Mi colega Iker Moran, de “Quesabesde”, escribe en su reciente blog personal “hastaLOSMEGAPÍXELES”, un interesante e imprescindible post titulado “El cachondeo de los TIPA”, cuya lectura y análisis recomiendo.
Reconozco que, en los días pasados, he experimentado una sensación muy parecida a la que cita al comentar: ”Pero luego, al recibir el quinto mail de una compañía marcando paquete por haber ganado tal o cual categoría es imposible contener las ganas de saltar a la yugular"
En mi caso, al recibir esos mail, mientras me contenía en expresar mi opinión hacia los remitentes, simplemente no contestándolos, pensaba para mí mismo algo así como:
¿Serán capaces de entender el por qué de que no les contestemos ni publiquemos nada acerca de esas notas de prensa?
¿Sabrán estas Compañías que para los conocedores del tema, esos premios no son precisamente un prestigio, y que a la larga, les pueden perjudicar?
Porque todo lo que comenta Iker en su post es cierto. Y más.
El mecanismo, que por cuestiones profesionales conozco a fondo, es tal, que recuerdo que en una ocasión, un alto responsable de una compañía me comentó, mientras rodábamos por las calles de Barcelona, algo en la línea de …”no nos importa mucho el premio que nos den, siempre que nos den alguno cada año. Sabemos que si este año pagamos el canon por el que "nos toque", por ejemplo del de una compacta, el próximo será el de otro producto”…
Ya Iker cita en su post temas tales como el que se conceda un premio a un producto que todavía no está en el mercado, y del cual no pueden ser conocidas posibles bondades o fallos, pero es que la pauta es que se conceden premios a productos que desde luego no han llegado a pasar por las manos de la mayoría de los “expertos” miembros de la TIPA. Y en todo caso, una gran parte de los respetables miembros de esas publicaciones no tienen, bien medios, bien capacitación profesional para evaluar los productos. Tampoco hay tiempo, en los plazos entre disponibilidad de producto y fecha de concesión de los premios, de contar con experiencia profesional externa adecuada.
Al anecdotario de Iker referido al objetivo Sigma 18-250 mm –que no es el primer caso en ese sentido– se suman otras muchas, como el patinazo de dar un premio a un producto obsoleto, o el de que una compañía pida que se le “cambie el premio” a otro producto para el que tiene más interés. Por no citar el de una cámara premiada que sufre de frecuentes fallos de firmware…..
Al margen de todas estas cosas, lo que resulta un poco patético y hace “transparente” el trasfondo crematístico de la cuestión es la forma en cómo “se crea” un premio “para cada cosa”, hasta 40 categorías de una enorme especificidad.
En fin....
Reconozco que, en los días pasados, he experimentado una sensación muy parecida a la que cita al comentar: ”Pero luego, al recibir el quinto mail de una compañía marcando paquete por haber ganado tal o cual categoría es imposible contener las ganas de saltar a la yugular"
En mi caso, al recibir esos mail, mientras me contenía en expresar mi opinión hacia los remitentes, simplemente no contestándolos, pensaba para mí mismo algo así como:
¿Serán capaces de entender el por qué de que no les contestemos ni publiquemos nada acerca de esas notas de prensa?
¿Sabrán estas Compañías que para los conocedores del tema, esos premios no son precisamente un prestigio, y que a la larga, les pueden perjudicar?
Porque todo lo que comenta Iker en su post es cierto. Y más.
El mecanismo, que por cuestiones profesionales conozco a fondo, es tal, que recuerdo que en una ocasión, un alto responsable de una compañía me comentó, mientras rodábamos por las calles de Barcelona, algo en la línea de …”no nos importa mucho el premio que nos den, siempre que nos den alguno cada año. Sabemos que si este año pagamos el canon por el que "nos toque", por ejemplo del de una compacta, el próximo será el de otro producto”…
Ya Iker cita en su post temas tales como el que se conceda un premio a un producto que todavía no está en el mercado, y del cual no pueden ser conocidas posibles bondades o fallos, pero es que la pauta es que se conceden premios a productos que desde luego no han llegado a pasar por las manos de la mayoría de los “expertos” miembros de la TIPA. Y en todo caso, una gran parte de los respetables miembros de esas publicaciones no tienen, bien medios, bien capacitación profesional para evaluar los productos. Tampoco hay tiempo, en los plazos entre disponibilidad de producto y fecha de concesión de los premios, de contar con experiencia profesional externa adecuada.
Al anecdotario de Iker referido al objetivo Sigma 18-250 mm –que no es el primer caso en ese sentido– se suman otras muchas, como el patinazo de dar un premio a un producto obsoleto, o el de que una compañía pida que se le “cambie el premio” a otro producto para el que tiene más interés. Por no citar el de una cámara premiada que sufre de frecuentes fallos de firmware…..
Al margen de todas estas cosas, lo que resulta un poco patético y hace “transparente” el trasfondo crematístico de la cuestión es la forma en cómo “se crea” un premio “para cada cosa”, hasta 40 categorías de una enorme especificidad.
En fin....
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