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Leica M11: a prueba

Leica presenta su rumoreada M11, una telemétrica que se ubica plenamente dentro de la saga de las Leica M. Dos son sus rasgos novedosos fundamentales: un sensor retroiluminado (BSI) de 60 Mpx., que ofrece dos resoluciones adicionales a 36 Mpx. y 18 Mpx., operando en modo «pixel binning» y una nueva base de cuerpo «tipo Q2» que abandona la clásica tapa separable que acompañaba a las telemétricas de la firma desde aproximadamente 1925.

© Valentín Sama Rojo

A ello se suma un puerto USB-C para control por cable («tethered») y la astuta disposición de una memoria interna de 64 Gb, capaz de operar como «una segunda ranura» adicional a la simple disponible para albergar una tarjeta SD. Por lo demás, la M11, sería casi idéntica en formas y configuración a las últimas Leica M 10-R y Leica M 10-R Monochrom.

© Valentín Sama

Durante unos pocos días he tenido la oportunidad de probar una unidad de M11 dotada ya del firmware final «autorizado» de la nueva producción de Wetzlar, el 1.2.0.0 (1), y así, a la presentación oficial de la M11 sumo ya la prueba de la misma.

El carácter más diferenciador de la Leica M11 es su sensor «de resolución variable», por buscarle un nombre provisional. Tal como indico más arriba, el sensor –en formato Barnack (24 x 36 mm)– ofrece una resolución nativa de 60 Mpx., pero también nos permite fotografiar a resoluciones de 36 Mpx. y 18 Mpx. Pero lo fundamental es que, para estas dos últimas resoluciones «inferiores»... ¡se siguen utilizando todos y cada uno de los 60 fotodiodos, manteniendo el formato de 24 x 36 mm!

© Leica

¿Cómo es posible eso? En realidad es muy sencillo, al menos en principio: aplicando la conocida tecnología de «pixel binning». El sistema no es otro que sumar los fotones atrapados en cada uno de los 60 millones de fotodiodos a fin de mejorar –en determinadas condiciones de toma– la calidad de imagen.

Así, desde Leica se nos indica, que –al valor de 36 Mpx.– alcanzaríamos un punto más de rango dinámico –15 pasos en lugar de 14– al tiempo que a 18 Mpx. el ruido –con el mismo rango de 14 pasos– sería lo más bajo posible, en todos los casos con una profundidad de color de 14 bit para los DNG y de 8 bit para los JPEG. Evidentemente, a 60 Mpx. la resolución de detalles finos será máxima, y de hecho la más alta en una Leica-M hasta la fecha.

La verdad es que –a priori– el tema es de lo más interesante, y parece que, en principio lo más normal sería operar habitualmente en 36 Mpx., la opción más equilibrada... ¿o quizá no? A la vista de las tomas controladas que ofrezco –y de los resultados que cada uno obtenga– se tomará la decisión.

El nuevo sensor BSI de 60 Mpx. de la Leica M11 © Leica

Por el momento, tal como es costumbre en todas las marcas, no conocemos quién es el fabricante de este sensor (*), si bien sabemos que el control es por medio del procesador Leica «Maestro III», un procesador (de Fujitsu) que, en mis pruebas, se ha revelado como muy rápido. El filtro del sensor sigue la pauta del incorporado en la M 10R, siendo monolítico bicapa UV+IR, y muy fino, a fin de optimizar el rendimiento con los objetivos angulares del sistema M. Debe ser similar, si no idéntico al de la M 10-R.
Las dimensiones de la Leica M11 son de 139 x 38,5 x 80 mm para un peso –con batería– de 640 gramos (plata) o 530 gramos (negro). La diferencia de peso entre los dos acabados –aprox. un 20%– se debe a que la cubierta superior y la base son en latón cromado en la versión"plata" y en aluminio anodizado en la versión "negra". El cuerpo es –en ambos casos– en aleación de magnesio.

La parte técnica de esta prueba se dedica, por tanto, a mostraros las calidades que se alcanzan –en una situación controlada– en cada uno de esos tres modos de operación. A ello se suman, naturalmente, las sensaciones de manejo, y tomas de campo.

Cámara en mano

La M11, al seguir las pautas generales de los más recientes modelos de la serie M, es bastante  delgada, siendo así poco más gruesa que una M4-P clásica para película, como podemos ver en la imagen.

