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«Fujifilm GFX 100RF»: una «compacta» con un sensor de –modesto– formato medio; un primer análisis.

En el encuentro internacional autodenominado por la firma Fujifilm «X Summit 2025» que tuvo lugar en Praga el pasado día 20, la firma otrora famosa como fabricante de película, presentó oficialmente, unas horas después de esta publicación, su Fujifilm GFX 100RF. Lo que algunos, ya antes de nacer este nuevo modelo, habían calificado como «la X100VI de formato medio».

© Fujifilm


Actualizado a 23/03/2025
La nueva cámara, incorpora el sensor de las GFX de 102 megapíxeles (1) en el conocido formato de aproximadamente 33 x 44 mm (1,68 veces el del formato Barnack), así como la óptica fija Fujinon Super EBC 35 mm f/4 Aspherical equivalente aproximadamente a un 28 mm según las referencias habituales (Barnack/24x36 mm).
El objetivo, de nuevo diseño, obedece a un esquema de 8 grupos a partir de 10 lentes, de las cuales dos de ellas serían aesféricas.
De forma similar a lo que se hizo con la primera X100, el objetivo se ha calculado para ir muy próximo al sensor, y ello a fin de reducir todo lo posible el «fondo», el grosor de la cámara.
Por ello mismo, las microlentes del ya conocido sensor seguirían un esquema nuevo, a fin de asegurar la mejor cobertura de iluminación de centro a esquinas, así como reducir la incidencia de aberraciones cromáticas. A notar, que este tipo de óptica, de retrofoco invertido, suele producir bastante viñeteo, (+) por lo que puedo imaginar que la nueva GFX 100RF aplicará serias correcciones, tanto en los JPG como en los RAW.

El diseño de «retrofoco invertido que se aplica aquí, fue introducido por Olympus para su XA, ya hace 46 años © Fujifilm


Que yo recuerde, fue Leica, para su M8, la primera en utilizar microlentes especializadas de centro a esquina del sensor para controlar mejor viñeteo y aberraciones cromáticas © Leica

El esquema óptico del objetivo, incluye elementos de fuerte curvatura tal como se indica y se aprecia en la imagen ...«se ha desarrollado específicamente un revestimiento "Nano-GI" para lentes de alta curvatura.» Ello es conveniente, ya que los revestimientos contra reflejos se aplican por sublimación en campana de alto vacío y en las grandes concavidades los gases pueden experimentar dificultad para llegar bien al «pozo» al apex de la curva.
La distancia mínima de enfoque es de 20 cm, y el AF estaría asistido por IA.
El diafragma, de 9 palas, cierra hasta f/22 y desde aquí y lanzo un «caveat»: desde un punto de vista técnico, podríamos esperar pérdida por difracción ya para f/11 o ligeramente antes.

La obturación, de tipo central de control electrónico ofrece tiempos de 1/4.000 de segundo a 1 segundo, además de «B» y –muy interesante– el ajuste de «T». Gracias a un zócalo para cable disparador tradicional podremos aprovechar al máximo esa posición «T».
Aunque la nota de prensa inicial no lo cita, esta obturación debe incorporar un sistema híbrido, ya que los obturadores centrales –salvo rarísimas excepciones, que llegaron a 1/800 s, – no pueden superar el valor de 1/500 de segundo. Los obturadores de algunas ópticas de Hasselblad X2D se afirma que llegan a 1/2.000s aunque –tal como indica la firma– «con mayor nivel sonoro».
Curioso que desde Fujifilm en este momento se obvie esa información al respecto... de hecho se dice que llegaría hasta1/16.000s en modo electrónico...
Nota a 22/03/2025: en las especificaciones técnicas (Fujifilm Japón) figura que ...«el obturador mecánico opera entre 30 segundos y 1/4.000s». Así que suscitan mi interés en aprender cómo han superado la barrera tecnológica que existía hasta ahora...

Una posible solución técnica sería que el mecanismo del obturador central fuese no sólo ubicado justo entre los grupos de lentes de menor diámetro (arriba), sino –además– ser de gran diámetro relativo. De esa forma se podrían conseguir mayores velocidades de desplazamiento de las palas, sobre todo en la fase de cierre... Puras lucubraciones.

Porque una de las opciones, existente hasta la fecha, es limitar ciertas combinaciones de tiempos –breves– de obturación, con según qué valores de abertura de diafragma, so pena de producirse una exposición irregular del centro del fotograma hacia las esquinas del mismo: esto es, más exposición en el centro que en los bordes, salvo con valores de abertura de diafragma más cerrados que el máximo de apertura.

