Ya es noticia pública la presentación por parte de Ricoh de su nueva compacta alto de gama Caplio GX100.
Lejos de seguir la filosofía de su GR Digital ("GRD"), de objetivo de focal única equivalente a un 28 mm, con la nueva GX100 la firma sorprende con un objetivo zoom 5-15,3 mm f/2,5-4,4, equivalente –en focales- a un 24-72 mm. Con esa corta focal, la GX100 pasa a ser una de las pocas cámaras digitales de la historia en alcanzarla (Easyshare P880, Sony DSC-R1, Coolpix 8400…), algunas de ellas no precisamente compactas.
El objetivo está compuesto por 11 elementos en 7 grupos, enteramente realizado en vidrio óptico. Las aberturas mínimas, llegan hasta f/9,1 en el extremo angular y hasta f/15,8 en el “tele”. Lentes aesféricas y vidrio óptico de baja dispesión son elementos de lujo que probablemente hagan viable una gran calidad de imagen.
Un suplemento afocal permite llevar la focal más corta hasta el extremo de los 19 mm (en la GR D, se pasaba de 28 mm a 21 mm).
En lo que respecta al captor, se trata de un CCD de 10,01 millones de píxeles efectivos, en el formato de 1/1,75 pulgadas (*).
Uno de los aspectos más originales de la nueva GX100 lo configuran sus soluciones de visor: a la ya clásica pantalla o monitor LCD posterior en color, se suma ahora como accesorio, no ya un visor opcional óptico, sino uno electrónico, que recibe el nombre de “VF-1”.
Este EVF (Electronic View Finder) se acopla sobre la zapata portaaccesorios, y a través de los contactos específicos es capaz de mostrar una visión –electrónica- al nivel del ojo.
Se trata de una solución bien distinta de la del visor óptico –nada que ver en claridad y limpieza- pero ofrece sus propias ventajas: el EVF va abisagrado en su parte anterior, y permite bascularlo sobre ese punto, a fin de poder usar la cámara desde un punto de toma muy bajo, mirando desde arriba. Ni que decir tiene que un visor así, a la altura del ojo, soluciona el problema de la pobre legibilidad de los monitores externos bajo condiciones de elevada iluminación ambiental, y también ofrecen más estabilidad a la toma, al poder apoyar la cámara contra nuestro rostro.
Si el monitor exterior es de 2,5 pulgadas para 230.000 píxeles, no hemos visto por ningún lado las especificaciones del VF-1 en lo que respecta a resolución… por lo que nos tememos, que a pesar de su inteesante cobertura del 100% no se podrá esperar mucho de el en términos de calidad de imagen.
Respecto a otros parámetros más técnicos, puede indicarse que la GX100 dispone de un sistema de estabilización real, por desplazamiento del captor, lo que la coloca en esa selecta categoría de compactas que ofrecen esa sofisticada y práctica solución. Igualmente, ofrece el salto automático a altos índices ISO para evitar borrosidad en los sujetos en movimiento.
La gama de sensibilidades disponible se extiende de 80 a 1.600 ISO.
La gama de tiempos de obturación, por su parte, se extiende desde 1/2.000 de segundo a tres minutos. Y puede registrarse en los formatos RAW y JPEG, sobre tarjetas SD, incluso del protocolo SDHC (hasta 4 Gb, por el momento).
Por otra parte, les de destacar que la GX200 conserva algunos de los mejores rasgos de la GR D, como son las dos rudas de control, al “estilo SLR”, pero –no menos importante- el sistema autofoco externo pasivo de apoyo, que permite un autofoco mucho más rápido y preciso del habitualmente disponible en las compactas digitales.
La GX100 obedece a unas dimensiones muy reducidas: 111,6 x 58 x 25 mm, para un peso de 220 gramos y se ofrecerá a un precio de 500 euros la cámara en si, y de 600 euros en "kit" con el visor electrónico VF-1.
Un aparato, si duda muy interesante, pero sobre el que, a priori, habría que hacer unas reflexiones previas.
Una de ellas, es relativa al tema del ruido.
El captor de 1/1,75 pulgadas (*) parece muy pequeño para soportar de buen grado esos 10,01 megapíxeles, no ya para la sensibilidad de 1.600 ISO, sino para aquellas a partir de 200 ISO. Es de esperar que se haya realizado un muy buen trabajo de reducción de ruido.
(*) Aunque no resulta fácil dar una información precisa al 100% de las dimensiones reales de los captores, puede decirse que ese captor de 1/1,75 pulgadas, será marginalmente mayor que el de 1/1,8 pulgadas, que es de aproximadamente… ¡7,2 x 5,4 mm!
En cuanto al objetivo, habrá que esperar a ver el nivel de distorsión que ofrece a los extremos de focal. No se indica si se incorpora un firmware o se aporta un software de control de la posible distorsión…
Y finalmente, queda el tema del “buffer” o memoria intermedia. Uno de los puntos claramente menos favorables de la GRD (aparte del ruido a altos ISO), es el tiempo que se toma la cámara para “escribir” en las tarjetas los archivos que no sean JPEG, especialmente los RAW: entre 14 y 17 segundos como término medio, tiempo durante el cual no se pueden efectuar nuevos disparos. ¿Se habrá puesto solución a ese aspecto?
Lo veremos… y podemos decir, que estamos deseando poder comprobar de primera mano las prestaciones de esta nueva GX100.
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