M11 vs MP-4 © Valentín Sama

Como en todas las Leica M, se echa un poco en falta algo más de «grip», de empuñadura, pero la posición de Leica al respecto me parece acertada: «si quieres algo más de agarre, le añades alguna de las empuñaduras accesorias disponibles, pero la estética base del cuerpo M no la tocamos.»
Ya en la imagen podemos apreciar que el pulsador frontal ha pasado –de forma muy discreta– a la parte superior, cerca del disparador y conmutador, que sólo dispone de la alternativa ON/OFF.
La base, es completamente novedosa, abandonando –por fin– la nostálgica e histórica, pero incómoda configuración de tapa inferior separable.

© Valentín Sama

© Valentín Sama
Al accionar la palanca se puede extraer la batería, pero un sistema de «doble toque» sobre la misma, al estilo de la Q2, impide que ésta caiga accidentalmente. En la imagen, podemos ver la ranura única para tarjetas SD, así como el zócalo USB. Resulta interesante que se puedan utilizar simples cargadores compartidos con otros dispositivos, tales como terminales móviles, ordenadores, etc.

El cable USB –de conexiones estándar– sigue el acabado muy cuidado característico de los productos de la firma... © Valentín Sama

Por cuestiones de respetar la configuración del cuerpo y razones de espacio, encontramos una ranura única para tarjetas, y ahí se ha optado por una solución muy práctica: una memoria interna de 64 Gb, con la que se puede operar de la misma manera que con una segunda «ranura virtual»: copia simultánea de seguridad, llenado secuencial, separación por tipo de archivo, copia de la memoria interna a una tarjeta... ¡genial!

No he llegado a agotar la tremenda batería de 1.800 mAh. en ninguna de las largas sesiones de toma, cosa en la que he coincidido con otros «beta tester» de la M11. Según la firma, la batería ofrecería –en la M11– un 64% más de autonomía que las anteriores de la misma capacidad, merced a una mejor gestión de la energía del sistema de medición y otros apartados de la cámara.

Vamos a pasar al dorso de la M11, donde se ubican la mayor parte de los mandos de control –escuetos– pues, aunque avanzada tecnológicamente, estamos ante una elegante y minimalista Leica-M.

© Valentín Sama

La rueda posterior se suma al pulsador FN para recibir asignaciones de «modos» por parte del usuario, a través del menú, y navegaremos por las distintas opciones –por lo general– con el pulsador de cruceta y pulsador central. Requiere un poco de adaptación, pues los mandos, incluyendo la rueda –que también es pulsador– responden de forma distinta a una pulsación larga que a una corta, pero sencillez y elegancia en la mayor reducción de número de mandos, mandan: una Leica M no puede estar erizada de botones,
Si observamos la imagen con detenimiento (todas las imágenes se dejan ampliar), podremos acceder a algunos detalles del ajuste presente:
  • El Live-View (LV) está desactivado. El «tachado» es muy gráfico.. Pero, más sobre esto más adelante...
  • Tenemos introducida una compensación de exposición de +1/3 EV
  • En la tarjeta tenemos libres 54,4 Gb al tiempo que en la memoria interna nos quedan los 64 Gb totales
  • Disponemos de un 85% de batería
  • El modo de exposición está ajustado en prioridad a la abertura de diafragma
  • El ISO automático trabajaría a ISO 6.400...
La pantalla es es de 2,95 pulgadas y 2.332.800 puntos y permite un manejo táctil, algo especialmente cómodo para –por ejemplo– activar y desactivar el Live-View.

En la parte superior izquierda, disponemos del selector analógico de ajustes ISO, que incluye el valor de ISO 64, la sensibilidad nativa del sensor, una bonita concesión a la nostalgia de aquellos Kodachrome 64 y Ektachrome 64 que algunos hemos tenido la suerte de vivir.  A los encajes para «Auto» y «Manual» y el citado de 64, se añaden los valores para 200, 400, 800, 1.600, 3.200 y 6.400 ISO.
Ya a través de menú podemos ajustar todo lo que podamos necesitar, siempre dentro de una contención de dedicación Leica «a lo fundamental» o «das Wesentliche».
Así, disponemos –en JPG– de dos modos de blanco y negro – estándar y de alto contraste– así como los de color para «estándar, natural y vívido». Ya que estamos en ello: todo es una cuestión personal, pero para usar los JPG directos de cámara yo ajustaría a un punto menos de contraste y uno más de «nitidez, o enfoque».

