A estas alturas, supongo que ya os será conocido el tema de la nueva normativa europea que regula la utilización de determinados metales pesados en los aparatos y componentes electrónicos. Esa normativa, está pensada fundamentalmente para los terminales de telefonía móvil, de esos que algunos fabricantes alardean tanto por sus altas cifras de producción y consumo. Puesto que esos terminales acaban en la basura a los dos años como mucho, los contenidos de plomo de las soldaduras de sus circuitos, podrían constituir un problema.
El efecto "colateral", muy propio de algunas normativas poco matizadas, de las que generan algunos de esos burócratas europeos que se escaquean de sus puestos de trabajo ya el jueves por la tarde para pillar el avión para su casita, es que, más de un modelo de cámara fotográfica se convierte "súbito" en un artefacto que no cumple con la normativa, y por lo tanto queda prohibida su venta, no su tenencia y disfrute, si ya estaba en su poder.
La cuestión es que en su mayor parte, esos modelos están abocados a desaparecer por completo, pues resulta absolutamente inviable económicamente rediseñar la producción de los circuitos para otro tipo de soldadura.
En algunos casos, la normativa afectaría a los objetivos, bien por incorporar circuitos, bien por el contenido en plomo de algunos vidrios.
Entre esos modelos de cámara, figuran cámaras compactas digitales, desde luego, pero también aparatos fotográficos profesionales que pueden tener un ciclo de vida superior a los 10 años, y en ocasiones a los 25 años.
Aunque evidentemente, la enfermedad por intoxicación por plomo (*), el saturnismo, no es ninguna broma, os invito a leer un interesante enlace sobre el saturnismo.
De su lectura, probablemente deduciréis que debería dejar de comercializarse… prácticamente todo lo que utiliza el ser humano en una sociedad industrializada.
Interesante personaje, Saturno. Dejando a un lado algunas tendencias gastronómicas un tanto discutibles en sus primeros tiempos, parece ser que fue un tipo bastante razonable en su edad madura, en parte gracias a la influencia de Jano, y supongo que también –no poca– de los años.
(*) Existe otra clase de intoxicación por plomo, de efectos mucho más rápidos, pero en este caso suele venir bajo la forma del calibre 38, o 9 mm.
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El efecto "colateral", muy propio de algunas normativas poco matizadas, de las que generan algunos de esos burócratas europeos que se escaquean de sus puestos de trabajo ya el jueves por la tarde para pillar el avión para su casita, es que, más de un modelo de cámara fotográfica se convierte "súbito" en un artefacto que no cumple con la normativa, y por lo tanto queda prohibida su venta, no su tenencia y disfrute, si ya estaba en su poder.
La cuestión es que en su mayor parte, esos modelos están abocados a desaparecer por completo, pues resulta absolutamente inviable económicamente rediseñar la producción de los circuitos para otro tipo de soldadura.
En algunos casos, la normativa afectaría a los objetivos, bien por incorporar circuitos, bien por el contenido en plomo de algunos vidrios.
Entre esos modelos de cámara, figuran cámaras compactas digitales, desde luego, pero también aparatos fotográficos profesionales que pueden tener un ciclo de vida superior a los 10 años, y en ocasiones a los 25 años.
Aunque evidentemente, la enfermedad por intoxicación por plomo (*), el saturnismo, no es ninguna broma, os invito a leer un interesante enlace sobre el saturnismo.
De su lectura, probablemente deduciréis que debería dejar de comercializarse… prácticamente todo lo que utiliza el ser humano en una sociedad industrializada.
Interesante personaje, Saturno. Dejando a un lado algunas tendencias gastronómicas un tanto discutibles en sus primeros tiempos, parece ser que fue un tipo bastante razonable en su edad madura, en parte gracias a la influencia de Jano, y supongo que también –no poca– de los años.
(*) Existe otra clase de intoxicación por plomo, de efectos mucho más rápidos, pero en este caso suele venir bajo la forma del calibre 38, o 9 mm.
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