Ir al contenido principal

El Converso


© Valentin Sama
En las conferencias de prensa, aparece sentado entre los componentes de la mesa, pero si somos un poco perspicaces, quizá le descubramos desde el inicio. Actúa hacia el final, pero no siempre el último. Aunque se le anuncia como un gran fotógrafo o experto, no siempre nos suena su nombre. Durante su tiempo de presentación proyecta las imágenes digitales que son su obra contra la pantalla de un espacio no siempre bien oscurecido. ¿Será por eso que rara vez nos impresionan por su calidad… técnica o creativa? Con una cierta vehemencia nos explica cómo la cámara o impresora digital de tal o cual marca han cambiado su vida, y le ofrecen no sólo más calidad que su anterior sistema “analógico”, sino además más ligereza, libertad de movimientos y economía.
Se trata del converso.
Y sin embargo, mientras habla y el resto de los participantes de la mesa, representantes de la firma que patrocina el acto, le contemplan, o vigilan, no podemos dejar de sentir un vago y triste desasosiego antes este converso. No sabemos si es más por la posibilidad de que actúe por dinero, por vagas prebendas, o por convencimiento. Con todos los respetos, a nuestra mente acuden las terribles imágenes de los prisioneros, que tras ser torturados, hacen declaraciones impuestas con el hálito de la esperanza de salvar la vida. Pero en ellos, vemos mucha más dignidad.



Actualizar Blog

Comentarios

Entradas populares de este blog

Esas «nuevas» viejas películas con sus brillantes trajes; la Ilusión

Hace algo más de dos años, en el artículo titulado «De qué hablamos, cuando hablamos del amor... por una película concreta» (*), escribía yo: «Fabricar  una película fotográfica, incluso tan sólo en blanco y negro, es una tarea nada fácil, que requiere grandes y prolijas instalaciones, así como una puesta en marcha –para el arranque de cada colada de producción– sumamente delicada. Se trata de una economía de escala. Por eso, quizá, debiéramos ver con un cierto escepticismo cuando un pequeño comerciante, gestor de sitio web o... «blogger», lanza al mercado  «una nueva película» . Ello incluiría a firmas bien establecidas, como puede ser Lomography. ¿Qué puede haber tras esas «nuevas películas», muchas en «edición limitada» y con embalajes y presentaciones en más de una ocasión ciertamente muy atractivas?» Un clásico de hace más de 10 años: Svema, Reala, Lucky 400, Efke, formato Quickload... muchos de esos materiales ya no se fabrican. ¿Cuánto de genuino habría en una toma...

«El fotógrafo que no sabía mirar»: el más reciente libro de Fernando Puche, ya disponible

Después de años y años publicando artículos sobre la práctica de la fotografía y su relación con la memoria, los prejuicios, las expectativas o los referentes externos, Fernando Puche publica un libro de relatos cortos. © Valentín Sama Una novedad dentro de la producción editorial del autor, que en esta ocasión ha querido abordar el hecho fotográfico desde la ficción. Una obra dividida en aproximadamente una veintena de cuentos (todos inéditos) que exploran las facetas más cotidianas de esta práctica a través del humor, la exageración, el absurdo o la ironía. Una obra ilustrada por el reconocido diseñador e ilustrador Jacobo Pérez-Enciso, que aporta toda su maestría y su personalidad creadora para dotar al libro de un encanto muy particular. Un libro único en este país dentro de la producción editorial relacionada con la fotografía. © Valentín Sama Personalmente, debo decir que he leído y releído este precioso y delicado libro, editado con papeles de selectas texturas, y no puedo si...

2025: centenario de la cámara Leica

En enero de 1925 –hace ahora un siglo– comenzó  el ensamblaje de las primeras unidades de producción de la «Leica Kamera» y en febrero de ese mismo año se comenzaron a despachar esas pioneras unidades hacia el comercio especializado. ¡Había comenzado la era de fotografía en 35 mm con el novedoso formato «Barnack»! El 24 x 36 mm que ahora –curiosa y empecinadamente– siguen una gran parte de los fabricantes de cámaras digitales. Pero la historia había comenzado bastante antes: hacia 1911, cuando Oskar Barnack –un mecánico de precisión de 31 años– se incorpora a la empresa Ernst Leitz Optische Werke de la ciudad germana de Wetzlar. (1). © Valentín Sama «Ur Leica» © Leica Encargado del desarrollo de una cámara cinematográfica para película de 35 mm decide crear un pequeño dispositivo –una cámara primitiva– para probar «puntas» de las grandes bobinas de esa película cinematográfica, cuya sensibilidad real, variaba notablemente de un número de emulsión a otro: se trataba de reducir el de...