El obturador

Este es un aspecto muy interesante, y al respecto recomiendo encarecidamente leer este artículo  enlazado.
Dispone de modos «mecánico», «electrónico» e «híbrido». En el primero, se dispone de tiempos de obturación –por medio de las laminillas– de entre 60 minutos y 1/4.000 s. Obviamente, el control del mecanismo es electrónico.
En el modo enteramente electrónico la exposición, que no «obturación» se realiza solamente gestionada por el sensor, con tiempos de entre 60 segundos y 1/16.000 s. Los amantes de discreción –por ejemplo para fotografía de teatro y conciertos adorarán este modo, en el que no se genera sonido alguno. No lo he medido, pero parece evidente que en este modo habrá el menor retardo de disparo posible. Ello, podría ayudar, de forma colateral, a reducir el riesgo de trepidación por parte del fotógrafo.
Queda por comprobar –a la vista de los primeros resultados– qué tal se gestiona el «flickeo" bajo determinadas fuentes de iluminación.
En el modo híbrido, finalmente, el sistema recurrirá al modo electrónico si necesita acortar el valor de1/4.000 de segundo.
Cara a las muy largas exposiciones –de hasta 60 minutos–, la M11 incorpora una opción en mi opinión muy, muy interesante: la cancelación de la reducción de ruido «LENR» tras cada toma. Esa operación suele llevar aproximadamente el mismo tiempo que el de la propia exposición, y puede interrumpir nuestro flujo de trabajo. Naturalmente, el trabajo de «borrado» de píxeles calientes lo tendremos que realizar en postproducción.

El visor

Estamos –en principio– ante el mismo visor telemétrico de los más recientes modelos de Leica M, con un aumento de 0,73x y marcos luminosos. Es limpio y preciso, «la razón de ser del sistema M», pero –en mi opinión– cuando se montan objetivos de 28 mm de focal, está ya «un poco al límite» y en ese caso para los usuarios de gafas puede resultar conflictivo llegar a controlar bien los extremos el encuadre. Ahí, recomiendo seriamente utilizar sobre el ocular las lentes correctoras que ofrece Leica. Claro está que si padecemos de astigmatismo no podremos conseguir una corrección completa.
Un poco más adelante, vuelvo a reflexionar sobre este tema.

A futuro
Se espera –en breve– una importante actualización de la aplicación Leica Fotos a la 3.0, que permitirá entre otras cuestiones, geolocalización y fáciles actualizaciones de firmware.
Igualmente se esperan mejoras por parte de Adobe en lo que respecta a extraer el máximo contenido de los tres modos de DNG del nuevo sensor. 

Prueba de rendimiento bajo condiciones controladas

Para esta prueba utilizo un «bodegón» que incluye un buen número de elementos para ponérselo difícil a los sensores y firmware de las cámaras, y por eso es intencionadamente barroco (2). El objetivo utilizado es un APO-Summicron-M 50 mm f/2, el que se supone es el «tope de gama M» en calidad de reproducción en esa focal. Se ha utilizado a f/8-11 para evitar entrar en zona de difracción.

© Valentín Sama

Aunque cada observador aplicará su propio criterio, os hago ciertas observaciones y sugerencias:
Algunos objetos están dispuestos de tal manera –más claros a la izquierda, más oscuros a la derecha– con la intención de extender el rango tonal de la escena, ya que la iluminación –de ventana– está ubicada a 45º a la izquierda y 25º desde arriba. Hay una sutil luz de contra con nido de abeja que viene por la derecha. El modo de color, salvo indicación en contra, es el «estándar».

Punto clave es la tabla Pro-Passport de colorchecker para la que se ajusta color y exposición (parche gris medio). Lo demás «se deja caer, según Ansel Adams» y debiera permitir nuestras evaluaciones visuales y mediciones.

Me permito llamar vuestra atención –de izquierda a derecha– sobre:
  • Los caparazones de jibias, con sus sutiles y cálidas tonalidades blanquecinas
  • Los brillos especulares del reflector de la Speed Graphic y la primera bombilla fungible de magnesio de la historia
  • Los botes Kodak de película, que nos ofrecen el esquema RGB además del blanco y el negro
  • En los coches de «hojalata», en el azul, el conductor no está perfectamente afeitado... ¿lo veís? Y el bólido plateado nos deja detectar pronto ruido de crominancia
  • Además de la torre Eiffel tenéis una copa grabada al ácido, sin olvidar la conmemorativa de los 50 años de Photokina (¡ay!)
  • Bajo ésta un estuche en cartulina serigrafiada
  • Otro punto clave es la cámara Mercury sobre la que ¡ojo!, se ha realizado el enfoque: las filigranas de sus grabados  nos serán muy útiles
  • Una oscura botella de cloro intenta despegarse del fondo de tela negro (sobre el que veremos posible ruido)
  • La delicada caja de laca rusa nos permitirá ver matices de detalle y color
  • El lateral del fuelle de la antigua Kodak pone a prueba la capacidad de gama tonal en el extremo opuesto a los brillos especulares del reflector de la Speed Graphic
  • Y finalmente ¡hay algo mucho más oscuro casi escondido el extremo derecho del encuadre!
  • Las flores nos aportan matices de color orgánico y en anuncio de Agfa no caigáis en la trampa: ¡las letras no son en blanco puro!
  • Ya que estamos en ello: en las imágenes en las que asoma el jardinero con la pala tras la Mercury...¡hay aplicada reducción de ruido!
Poner absolutamente todas las tomas realizadas (sólo del bodegón unas 420) sería abusivo y aburrido, pero creo que sí que puedo ofrecer algunas clave. Siempre hay que tener en cuenta que la propia plataforma de Blogger impone una cierta compresión, aparte de las variables de monitores, etc. Por eso añado algunas observaciones personales. En principio, todas las imágenes se dejan ampliar. Todas, © Valentín Sama

