La Casa Real envía a los españoles, como felicitación de Navidad, un sucedáneo de fotografía.
El burdo montaje, me hace recordar lo que suelo comentar a mis alumnos: “Photoshop no es San Photoshop”.
Y hasta San Photoshop, que, según las últimas investigaciones, se ha podido comprobar es un santo de origen aragonés, tiene entre sus máximas fotográficas la de “onde nohay nosepué sacar”.
Ya todo el mundo comenta que el Rey no es precisamente manco (cosa que todos sabíamos), y que algunos de los retoños, no son precisamente ángeles (como se ha podido comprobar a través de televisión), a pesar de las imposibles semitransparencias con las que se superponen en el pastiche.
En los tiempos en los que la Fotografía se respetaba, y para aquellos que todavía hoy la respetan, la realización de una fotografía familiar era y es un acto de ceremonia, de reunión auténtica, de pequeño o gran sacrificio para esa reunión, con la conciencia de que, en muchos casos, quizá no se pudiera volver a repetir con todos sus miembros. En ocasiones, hasta la ausencia de un ser querido se representaba a través de la de presencia de una silla vacía. Todo se cuidaba con el respeto debido al acontecimiento, a la autenticidad irrepetible. Yo mismo he realizado alguna de esas fotografías profesionalmente, y todavía tengo el buen sabor del recuerdo de la ocasión.
Este patético “collage” informático, me produce una cierta tristeza, sobre todo conociendo la afición del Rey por la fotografía.
También siento una cierta compasión solidaria, en el caso de que se trate de un profesional, por la persona que se haya visto abocada a realizar semejante engendro. Todo buen profesional debe saber rechazar un trabajo si piensa que, por los medios disponibles y las circunstancias dadas no va a poder realizar un buen trabajo. Y sin embargo, en alguna de mis fases profesionales, ¡personalmente he cometido tantos errores equivalentes!
Claro que a lo mejor el responsable es uno de esos aficionados que cree que “todo” se puede hacer con una camarita digital y Photoshop (*).
Soy de la opinión de que la Fotografía, y entre sus múltiples facetas, en su vertiente de registro del devenir humano y familiar, se merece un respeto mucho mayor. Y aunque realmente no pidamos ninguna felicitación, nos merecemos, si se nos impone, un producto auténtico, no un “Ersatz”.
(*) La “cosa” no tiene por qué haberse realizado con “Photoshop” sino que puede haberse cometido con cualquier otro programa de tratamiento de imagen.
Actualización: Con fecha 01/10/08, el diario "El País", en su versión "online", publica la notica de que –con motivo de la publicación de un discutido libro sobre la Reina Dña. Sofía– ésta afirma que la autora del "montaje, fue ella misma: ...."Sobre sus nietos, y su afición por la fotografía, la Reina hace una curiosa confesión: ella fue la autora del fotomontaje de la felicitación de los Reyes en la Navidad de 2005. "Tenía la foto del Rey y mía con Leonor, así que cogí la del verano anterior en Mallorca con los otros nietos y los coloqué debajo", cuenta doña Sofía. Aquello causó un pequeño revuelo en algunos medios que la Reina recuerda con una sonrisa: "Que si Victoria no tenía brazos -que tampoco los tenía en el original- y no sé cuantas cosas más. Pero no me importa, estaba orgullosísima"....
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El burdo montaje, me hace recordar lo que suelo comentar a mis alumnos: “Photoshop no es San Photoshop”.
Y hasta San Photoshop, que, según las últimas investigaciones, se ha podido comprobar es un santo de origen aragonés, tiene entre sus máximas fotográficas la de “onde nohay nosepué sacar”.
Ya todo el mundo comenta que el Rey no es precisamente manco (cosa que todos sabíamos), y que algunos de los retoños, no son precisamente ángeles (como se ha podido comprobar a través de televisión), a pesar de las imposibles semitransparencias con las que se superponen en el pastiche.
En los tiempos en los que la Fotografía se respetaba, y para aquellos que todavía hoy la respetan, la realización de una fotografía familiar era y es un acto de ceremonia, de reunión auténtica, de pequeño o gran sacrificio para esa reunión, con la conciencia de que, en muchos casos, quizá no se pudiera volver a repetir con todos sus miembros. En ocasiones, hasta la ausencia de un ser querido se representaba a través de la de presencia de una silla vacía. Todo se cuidaba con el respeto debido al acontecimiento, a la autenticidad irrepetible. Yo mismo he realizado alguna de esas fotografías profesionalmente, y todavía tengo el buen sabor del recuerdo de la ocasión.
Este patético “collage” informático, me produce una cierta tristeza, sobre todo conociendo la afición del Rey por la fotografía.
También siento una cierta compasión solidaria, en el caso de que se trate de un profesional, por la persona que se haya visto abocada a realizar semejante engendro. Todo buen profesional debe saber rechazar un trabajo si piensa que, por los medios disponibles y las circunstancias dadas no va a poder realizar un buen trabajo. Y sin embargo, en alguna de mis fases profesionales, ¡personalmente he cometido tantos errores equivalentes!
Claro que a lo mejor el responsable es uno de esos aficionados que cree que “todo” se puede hacer con una camarita digital y Photoshop (*).
Soy de la opinión de que la Fotografía, y entre sus múltiples facetas, en su vertiente de registro del devenir humano y familiar, se merece un respeto mucho mayor. Y aunque realmente no pidamos ninguna felicitación, nos merecemos, si se nos impone, un producto auténtico, no un “Ersatz”.
(*) La “cosa” no tiene por qué haberse realizado con “Photoshop” sino que puede haberse cometido con cualquier otro programa de tratamiento de imagen.
Actualización: Con fecha 01/10/08, el diario "El País", en su versión "online", publica la notica de que –con motivo de la publicación de un discutido libro sobre la Reina Dña. Sofía– ésta afirma que la autora del "montaje, fue ella misma: ...."Sobre sus nietos, y su afición por la fotografía, la Reina hace una curiosa confesión: ella fue la autora del fotomontaje de la felicitación de los Reyes en la Navidad de 2005. "Tenía la foto del Rey y mía con Leonor, así que cogí la del verano anterior en Mallorca con los otros nietos y los coloqué debajo", cuenta doña Sofía. Aquello causó un pequeño revuelo en algunos medios que la Reina recuerda con una sonrisa: "Que si Victoria no tenía brazos -que tampoco los tenía en el original- y no sé cuantas cosas más. Pero no me importa, estaba orgullosísima"....
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