La nanotecnología está aquí para quedarse, y al menos en algunos aspectos nos servirá para disponer de un futuro más negro.
La realidad es que, en numerosos ámbitos de la ciencia y la técnica, la búsqueda por materiales lo más oscuros posible es algo que no ha cesado, pues sus aplicaciones son múltiples y muy necesarias.
No lo son poco, desde luego, en el terreno de la fotografía, y las más densas pinturas y mejores acabados negro mate son requeridos en barriletes de objetivo, cajas de espejo y cámaras oscuras.
Resulta, que a principios de año, investigadores norteamericanos de la Universidad de Rice, en Houston, han comunicado que habían conseguido crear “el material más oscuro sobre la Tierra”, un material capaz de absorber más de un 99,9% de la luz que incide sobre el mismo.
El nuevo material es nada más y nada menos que 30 veces más oscuro que el material “más oscuro” utilizado hasta la fecha como referencia por el Instituto de Normas y Tecnología de U.S.A.

Tal como hemos comentado al inicio, el nuevo producto se basa en la nanotecnología, y obedece a un índice de reflectancia total de tan solo el 0,045%, lo que significa que es tres veces más oscuro que la aleación de níquel y fósforo que gozaba hasta la fecha del “record” mundial como “material oscuro”. Como referencia adicional, las mejores pinturas para acabado negro oscuro, tienen una reflectancia de hasta el 10% y nunca menos del 5%.
Este nuevo material, que podría ofrecer aplicaciones prácticas en cámaras fotográficas, dispositivos ópticos e incluso paneles solares, por citar tan solo algunos usos, está constituido por nanotubos de carbono de un grosor 400 veces inferior al de un simple cabello humano.

Estos diminutos tubos están de pie, formando una especie de “césped”. Tanto las características del carbono trenzado que constituye los tubos, como la proximidad entre éstos, facilita que la luz –de todas las longitudes de onda del espectro visible– quede atrapada en esa “densa vegetación”.
Ello se ve apoyado por el hecho de que los investigadores (dirigidos por Pulickel Anjan), han conseguido crear una superficie de la “hierba” adicionalmente rugosa, lo que evita los reflejos especulares.
Está claro, que además de las aplicaciones científicas y ópticas antes apuntadas, el nuevo acabado negro nanotecnológico puede tener también aplicaciones militares de ocultación, tanto más si se comprueba que pueda absorber también los extremos ultravioleta e infrarrojo, algo que está bajo prueba.
La realidad es que, en numerosos ámbitos de la ciencia y la técnica, la búsqueda por materiales lo más oscuros posible es algo que no ha cesado, pues sus aplicaciones son múltiples y muy necesarias.
No lo son poco, desde luego, en el terreno de la fotografía, y las más densas pinturas y mejores acabados negro mate son requeridos en barriletes de objetivo, cajas de espejo y cámaras oscuras.
Resulta, que a principios de año, investigadores norteamericanos de la Universidad de Rice, en Houston, han comunicado que habían conseguido crear “el material más oscuro sobre la Tierra”, un material capaz de absorber más de un 99,9% de la luz que incide sobre el mismo.
El nuevo material es nada más y nada menos que 30 veces más oscuro que el material “más oscuro” utilizado hasta la fecha como referencia por el Instituto de Normas y Tecnología de U.S.A.
Tal como hemos comentado al inicio, el nuevo producto se basa en la nanotecnología, y obedece a un índice de reflectancia total de tan solo el 0,045%, lo que significa que es tres veces más oscuro que la aleación de níquel y fósforo que gozaba hasta la fecha del “record” mundial como “material oscuro”. Como referencia adicional, las mejores pinturas para acabado negro oscuro, tienen una reflectancia de hasta el 10% y nunca menos del 5%.
Este nuevo material, que podría ofrecer aplicaciones prácticas en cámaras fotográficas, dispositivos ópticos e incluso paneles solares, por citar tan solo algunos usos, está constituido por nanotubos de carbono de un grosor 400 veces inferior al de un simple cabello humano.
Estos diminutos tubos están de pie, formando una especie de “césped”. Tanto las características del carbono trenzado que constituye los tubos, como la proximidad entre éstos, facilita que la luz –de todas las longitudes de onda del espectro visible– quede atrapada en esa “densa vegetación”.
Ello se ve apoyado por el hecho de que los investigadores (dirigidos por Pulickel Anjan), han conseguido crear una superficie de la “hierba” adicionalmente rugosa, lo que evita los reflejos especulares.
Está claro, que además de las aplicaciones científicas y ópticas antes apuntadas, el nuevo acabado negro nanotecnológico puede tener también aplicaciones militares de ocultación, tanto más si se comprueba que pueda absorber también los extremos ultravioleta e infrarrojo, algo que está bajo prueba.
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