A 60 Mpx. e ISO 64, la que se supone es la sensibilidad nativa del nuevo sensor BSI

A 60 Mpx. e ISO 200

A 36 Mpx. e ISO 200

A 18 Mpx. e ISO 200
Ahora, vamos a subir, de forma valiente a los ajustes ISO altos a muy altos... y puesto que, quizá nos pueda interesar, vamos a ofrecer la variante con reducción de ruido.

A 60 Mpx. e ISO 1.600

A 60 Mpx. e ISO 1.600, con reducción de ruido +1

A 36 Mpx. e ISO 1.600

A 36 Mpx. e ISO 1.600, con reducción de ruido +1

A 18 Mpx. e ISO 1.600

A 18 Mpx. e ISO 1.600, con reducción de ruido +1

¿Nos atrevemos?... ¡Subamos a ISO 25.000!

 
A 60 Mpx. e ISO 25.000

A 60 Mpx. e ISO 25.000, con reducción de ruido +1

A 36 Mpx. e ISO 25.000

A 36 Mpx. e ISO 25.000, con reducción de ruido +1

A 18 Mpx. e ISO 25.000

A 18 Mpx. e ISO 25.000, con reducción de ruido +1

A 60 Mpx. e ISO 6.400

A 36 Mpx. e ISO 6.400

A 18 Mpx. e ISO 6.400


Leica M11y su sensor: mis impresiones

Lo reconozco: podemos pasar horas examinando y discutiendo sobre los archivos, y es posible que cada uno extrajese conclusiones algo diferentes. Por eso voy a atreverme –es un riesgo– a resumir. ¿Está lo que promete Leica acerca de sus tres DNGs –60/36/18 Mpx.– ahí? La respuesta es afirmativa. Pero hay que mirar con detalle.

A ISO 64 la calidad de imagen a 60 Mpx. es tan apabullante que si fuese posible, rara vez saldríamos de ese ajuste. En ese terreno las mejores ópticas luminosas APO de Leica tienen su terreno, para ser utilizadas a grandes aberturas. A notar, que el obturador híbrido mecánico/electrónico nos ofrece tiempos de hasta 1/16.000 de segundo para poder explotar a pleno sol esas aberturas.

Sólo una escena con un rango tonal extraordinario nos invitaría a «tirar» del modo de 36 Mpx.
Así por ejemplo, sin salir de ISO 64 podéis encontrar algo más de texturas en las altas luces especulares y en las sutilezas de los caparazones de las jibias. Puesto que la resolución sigue siendo muy alta no es mentira que –tal como indica la firma– el modo de DNG 36 es quizá el más equilibrado.
A estas alturas espero que ya hayáis descubierto lo que había escondido en las sombras a la derecha, junto a la cámara Kodak: una caja de bakelita; casi negro absoluto salvo por los delatores brillos de su grabado.

Al ajuste de ISO 1.600, un valor muy útil –«dadme un 1.600 ISO limpio, y me conformo»– decía en una ocasión el gran David Airob, la gama tonal y la nitidez es todavía muy buena para 36 Mpx., y el mínimo ruido mejora con la reducción, con casi inapreciable pérdida de nitidez. En este ajuste ISO es cuando ya se empieza a notar la mejoría en ruido utilizando el modo de DNG 18.