De hecho, por experimentados analistas profesionales, he podido saber, que –en efecto– en el caso de la muy solicitada cámara Fujifilm X100VI, en la que la firma se inspira en lo que concierne a esquema de óptica y obturación, se producen combinaciones de tiempo de obturación/abertura de diafragma «vetadas», y así, a f/2 no podrían emplearse tiempos más cortos de 1/1.000s, a 2.8 no mas cortos de 1/2.000s etc. Esperemos a ese todavía no disponible manual de usuario.
Mi sospecha –puedo estar totalmente equivocado– es que a partir de según qué combinaciones de abertura de diafragma y tiempo de obturación, se podría aplicar automática y silenciosamente una obturación electrónica. 

El dial selector de los tiempos de obturación, sigue, por cierto, un esquema muy clásico, al incorporar –bajo una ventanilla– el ajuste de las sensibilidades ISO. (imposible encontrar en este momento información de la gama ISO en la información oficial). (**)
Interesante, la incorporación de un filtro interno opcional gris ND de cuatro pasos.
El diafragma se controla desde un aro auténtico, ubicado en el barrilete del objetivo y dispone de sendas protuberancias, para un mejor agarre.
© Fujifilm
Para esta nueva GFX 100RF Fujifilm prescinde del complicado y costoso concepto del sistema de visor híbrido óptico/electrónico de la serie X100, empleando uno exclusivamente electrónico –de 5,76 Mpx.– y factor 0,84x, además de, naturalmente, de la pantalla posterior de 3,15 pulgadas y 2,1 Mpx. que es de tipo abatible.
Afortunadamente, hace tiempo que los fabricantes han tomado conciencia (arriba), de que la calidad del esquema óptico del ocular puede llegar a ser más importante que la propia resolución del «chip» del visor electrónico.

Ni que decir tiene, que esa alta resolución de 102 Mpx. permite emular con un aceptable sacrificio de calidad, focales equivalentes de 36, 50 y 63 mm, con la merma de resolución efectiva consiguiente: aproximadamente 62 Mpx., 31 Mpx. y 20 Mpx. finales. Me llama la atención que los responsables del diseño no hayan ofrecido una focal equivalente de al menos 75 mm, que es es algo clásico. Puedo suponer que no querían bajar de esos 20 Mpx. de resolución eficaz.

Arriba, el dial dedicado de generosas dimensiones para los ajustes de proporción de formato. La batería es estándar de las series GFX  © Fujifilm

Para ello, se dispone de un mando «Crop» en la parte frontal, que ofrece distintos marcos de visualización en el visor de los recortes de formato y «zoom digital» correspondientes.
Resulta interesante, a mi modo de ver, que el visor ofrece distintas opciones para mostrar el encuadre de recorte de focal respecto al campo restante, el total de la focal equivalente de 28 mm; sombreado, líneas luminosas, etc. Se pretende con ello emular una sensación de «visor telemétrico».
Aprovechando igualmente «el juego» que ofrecen esos 102 Mpx., parece interesante el dial exclusivo en la parte posterior, que nos permite seleccionar distintas proporciones de formatos: 4:3, 7:6, etc.
Un guiño a la nostalgia: entre esas nueve opciones de formato se ofrece la proporción 65:24 tipo «X-Pan» o Fuji TX-1 y TX-2. (3)
El «joystick» en la parte posterior se suma a los botones configurables al uso, para un manejo lo más fluido posible. Claro de que de ahí a «ofrecer una auténtica experiencia analógica de disparo», como refleja la nota de prensa... como que lo acabo de ver, Fujifilm.

Sobre la sincronización para flash a todas las «velocidades»

Un aspecto interesante de la utilización del obturador central en la nueva GFX 100RF, en lugar de uno planofocal, es que se nos habla –de nuevo– de las ventajas de poder sincronizar el flash electrónico a todas los tiempos de obturación –que no «velocidades»–, por ejemplo para utilizar ese tipo de fuente de luz de descarga en combinación con la luz ambiente; pero, al margen de que no estoy muy seguro de que el perfil de usuario de esta cámara sea precisamente el que anda combinado un flash externo, profesional o no, con ella,  hay –tal como dicen los anglosajones– «a fly in the ointment». Veamos, tal como expliqué en su momento al tiempo de la presentación de la SonyA9III con su «global shutter».

