De entre los escombros derivados de la caída, en ataque terrorista, de los edificios conocidos como "Las Torres Gemelas" de la ciudad de Nueva York, alguien tuvo el cuidado de coordinar la recogida y conservación de unos miles de fotografías –sobre papel– sin duda recuerdos propios de personas que se encontraban en aquellos edificios o en zonas colindantes. Empleados de Kodak se han encargado, durante meses, en recuperarlas "pro bono", por distintos y trabajosos medios hasta poderlas ofrecer ahora a las personas allegadas o a sus mismos propietarios, si se da el caso de que hayan sobrevivido.
Aunque ignoro el procedimiento exacto que se sigue para poder reclamarlas, si conozco, positivamente, que se ha habilitado una dirección y línea de teléfono al efecto.
Un buen detalle, que nos habla, una vez más de la copia fotográfica como "artefacto" valioso y de la buena voluntad de las personas. Ya por ejemplo, R. Scott en "Blade Runner", nos hacía ver la fascinación que sentían los replicantes por las fotografías al ser un testimonio de un pasado, del que ellos carecían.
También debemos recordar –quizá, no olvidar– las patéticas escenas vistas en reportajes de televisión, en las que algunos vecinos del barrio "del Carmelo", en Barcelona, debían rebuscar en las escombreras a las que habían sido llevados los restos de sus hogares, víctimas de negligencia y corrupción vergonzosas, haciéndolo en búsqueda de sus álbumes fotográficos.
Aunque ignoro el procedimiento exacto que se sigue para poder reclamarlas, si conozco, positivamente, que se ha habilitado una dirección y línea de teléfono al efecto.
Un buen detalle, que nos habla, una vez más de la copia fotográfica como "artefacto" valioso y de la buena voluntad de las personas. Ya por ejemplo, R. Scott en "Blade Runner", nos hacía ver la fascinación que sentían los replicantes por las fotografías al ser un testimonio de un pasado, del que ellos carecían.
También debemos recordar –quizá, no olvidar– las patéticas escenas vistas en reportajes de televisión, en las que algunos vecinos del barrio "del Carmelo", en Barcelona, debían rebuscar en las escombreras a las que habían sido llevados los restos de sus hogares, víctimas de negligencia y corrupción vergonzosas, haciéndolo en búsqueda de sus álbumes fotográficos.
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