Al saltar  al valor de 25.000 ISO, es cuando comienzan a pasar cosas más llamativas. A DNG 60 el ruido es –tal como definen muy bien en USA– del tipo «sal y pimienta»: bastante acusado.
El ajuste teóricamente ideal, por la acumulación de fotones con el «pixel binning» ofrece una suerte de grano –más que ruido de crominancia– de aspecto muy nítido, del tipo «revelado con Rodinal» de la fotografía fotoquímica. La reducción de ruido aquí lo reduce, pero a costa de nitidez. Quizá un ajuste de reducción menor del utilizado, cero en lugar de +1, ofrecería un compromiso interesante.
Por supuesto, en los ajustes ISO altos intermedios, para 6.400 y 12.400 los resultados en ruido se escalan proporcionalmente, con resultados que me parecen muy buenos. Aunque, esta cámara nos pide, amablemente, trabajar habitualmente a 200, 400, 800 ISO.

Y a ISO 64, donde nos ofrece resultados otrora reservados a cámaras de banco y gran formato. Y nadie nos impide trabajar con ella sobre trípode. Con una rótula micrométrica podemos disfrutar de ciertas antiguas sensaciones...¡con un equipo ligero!

Ya que hablamos de alta resolución conviene recordar que, al fotografiar con las cámaras con esas características, conviene evitar en todo lo posible la trepidación. En ese sentido, en el modo de ISO automático, podemos realizar ajustes para limitar los tiempos de exposición/obturación en rangos de fracciones de la focal utilizada en cada momento.

Tomas de campo

Aquí pongo algunas tomas de campo, realizadas estos últimos días ya con el firmware 1.2.0.0 más reciente, con objeto de hacernos una idea de algunas de las prestaciones de la M11 sobre el terreno.

A 60 Mpx. Summarit-M 75 mm f/2.5 a f/8 ISO 100 © Valentín Sama

Esta imagen es una de mis favoritas para reflejar las posibilidades del nuevo sensor de la M11. Tomada con un Summarit-M 75 mm f/2.5 a 60 Mpx. e ISO 100.
En un paisaje urbano que pronto desaparecerá bajo la maquinaria pesada, «alguien» vigila, con cierta desconfianza a los estorninos que uno a uno se han ido posando en el árbol...

Recorte de la imagen anterior. ¡Sí, no cabe duda: también son estorninos! © Valentín Sama

La capacidad de resolución y la delicada gama tonal me parecen extraordinarios. De haber utilizado la óptica APO-Summicron-M 75 mm f/2 ASPH., probablemente el detalle sería aún mejor. Pero no tengo nada que objetar a mis honestos Summarit-M. (3) 

A 36 Mpx. Summarit-M 35 mm f/2.4 ASPH. a f/8-11 e ISO 1.250 © Valentín Sama

Los buenos servicios del «pixel binning» se dejan apreciar especialmente en esta imagen del Talgo II


A 36 Mpx. Summarit-M 35 mm f/2.4 ASPH., a f/16 e ISO 1.000 © Valentín Sama

El diafragma a f/16 era necesario para la profundidad de campo deseada, a costa de una cierta pérdida por difracción, Poder comprobar esas escalas de profundidad en los objetivos Leica-M es algo que los modernos usuarios de ópticas AF se pierden... Los 1.000 ISO se aguantan perfectamente sin reducción de ruido.

A 60 Mpx. Summarit-M 75 mm f/2.5 a f/11-16 e ISO 100 © Valentín Sama 

Una situación casi monocroma, que –por las texturas– invitaba a explorar los 60 Mpx. El largo parasol del Summarit-M resultó aquí imprescindible.

A 36 Mpx. Carl Zeiss 28 mm f/2.8 a f/11 e ISO 800 © Valentín Sama

A falta de un Leica-M, un Carl Zeiss Biogon ZM, que cumple con gallardía: son las ventajas de la alta compatibilidad de la montura Leica-M.


A 60 Mpx. Summarit-M 75 mm f/2.5 a f/5.6 e ISO 200 © Valentín Sama

Ampliando, se dejan apreciar las sutilezas que, en las partes translúcidas, nos ofrece la resolución de los 60 Mpx. ¿Hubiese sido preferible aquí el modo de 36 Mpx. con su ligera expansión de gama tonal?

A 36 Mpx. Fish-Eye OM-System 16 mm f/3,5 a f/8 e ISO 1.250 © Valentín Sama

¿Un sacrilegio o un simple atrevimiento? ¿Por qué no? Las Leica M son probablemente los cuerpos más compatibles con ópticas clásicas. E este caso una óptica de los años 70 del siglo pasado. Aparte del comprensible flare de la parte alta... amplíen, por favor.


