En una interesante carta dirigida a la revista Practical Photography, un lector holandés comenta la interesante y desagradable experiencia que ha sufrido recientemente.
Durante una tormenta con aparato eléctrico, que se estaba desarrollando a aproximadamente 8 km de distancia de su casa, un rayo descargó en el jardín posterior, a unos 15 metros de distancia del edificio de su vivienda unifamiliar.
No se produjo ningún daño visible aparentemente, hasta que, al cabo de un rato comenzaron a descubrir algunas cuestiones…
El televisor no funcionaba, pero además… el ordenador, el escáner, la impresora, todas las cámaras digitales, tarjetas de memoria y discos duros externos habían “petado”, como se suele decir en lenguaje coloquial, y además, de forma irrecuperable: de hecho, tras un desmontaje somero por parte de los técnicos, los chips incorporados en el interior de las cámaras y ordenador tenían las conexiones de metal literalmente fundidas.
Si embargo, la Leica M mecánica de 1960 funcionaba perfectamente…
Sacad vuestras propias conclusiones… pero para ser ecuánimes, hay que decir que los CDs y discos DVD no resultaron dañados, aunque no quedase ordenador para leerlos.
Durante una tormenta con aparato eléctrico, que se estaba desarrollando a aproximadamente 8 km de distancia de su casa, un rayo descargó en el jardín posterior, a unos 15 metros de distancia del edificio de su vivienda unifamiliar.
No se produjo ningún daño visible aparentemente, hasta que, al cabo de un rato comenzaron a descubrir algunas cuestiones…
El televisor no funcionaba, pero además… el ordenador, el escáner, la impresora, todas las cámaras digitales, tarjetas de memoria y discos duros externos habían “petado”, como se suele decir en lenguaje coloquial, y además, de forma irrecuperable: de hecho, tras un desmontaje somero por parte de los técnicos, los chips incorporados en el interior de las cámaras y ordenador tenían las conexiones de metal literalmente fundidas.
Si embargo, la Leica M mecánica de 1960 funcionaba perfectamente…
Sacad vuestras propias conclusiones… pero para ser ecuánimes, hay que decir que los CDs y discos DVD no resultaron dañados, aunque no quedase ordenador para leerlos.
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