 © Creative Commons

© Profoto

La cosa no es tan sencilla. El relámpago de flash se produce por la descarga de alto voltaje entre los electrodos del tubo de flash (arriba), normalmente ocupado por uno o varios gases nobles. (Xenon, etc.)
Curiosamente, es necesario hacer circular, de forma simultánea una corriente de voltaje inferior (unos 100v) por ese alambre exterior visible en la imagen, a fin de «animar al salto» al relámpago en el interior del tubo.
Pero ese relámpago, ese «flashazo» no es de la misma intensidad lumínica a lo largo de toda su duración: en el gráfico de más arriba, T5 nos indica el tiempo de duración del «pico» más aprovechable, al tiempo que para T1 la intensidad ha caído ya en un 90%.
De hecho, «jugando» con la distancia entre los contactos del tubo, como, por ejemplo, la forma del mismo, los fabricantes pueden conseguir duraciones de relámpago ligeramente diferentes, pero siempre con «picos».

Ocurre que, ya para valores de 1/1.000 de segundo y no digamos para –por ejemplo, 1/16.000 s– el resultado podría ser dramáticamente insatisfactorio debido a las propias características de los flashes, más arriba reflejadas. Ya que, dependiendo del momento exacto de la sincronización, del cierre de contactos para el flash, el sensor podría atrapar tan sólo una parte poco, digamos... «productiva» de esa eyaculación del relámpago de descarga.

Por todo ello, podríamos estar hablando de un «valor recomendado sotto voce» por algunas firmas fabricantes de cámaras –incluyndo Sony para su flamante A9III– de 1/500 de segundo... ¡que es lo que han venido usando los fotógrafos profesionales hace décadas con sus cámaras fílmicas de formato medio y obturación central que también sincronizan con el flash a todos los tiempos de obturación!

Por medio de un complejo mecanismo de doble juego de palas, los obturadores Prestor RVS 750 incorporados en algunas cámaras Werra, ofrecían, en los años 50 del siglo pasado, un tiempo de obturación de hasta 1/750s. © Valentín Sama

¡Todo será que tengamos que volver a las antiguas bombillas fungibles de combustión, que con su largo tiempo de permanencia de encendido, permiten tiempos de sincronización incluso «a medida» como ofrecían –por ejemplo– algunas cámaras Leica!

© Valentín Sama

© Valentín Sama

En los mandos de una Leica IIIf de 1951/52,  (arriba) bajo el dial de tiempos de obturación, encontramos un dial ajustable –sin solución de continuidad– entre «0» y «20». Se trata de valores de avance del encendido del flash en milisegundos. Ese avance permitía que la ignición de los filamentos de aluminio, magnesio y otros metales alcanzase su punto álgido de llamarada en el momento oportuno de la exposición por parte del obturador respecto a la película.

Seguimos sin conocer, por parte de Fujifilm, datos concretos sobre el funcionamiento de ese obturador central que luce orgulloso en su dial de tiempos el valor de 1/4.000s. © Fujifilm
 

Conclusiones

Parece bastante evidente que Fujifilm, con su GFX 100RF, trataría de capitalizar el éxito comercial de las Leica Q3, (***) y de hecho, con unas dimensiones (aproximadas) de 133,5 x 90,4 x 76,5 mm (datos ya oficiosos) sería algo más ancha, bastante más alta y –en teoría– con algo menos de «fondo» que la cámara Q3 de Leica, que obedece a unas dimensiones de 130 x 80,3 x 92,6 mm (incluido el objetivo) para un peso de 740/658 gramos (con/sin batería), frente al peso de 735  gramos de la GFX 100RF en «orden de marcha» (2). Ese menor grosor se consigue –en parte– no sólo gracias al diseño del objetivo, sino mucho merced a la bastante modesta luminosidad de la óptica, más de dos pasos menos que las «Q» de Leica, según versiones. Curioso que desde Fujifilm, en las notas de prensa oficiales, se nos hable del peso de su nueva cámara, pero no de las dimensiones.
En este tema de las dimensiones, soy de la opinión de que Fujifilm juega con un argumento... un «pelín» falaz.
Antes de seguir, un punto importante: el cuerpo debe ser sellado, pero no en el punto del objetivo, pues se indica algo así como (al igual que en las últimas X100), que «el uso del filtro protector suministrado junto con el anillo adaptador asegura la protección contra cierto nivel de polvo y salpicaduras».

Veamos:
Ignoro si a alguien que valore haber pagado 5.500 € por su nueva GFX 100RF se le ocurriría usar su nueva joya con el objetivo abierto a la intrusión de polvo hacia el interior de la cámara, y ello por poco sea, ya que, al ser el objetivo fijo, si esas partículas llegasen al sensor, habría que desmontar la cámara para darle servicio.
Así pues, añadamos el «kit» suministrado de anillo adaptador, filtro sellante y parasol... y nos quedan –para estar en condiciones similares a una Q3 de Leica, aproximadamente 97,3 mm de fondo, frente a los 92,6 mm de la Q3... ¡Ay!, qué obsesión por ser más ligera y pequeña que una Q3!  