Summarit-M 35 mm f/2.4 ASPH., en modo Blanco y Negro

A 36 Mpx. Summarit-M 35 mm f/2.4  a f/2.4 e ISO 3.200; BN de Alto Contraste © Valentín Sama

A 36 Mpx. Summarit-M 35 mm f/2.4 ASPH. a f/8 e ISO 100

Enfocado sobre la «recogedera» para «pesca sin muerte» el sutil desvaído de las pintadas crea una suerte de trampantojo.
A notar, que Leica certifica su M11 para operar entre cero y cuarenta grados Celsius. En este entorno trabajamos durante unas dos horas en torno a cuatro grados bajo cero sin experimentar problema alguno.


A 36 Mpx. Summarit-M 35 mm f/2.4 ASPH. a f/4 e ISO 64 Modo Vívido © Valentín Sama

Un cuerpo muy funcional y polivalente

Ya lo comenté con ocasión de la prueba de la Leica M 10R y con más razón ahora, con el nuevo sensor, de mayor resolución y con la flexibilidad del «pixel binning»: es cierto que la M11 está predestinada por naturaleza a ser utilizada como una telemétrica pura en combinación con los objetivos de la serie M, pero también puede desdoblar su carácter y ser un cuerpo capaz de utilizar otros objetivos muy especializados, en trabajos de naturaleza muerta, arquitectura, etc. Ello, no sólo a través del monitor en modo Live-View, sino especialmente, en combinación con el nuevo Visoflex II, de 3,7 Mpx. y de formas mucho más contenidas y ergonómicas que el anterior.

© Leica

Algunos, poco conocedores del mundo Leica, ven como una incongruencia el ofrecer un visor accesorio –en este caso electrónico– para una cámara telemétrica, pero la realidad es que Leica, al igual que otros fabricantes de cámaras de esa clase, tiene una larga trayectoria en ofrecer visores adicionales externos, al menos desde 1931 («Torpedo»).
Ello permite ofrecer una cobertura de focales mayor que la ofrecida por el visor incorporado y también –en ocasiones– una imagen de mayor tamaño. Una corrección de dioptrías de alto rango (-3 a +4 en este caso) es también bienvenida.

Un visor externo «VIDOM» montado sobre una Leica IIIa © Valentín Sama

Personalmente ya uso uno «VIDOM» con ajustes para focales de 35, 50, 73, 90, 105 y 135 mm, para mi Leica IIIa, y otro electrónico sobre una Monochrom Typ 246. Y si tuviese una M11 no dudaría en gastar los 695 euros de este Visoflex II. Permite, entre otras cosas, en modo Live-View:
  • Encuadres muy precisos a la altura del ojo, o sobre trípode, sin tener que hacer cursos de contorsionismo merced a su articulación
  • Enfoque preciso, con aumento, en cualquier punto del fotograma
  • Encuadres y enfoque con objetivos más o menos exóticos, no disponibles en el amplio catálogo actual de Leica, y usados mediante adaptador.
Y ello... no impide usar la cámara en su forma tradicional, con enfoque por telémetro, o –no olvidemos– con ajuste a hiperfocal.

Hablando de ópticas exóticas... ¿a quién se le ocurriría usar un clásico de los años 70 del siglo pasado, un Olympus OM-System Fish-Eye 16 mm f/3,5 sobre una Leica M11? Pues... a  mí, por ejemplo.

Leica M11 con Olympus OM-System Fish-Eye 16 mm f/3,5, a f/5.6-8 © Valentín Sama

En este caso, opté por el modo «Monocromo estándar» de la M11 a fin de poder usar –con un simple giro y «clic»– el filtro rojo de la torreta incorporada en el ojo de pez de Olympus (4). El viejo tronco cortado se encuentra a poco menos de un metro de distancia, y la nivelación total de la M11 permite una perspectiva relativamente poco exagerada. ¿El nivel de detalle? Amplíen...

Un «Fish-Eye» de los años 70 de Olympus OM-System, montado sobre la Leica M11. La torreta giratoria para filtros interiores está en la posición de «rojo» © Valentín Sama

Así, podríamos  poner un ejemplo extremo adicional...

Un objetivo «shift» OM-System 24 mm f/3.5 © Valentín Sama


©Valentín Sama

Leica M11: conclusiones

En mi opinión, la Leica M11 representa una evolución muy importante en la historia y la gama de las Leica telemétricas de bayoneta M. La evolución del cuerpo, en lo que respecta a la tapa inferior me parece casi anecdótico en comparación con la tecnología que esconde en su interior, y que puede ser la base para derivaciones futuras. Me refiero especialmente a la forma «silenciosa» en la que la M11 opera en realidad como una «mirrorless» nada más pasar el conmutador de «OFF» a «ON». Puede que esto de mucho que hablar, así como, en su momento, el caso de la fabricación del sensor.
La M11 es un instrumento fotográfico extraordinario, que se ubica a la par –¿o por encima?– de modelos tales como la 10-R o su variante Monochrom. Difíciles opciones de compra... ¡Quizá el mercado de cuerpos M 10-R impecables de segunda mano se comience a animar!

