(Actualizado a 24/08/05)
En algunos de los interesantes comentarios se hace referencia a los sistemas de visor, y veo que lo que deseo expresar es demasiado largo para esa sección…
La realidad es que, en una cámara réflex auténtica, el visor es uno de los apartados de realización más costosa, aunque pudiera pensarse lo contrario.
Existe una relación muy directa con el tamaño del formato del "fotograma", el de la pantalla de enfoque, y –sobre todo– con el tamaño del pentaprisma, si hubiese de utilizarse este elemento. A su vez, las distancias entre esos componentes han de mantener una relación muy estrecha, so pena de tener que introducir elementos ópticos adicionales en el camino óptico. El tratar de ofrecer un campo de visión del 100% en lugar del 95% por ejemplo, hace que el pentaprisma tenga que ser mucho más grande.
La mayor parte de los esquemas ópticos basados en pentaprisma operan bajo aumentos de 0,72 X, lo que puede "estar bien" para una pantalla de enfoque para el formato de 24 x 36 mm, ¡pero es realmente muy pobre para una pantalla de tipo APS-C, que es más de la mitad más pequeña! De ahí ese aspecto de visión "de túnel" que se experimenta con las cámaras digitales para esos formatos de captador .
Los buenos pentaprismas están realizados en vidrio óptico macizo, y eso es caro… y pesado. Ofrecer una imagen más grande necesitaría de un prisma mucho mayor, y eso sería incompatible con los diseños de las cámaras actuales para el mercado de aficionado, que "deben ser", cada vez más pequeñas, más ligeras, y… más baratas de fabricar.
Por eso muchos fabricantes emplean "pentaespejos", una emulación del recorrido óptico del pentaprisma, pero con espejos… de plástico.
"No hay color", desde el punto de vista óptico.
Con un sistema de "falsa réflex", los diseñadores y fabricantes eliminan de un plumazo, el espejo móvil (delicado y costoso mecanismo), y el pentaprisma. Casi nada.
La calidad del sistema de visor no afecta directamente a la de las fotografías, pero si al confort visual del usuario. Por eso, las auténticas cámaras profesionales utilizan pentaprisma de vidrio óptico, aumentos grandes, y ofrecen cobertura del 100%.
Existe otra dificultad adicional, y es que los pentaprismas de gran volumen tienen tendencia a adolecer de tensiones internas en la masa del vidrio, creadas durante el enfriamiento del "tocho" de vidrio. En los años setenta, cuando las cosas se hacían con honor y no sólo para ganar dinero de la forma más rápida posible, la diferencia entre una firma profesional y otra menos profesional radicaba, entre otras cosas, en que los prismas se inspeccionaban unidad por unidad (control de calidad 100%) bajo luz polarizada a fin de eliminar aquellos en los que se detectaban tensiones, pues ofrecerían a los fotógrafos menor comodidad de uso.
Adicionalmente, la firma Olympus, para sus OM-1, recubría de plata algunas de las caras del prisma para mejorar la reflexión/transmisión. Estas cámaras ofrecían un enorme tamaño de imagen en el visor conservando un volumen reducido, gracias a que los fabricantes "se tomaban" el trabajo de tallar una cara de lente condensadora en la propia base del prisma.
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En algunos de los interesantes comentarios se hace referencia a los sistemas de visor, y veo que lo que deseo expresar es demasiado largo para esa sección…
La realidad es que, en una cámara réflex auténtica, el visor es uno de los apartados de realización más costosa, aunque pudiera pensarse lo contrario.
Existe una relación muy directa con el tamaño del formato del "fotograma", el de la pantalla de enfoque, y –sobre todo– con el tamaño del pentaprisma, si hubiese de utilizarse este elemento. A su vez, las distancias entre esos componentes han de mantener una relación muy estrecha, so pena de tener que introducir elementos ópticos adicionales en el camino óptico. El tratar de ofrecer un campo de visión del 100% en lugar del 95% por ejemplo, hace que el pentaprisma tenga que ser mucho más grande.
La mayor parte de los esquemas ópticos basados en pentaprisma operan bajo aumentos de 0,72 X, lo que puede "estar bien" para una pantalla de enfoque para el formato de 24 x 36 mm, ¡pero es realmente muy pobre para una pantalla de tipo APS-C, que es más de la mitad más pequeña! De ahí ese aspecto de visión "de túnel" que se experimenta con las cámaras digitales para esos formatos de captador .
Los buenos pentaprismas están realizados en vidrio óptico macizo, y eso es caro… y pesado. Ofrecer una imagen más grande necesitaría de un prisma mucho mayor, y eso sería incompatible con los diseños de las cámaras actuales para el mercado de aficionado, que "deben ser", cada vez más pequeñas, más ligeras, y… más baratas de fabricar.
Por eso muchos fabricantes emplean "pentaespejos", una emulación del recorrido óptico del pentaprisma, pero con espejos… de plástico.
"No hay color", desde el punto de vista óptico.
Con un sistema de "falsa réflex", los diseñadores y fabricantes eliminan de un plumazo, el espejo móvil (delicado y costoso mecanismo), y el pentaprisma. Casi nada.
La calidad del sistema de visor no afecta directamente a la de las fotografías, pero si al confort visual del usuario. Por eso, las auténticas cámaras profesionales utilizan pentaprisma de vidrio óptico, aumentos grandes, y ofrecen cobertura del 100%.
Existe otra dificultad adicional, y es que los pentaprismas de gran volumen tienen tendencia a adolecer de tensiones internas en la masa del vidrio, creadas durante el enfriamiento del "tocho" de vidrio. En los años setenta, cuando las cosas se hacían con honor y no sólo para ganar dinero de la forma más rápida posible, la diferencia entre una firma profesional y otra menos profesional radicaba, entre otras cosas, en que los prismas se inspeccionaban unidad por unidad (control de calidad 100%) bajo luz polarizada a fin de eliminar aquellos en los que se detectaban tensiones, pues ofrecerían a los fotógrafos menor comodidad de uso.
Adicionalmente, la firma Olympus, para sus OM-1, recubría de plata algunas de las caras del prisma para mejorar la reflexión/transmisión. Estas cámaras ofrecían un enorme tamaño de imagen en el visor conservando un volumen reducido, gracias a que los fabricantes "se tomaban" el trabajo de tallar una cara de lente condensadora en la propia base del prisma.
En el "corte" de la OM-1 puede verse el gran tamaño del espejo para evitar el viñeteado con objetivos de focales extralargas, así como (a su izquierda en la ilustración) el pistón de aire comprimido para su frenado. Igualmente el prisma, de gran tamaño que puede ir colocado muy bajo (menos altura de cámara) gracias a la sutil curva en su cara inferior, que actúa como lente condensadora.
Un ejemplo de buen dimensionado del pentaprisma es el de la nueva digital para formato medio Mamiya ZD: para un tamaño de captador de aproximadamente 38 x 46 mm, está claro que no se ha escatimado en absoluto en el sistema del visor.
Los pentaprismas, por cierto no se fabrican "fundidos", sino que sus caras deben tallarse y pulirse bajo tolerancias muy estrictas. Otro tanto hay que decir para su alineación y montaje.Nada que ver, desde luego, con reenviar la información electrónica del CCD o el CMOS hacia un pequeño TFT que puede ir colocado, desde un punto de vista de diseño, en cualquier lugar del cuerpo de la cámara, no alineado en un eje óptico.
¡Qué más queréis que os diga!
Lamento la extensión, quizá excesiva....
¡Qué más queréis que os diga!
Lamento la extensión, quizá excesiva....
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