Un «handicap» importante, a mi modo de ver, unido a la relativamente pobre luminosidad de la óptica, vendría representado por la ausencia de estabilización en el cuerpo u óptica de la nueva GFX 100RF, algo que sí ofrece –en la óptica– la Q3 del fabricante germano.
En cuanto a la construcción, Fujifilm pone énfasis en «el panel superior mecanizado con precisión en aluminio, así como otras partes, tales como diales y placa inferior» lo que –colateralmente– arroja dudas sobre el cuerpo en sí: ¿aleación metálica o material sintético?

© Fujifilm



Es cierto, a la vista de la cámara, que el diseño y acabado de todos los mandos se ha cuidado mucho, apartándose –discretamente– de lo más convencional.
Personalmente la encuentro más «bonita» desde el punto de vista del usuario, que del frontal, que percibo como algo un tanto «tocho», excesivamente lineal en ese panel superior...

© Fujifilm


Dos ranuras para tarjetas son un detalle a agradecer en una cámara que –sin llegar a serlo– presume de «compacta».

El precio anunciado es del entorno de los 5.500€, inferior en unos 1.300/800€ respecto a las Leica Q3, también según versiones.
Respecto a los sensores, conviene recordar que el de 102 Mpx. de la cámara de Fujifilm no es del tipo X-Trans, sino un CMOS II de configuración normal, de pauta Bayer, mientras que el de las últimas versiones de las Leica Q –de 60 Mpx.– es del tipo de triple resolución por «pixel-binning».
A notar, que la densidad de píxeles sería muy similar entre ambos modelos.
Por supuesto –«no podía faltar» la nueva creación de Fujifilm hace vídeo 4K...

© Fujifilm

Y sí: la GFX 100RF estará disponible en los acabados «plata» y negro, algo que he podido pulsar que no complace en exceso al «punto de venta», ya que –dada la poca capacidad de suministro que acusa últimamente Fujifilm– complica la disponibilidad de unidades para los clientes que busquen un acabado concreto.
Las espadas quedan en alto, ante una posible futura presentación –para finales de 2025– de la tan rumoreada «Leica M de visor electrónico», que –jugando en otra categoría– no dejaría de «mover» un tanto este tablero de juego.

(+) Confirmado por fuente externa
(**) Al parecer, de 80 a 12.800 ISO, expandible (40-102.400 ISO)
(***) En una entrevista que le hacen en Petapixel a uno de los responsables del desarrollo de la GFX 100RF –Justin Stailey en el sentido de si han tenido en cuenta a la Leica Q3 a la hora de emprender el proyecto de la nueva cámara, éste hace un «quiebro de cintura» digno de los mejores recortadores de toros para eludir contestar a la pregunta.

Por razones técnicas los eventuales comentarios no deben exceder en extensión las 500/600 palabras. Todos los comentarios están sujetos a moderación.

(1) En principio, fabricado por Sony, igual al de la Hasselblad X2D 100C. Lógicamente, el procesado de la señal dependerá de cada firma, así como –en su caso– la pauta de microlentes.
(2) Conociendo a estos ingenieros japoneses, puedo imaginarme a un equipo de ellos, calculando en que pieza o piezas, podían «limar» para conseguir ese valor de 5 gramos menos...
Aunque creo que habrá un «spoiler» para ellos: la Q3 es sellada en sí, y la GFX 100RF sólo con el filtro y su adaptador, que pesan... no sabemos.
(3) Curiosamente, al parecer, ni la X-Pan ni las TX-1/2 fueron fabricadas por ninguna de esas dos firmas, sino –por encargo– por parte de «Nitto» que habría fabricado también cámaras exclusivas, tales como las Nikon 35 Ti.

(*) En realidad de 32,9 x 43,8 mm

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Finalmente, y puesto que veo que Fujifilm, en su página oficial internacional, sigue hablando, para referirse a esta cámara y sensor usando el término «Large Format Photography», os sugiero revisitar este artículo al respecto.

Comentarios

ppa_007 ha dicho que…
Aunque la cámara no es para mí, precio sobre todo, hecho de menos el excelente visor híbrido de mi X100. Es una pena porque Le habría quitado pesadez al diseño.
Valentín Sama ha dicho que…
Totalmente cierto. Ese frontal, tan lineal...
El flash «no les cabe» en l interior, seguro, pero...

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