Finalmente, reconozco una cierta contumacia por mi parte, pero donde muchos ven la cumbre de las telemétricas digitales, yo también lo veo, sí, pero –quizá debido a mi formación como fotógrafo industrial y de producto– también veo un cuerpo polivalente soberbio, una especie de «respaldo digital» con el que, mediante distintas ópticas, se podrían abordar tareas profesionales especiales de lo más exigente y quizá atípico.
Más allá, claro, del uso habitual previsto a una telemétrica pura como no deja de ser la M11. Los originales modos de trabajo en «pixel binning» aportan una flexibilidad digna de celebrar, que se une la alta resolución y el soberbio ajuste nativo a ISO 64.

El precio del cuerpo de la M11 se sitúa en 8.420 € –independientemente del acabado– y el del Visoflex II en 695 €.

NOTA: por razones técnicas, los comentarios no deben superar los 3.000 caracteres, incluyendo espacios


1) La unidad fue cedida por Leicastore de Madrid, y una unidad anterior sólo se dispuso durante unos muy pocos días, al no estar operativa finalmente al no disponer del más reciente firmware –el 1.2.0.0–, disponible sólo desde el pasado 7 de enero.
2) Aunque similar al empleado en otras pruebas, no es válido para comparar los resultados de esta respecto a las anteriores.
3) Ya fuera de producción
4) Otros filtros internos disponibles en la torreta son el amarillo y el UV
(*) Al parecer, quizá, pero no seguro –las fuentes difieren– fabricado por Sony bajo estricto diseño de Leica, especialmente en lo concerniente al filtro cementado UV/IR, los filtros de color, la pauta Bayer y la estructura y disposición de las microlentes, adaptada a la distancia de registro de la montura y los objetivos Leica M, incluso los más angulares. Ver imagen, abajo.





Comentarios

Mara ha dicho que…
Excelente análisis, me gustaría conocer un poco más tus impresiones comparándola con la M10R, con respecto a la calidad de imagen y la colorimetría. ¿Has notado un salto cualitativo apreciable en tus tomas de campo? Muchas gracias, siempre es un placer leer tus artículos.
Valentín Sama ha dicho que…
Gracias por sus amables palabras, Mara
La realidad es que los tiempos han ido tan justos (desde Wetzlar no llegó el firmware 1.2.0.0 hasta el 07/01(2022) que no he tenido tiempo de hacer la comparación con la M 10-R.

Pero las expectativas son buenas, ya que desde Leica se habla de «mejoras, tanto en los filtros RGB como en los algoritmos, apoyados por un procesador más potente».
Si avanzo en la comparación, lo publicaré.
Saludos cordiales
Valentín
Helena Dominguez ha dicho que…
Gracias por el artículo, Valentín, me lo he reservado para el café de la tarde del Sábado. Sal y pimienta, estorninos, y un armario de objetivos clásicos extraordinario. Muy fan de la foto del Talgo, qué pedazo de cámara/óptica y operador.
Mi duda:
Se habla del retardo de puesta en marcha (del encendido, imagino). ¿Refiere Leica de cuanto tiempo es? Ya supongo que más si hace frío, si la batería está baja...
Valentín Sama ha dicho que…
Gracias por tus amables palabras, Helena.

Espero que disfrutes tanto con la lectura como yo acechando para hacer la foto de los estorninos: ahí estuve durante algo más de una hora y media...

El Talgo es un clásico, Viajé de chico justo en ese modelo de "Tren Articulado Goicoechea" y por eso le tengo un cariño especial. Esa parte final era un mirador al que –sobre todo los señores (eran los años 50)– iban a sentarse para fumar un buen puro y charlar en torno a unas copas de brandy.

Sí que la cámara muestra ahí sus capacidades...

En mi opinión, la razón central del sistema «M» son sus objetivos, y no sólo los Leica, sino también los Carl Zeiss, Voigtländer... y todos los adaptables, como esos Olympus OM-System.

La verdad es que me ha sorprendido lo del retardo de puesta en marcha, que –efectivamente– voy leyendo por ahí. En mi caso he podido disponer de dos unidades diferentes de M11 y el tiempo de puesta en marcha me ha parecido, pues... el normal para una cámara no mecánica, con batería que debe abrir el obturador al arrancar. ¿Cuanto?. Pues un segundo, o algo menos quizá.

