Según noticias que me llegan de Italia, el pasado cinco de febrero habría fallecido a la edad de 80 años– Lino Manfrotto, el fundador de la compañía que lleva su apellido.
Desde sus orígenes en los años sesenta del siglo XX como fotorreportero para un periódico local en Vicenza, Lino trabajó en el garaje de su casa produciendo pequeños accesorios para sus amigos hasta construir el emporio que lleva su nombre, haciendo que la marca Manfrotto sea la referencia con la que se compara cualquier otro trípode –el primero lo lanzó en 1974– o accesorio para estudio e iluminación.
Desde 1989 la empresa pasa a incorporarse al grupo inglés Vitec Group, especializado en "broadcast" y fotografía, y se incorporan productos tales como bolsos fotográficos y paneles de iluminación LED, siempre con el sello de Manfrotto: calidad, originalidad y buen diseño.
En la actualidad, la empresa exporta el 95% de lo producido por los 735 empleados de sus dos fabricas, y ello a través de nueve filiales a nivel internacional. Entre otras firmas, Manfrotto controla Avenger, Colorama, Gitzo y Lastolite.
Pero la fotografía no era el único interés de Lino Manfrotto: tras una cuidadosa, respetuosa y larga restauración, consiguió mantener en marcha la librería "La Bassanese", originaria de 1935, si bien no es menos cierto que tras adquirir la licencia para la misma.
La cosa tenía su importancia para Lino Manfrotto; estaba interesado en poder residir en el edificio "Palazzo Roberti" en el centro de la localidad Bassano di Grappa, y un vínculo de dicho palacio con el Ministerio de Bienes Culturales establecía que la primera planta del edificio debía seguir cumpliendo sus funciones como librería. Lino invirtió todo lo necesario en la restauración y mantenimiento y responsabilizó a sus hijas Lavinia, Lorenza y Veronica de la gestión de la librería.
Fuente: Il Sole 24 Hore
A la derecha, un joven Lino Manfrotto © Manfrotto
En la actualidad, la empresa exporta el 95% de lo producido por los 735 empleados de sus dos fabricas, y ello a través de nueve filiales a nivel internacional. Entre otras firmas, Manfrotto controla Avenger, Colorama, Gitzo y Lastolite.
Interior de una pequeña parte de la librería. © Librería Bassano
La cosa tenía su importancia para Lino Manfrotto; estaba interesado en poder residir en el edificio "Palazzo Roberti" en el centro de la localidad Bassano di Grappa, y un vínculo de dicho palacio con el Ministerio de Bienes Culturales establecía que la primera planta del edificio debía seguir cumpliendo sus funciones como librería. Lino invirtió todo lo necesario en la restauración y mantenimiento y responsabilizó a sus hijas Lavinia, Lorenza y Veronica de la gestión de la librería.
Fuente: Il Sole 24 Hore
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