Puede que no se trate de una noticia estrictamente fotográfica, pero el hecho de que Sony sacrifique a su perro robot Aibo para finales de marzo puede indicarnos "por dónde van los tiros".
Como muchos sabrán, Aibo era la demostración de hasta dónde puede llegar ya la tecnología de los robots "de consumo". El simpático perro, además de ofrecr la indudable ventaja de no hacer caca ni pis, reconocía a su dueño e incluso sus estados de ánimo, acudía a saludarle al llegar a casa, jugaba con él, por ejemplo corriendo tras una pelota, y además, ofrecía expresiones corporales y faciales. Sus módulos electrónicos le ofrecían capacidad de aprendizaje. Cuando lo necesitaba, acudía a su fuente de alimentación para "comer". De este Airbo se han vendido, desde su introducción en 1999, 150.000 ejemplares, a un precio aproximado de 1500 euros.
El hecho es que, tal como van las cosas, parece que Sony no puede permitirse esos lujos, hasta el extremo de que ha prescindido también de los servicios de su robot humanoide de 60 cm de alto, "Qrio", que había introducido en el año 2000.
Como muchos sabrán, Aibo era la demostración de hasta dónde puede llegar ya la tecnología de los robots "de consumo". El simpático perro, además de ofrecr la indudable ventaja de no hacer caca ni pis, reconocía a su dueño e incluso sus estados de ánimo, acudía a saludarle al llegar a casa, jugaba con él, por ejemplo corriendo tras una pelota, y además, ofrecía expresiones corporales y faciales. Sus módulos electrónicos le ofrecían capacidad de aprendizaje. Cuando lo necesitaba, acudía a su fuente de alimentación para "comer". De este Airbo se han vendido, desde su introducción en 1999, 150.000 ejemplares, a un precio aproximado de 1500 euros.
El hecho es que, tal como van las cosas, parece que Sony no puede permitirse esos lujos, hasta el extremo de que ha prescindido también de los servicios de su robot humanoide de 60 cm de alto, "Qrio", que había introducido en el año 2000.
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