos una idea de la refinada y a un tiempo contundente mecánica, examinando algunos de los planos de la patente original, a continuación:
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| Aquí podemos ver el tren de engranajes que avanza la película |
Mamiya Six Automat: parámetros físicos
Construcción: cuerpo enteramente metálico
Plegada: 145 mm (ancho) x 103 mm (alto) x 55/40 mm (fondo, con protuberancia/sin protuberancia)
Extendida: 110 mm
Peso: 850 gramos; 875 gramos en orden de marcha, con un rollo 120
Mamiya Six Automat: conclusiones
A pesar de los «contrapelos gatunos» antes enumerados, la Mamiya Six Automat es una capáz y compacta cámara para el formato medio de 6x6cm, que nos ofrecerá una estética de imagen muy propia de la década de los 50 del siglo pasado. Ello vendrá dado por la combinación de un esquema óptico tradicional con los revestimientos simples de la época. Disponer de telémetro marca realmente la diferencia, si queremos aprovechar las grandes aperturas de diafragma. Tampoco es despreciable poder emplear valores de diafragma de hasta f/16 sin temer por los efectos de la difracción. Nos será útil para conseguir amplia profundidad de campo o para desenvolvernos en días luminosos con película de ISO 400.
Su facilidad de manejo la veo como de nivel medio, debido a la poco amigable ergonomía de los mandos para el ajuste de los valores de abertura de diafragma y tiempo de obturación.
Aunque por compacidad cabría en el bolsillo de un gabán, tendríamos que pensar qué introducir en el contrario para compensar esos 875 gramos de peso. Quizá una petaca cargada con un buen whisky Yamazaki o Hibiki.
«La técnica es a la fotografía lo que la ortografía y la sintaxis a la buena escritura.»
Malarubra Fukushita
Por razones técnicas los eventuales comentarios no deben exceder en extensión las 1.000/1.500 palabras, estando sujetos a moderación.
(1) Para disfrutar de un artículo enciclopédico sobre cámaras «folding», trufado además con magníficas imágenes, os recomiendo la lectura de lo propuesto por Alex Varas, y publicado en la web de Disparafilm
(2) La cámara Contax RTS III, una SLR fílmica para formato Barnack, incorporó también un sistema de enfoque–en este caso por AF– por desplazamiento del plano focal. La idea era poder alcanzar AF con los excelentes objetivos Carl Zeiss de enfoque manual disponibles para las series anteriores de Contax RTS. Ello no dejaba de ser un alarde técnico de Kyocera, propietaria a la sazón de Contax/Yashica y especialista en cerámicas de precisión; las guías para el desplazamiento eran en cerámica de baja fricción.
(3) El modelo final, Mamiya Six Automat II, incorporaba un objetivo Mamiya-Sekor.
(4) Al igual que en la mayoría de estos obturadores, el ajuste del tiempo de obturación correspondiente a 1/500s supone la necesidad de entrada en acción de un muelle de mayor tensión. Algunos expertos recomiendan asumir la acción a mano, antes del avance de la película, a fin de aliviar el trabajo de los engranajes de transmisión, pero evidentemente, ello no siempre nos será posible.
(5) Pero no podremos disfrutar del «glamur» sentimental de disponer de un objetivo Zuiko en una Mamiya para formato medio.
(6) Esa plancha es imprescindible para el funcionamiento de la cámara. ¡Antes de adquirir uno de estos aparatos debemos asegurarnos de que la incluyen!
(7) Se entiende que previa comprobación del infinito mediante un esmerilado en el plano focal.
(*) Recordemos que en la nomenclatura original de Olympus para sus Zuiko, la letra «D» nos habla de cuatro elementos, al seguir esa nomenclatura el orden ortográfico...
(**) En una Mamiya Six Automat que funcione correctamente, la ventanilla no tiene, en realidad utilidad práctica, salvo –quizá– comprobar que la película avanza satisfactoriamente. Los más observadores, habrán descubierto que, sí, en mi unidad falta la pieza de plástico «marco» de la ventanilla del ocular.
¿Te interesan otros modelos anteriores de Mamiya Six? Pues son bastante bellos, y puedes hacerte una idea de sus particularidades a través de este enlace.
No es tan fácil encontrar las Mamiya Six fuera de Japón, por lo que si decides comprar allí, debes contar con el pago de aproximadamente un 26% adicional sobre valor y portes, en concepto de aranceles.
Mi unidad, acusa –evidentemente– el paso del tiempo en un clima húmedo, (Japón) con ciertas muestras de corrosión, pero funciona correctamente en todos los aspectos, que era mi interés principal.
Como con todas las cámaras que vienen de ese país, hay que asegurarse de que la óptica (objetivo y visor) no está afectada por hongos. Las descripciones de los vendedores japoneses suelen ser bastante honestas.
































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