Creo que los más exigentes deberían usar,en lugar de una M11, una M4-P («wink, wink») que no tiene conmutador de puesta en marcha, ni baterías... =;-P

En mis pruebas, tuve ocasión de usar la versión negra durante un par de horas a unos cuatro grados bajo cero, y no noté incidencia alguna. La solución, puede ser –a costa de mayor gasto de la gorda batería– programar en la cámara vía menú que no se autodesconecte durante toda la sesión que tengamos prevista.

Saludos cordiales
Valentín

Helena Dominguez ha dicho que…
Un sensor de 15 diafragmas, esa calidad de imagen, esa ligereza y la versatilidad de escoger entre un buen surtido de fábricantes de ópticas (a precios mucho más llevaderos que Leica); y en mi caso, de reciclar la única óptica que tengo en casa de esa categoría. Lo entiendo y me gusta.
Pero justifico mi pregunta: cuando yo compré mi M6 (cámara que me costó muchas prostutuciones, pero con la que tenía la única vida fotográficamente pura que he tenido), Leica la publicitaba como el lapso de reacción más corto del mercado, así que yo era de las que no se separaba de aquella máquina ni para ir a mear, y cuando salía a cazar fotos siempre tenía la película pasada, y el objetivo descubierto, e incluso el anillo de foco a 2 metros -ni muy cerca, ni muy lejos- por si sucedía algo que hubiera que guardar en la caja negra para siempre. Algo instantáneo.
Pero claro, no había que encender la cámara. Ni sacarla del "standby".
Por eso creo que es una información que debería estar en un prospecto de especificaciones. Porque los clientes de Leica sabemos lo que es bueno, pero estamos un poco mayorcetes :D y si hay un desfase que no es mio, necesito conocerlo para poder funcionar con ello.
Valentín, gracias de nuevo, por el informe y por la respuesta. Entiendo que progamarla para que nos se desconecte acortará la reacción de la cámara a costa de tirar de batería, lógicamente.
Un abrazo,
Elena.
Valentín Sama ha dicho que…
Hola de nuevo, Helena,

Las telemétricas fílmicas se consideraban mucho más rápidas que las réflex: más o menos 32 milisegundos de retardo en el disparo frente a los 64 de las mejores réflex. La razón es que hay que esperar a que el espejo se aparte del camino para poder comenzar a abrir el obturador.

Aquí (https://valentinsama.blogspot.com/2022/01/leica-m11-una-plataforma-para-una.html)explico que en una «despejada» –y la M11 opera, bajo la piel, como una de ellas– existe un movimiento previo de laminillas de obturador antes de iniciar la exposición. Puede ser de un tiempo algo menor al de un espejo, desde luego, pero ahí está.

Ahora bien: en modo de obturación electrónica, el sistema puede rivalizar, con ventaja con el obturador de una M6, por poner un ejemplo. Lo mismo en obturación con «primera cortinilla electrónica» algo que no parece estar disponible en la M11... por el momento (se podría implementar vía firmware).

Otra cosa es el tiempo de «puesta en marcha». Ahí ganará por goleada una cámara como la M6 o la M4-P.
En la M11 se puede conseguir algo parecido, tal como comenta, Helena: a través de menú ajustamos a que la cámara no entre en reposo nunca, al tiempo que ajustamos «reposo de pantalla» a 30 segundos. Pienso que la batería aguantará con gallardía.

Si además, optamos por obturación electrónica, creo que una M11 puede ser tan reactiva o más como una M4-P/M6, pero además, con exposición y AWB automáticos, medición matricial, etc. Y si trabajamos en color, con un notable ahorro en costes de película, que se han disparado con incrementos de hasta un 50% en algunos casos para el último mes.

Lo de llevar los objetivos ajustados a 2 metros o la hiperfocal es no de los placeres que ofrece el sistema Leica M.

Saludos cordiales

V

Helena Dominguez ha dicho que…
Gracias Valentín, por tu mensaje y por el artículo sobre la medición y obturación de la M11, la criatura funciona de manera peculiar. Entiendo que si la calificas de reactiva, es porque el lapso de puesta en marcha es superable con algo de astucia. Siempre se podrá escoger en qué situaciones con alto potencial fotográfico compensa mantenerla en standby.
M6 duerme en su sarcófago desde hace 17 años, el desplome de la película fue demasiado para nosotras -fue aún peor en provincias-. Pero de un tiempo a esta parte, las noticias de sensores con esta reproducción tonal y ampliación de latitud me están sentando muy, muy bien.
Como en Dumas, D’artagnan 20 años después.
Un abrazo, tu soporte técnico es imprescindible.
Elena.

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