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De la Werra de 1954 a la Werramatic de 1961: una notable evolución

En mi artículo anterior sobre la cámara Werra de Carl Zeiss Jena, ya avancé que os hablaría de otros modelos, y así, hoy lo hago acerca de la Werramatic, que a mi juicio fue probablemente el más avanzado de todos ellos, hasta el cese de producción de la línea Werra en 1968.

Carl Zeiss Jena Werramatic © Valentín Sama

Si la primera Werra era una cámara de muy original diseño, con mecánica y óptica de alta calidad, pero de prestaciones muy simples, tales como óptica fija, ausencia de exposímetro y enfoque por estimación, la Werramatic de 1961 ofrecía:
  • Óptica intercambiable.
  • Telémetro acoplado para las tres focales disponibles: 35 mm, 50 mm y 100 mm.
  • Exposímetro –de selenio– acoplado con tiempo de obturación y diafragma.
  • Visor de gran tamaño con marcos para encuadre de cada objetivo, cuña del telémetro, indicación del exposímetro e indicación de la combinación de tiempo de exposición y abertura de diafragma.
  • Obturador central Prestor RVS hasta 1/750s.
  • Accesorios opcionales de aproximación con corrección de paralaje y acoplamiento telemétrico.
Y todo ello, lo conseguía manteniendo la construcción enteramente metálica y las líneas estéticas generales de las Werra anteriores, además del original sistema de avance rápido de la película y armado del obturador por medio del mando giratorio concéntrico al objetivo.
A diferencia de las primeras Werra, el panel superior o "capot", no es plano sino abombado, un rasgo adoptado por razones técnicas para las Werra a partir de aproximadamente 1964.

Los acoplamientos mecanoópticos

Montura

La montura entre los objetivos y la cámara es por "trinquete" (1): se presenta el objetivo y se oprime ligeramente para vencer la fuerza de un resorte, se gira el aro anterior del barrilete, parcialmente moleteado ... ¡y listo! Casi "milagrosamente", quedan acoplados el telémetro, y el diafragma. Con un poco de habilidad podemos acoplar y desacoplar los objetivos con una sola mano.
Entrecomillo lo de "milagrosamente" porque seguro que sólo los ingenieros que diseñaron todas las pequeñas levas, ranuras, tetones, y bayonetas internas que lo hacen posible saben que es el resultado de muchas horas de tablero de diseño y de torno y fresa. Sin hablar –todavía– de la parte óptica. Que ésa es otra.

© Valentin Sama
Sistema de detección del valor de la abertura del diafragma en un objetivo Carl Zeiss para Contarex © Valentín Sama

Aunque la escala de ajustes de aberturas de diafragma no forma parte de cada objetivo, sino del propio barrilete, siendo única para todas las ópticas, podemos acoplar cualquiera de ellas sin preocuparnos de a qué abertura en concreto quedó ajustada la última vez: el sistema detecta la posición y la lleva al ajuste de la escala. En eso me recuerda un poco al sistema de la Contarex de Zeiss Ikon...
En ambos sistemas, el aro del lado del objetivo está cargado a resorte, y "cede" hasta que se encuentra con la pestaña en el lado de la cámara. Conviene, no obstante, tras cada cambio de objetivo, mover la escala de aberturas hasta notar –con un suave clic– que pestaña y muesca han encajado.

Werramatic: acoplamiento mecánico del diafragma © Valentín Sama
Marcadas con asteriscos, las piezas de acoplamiento para la detección automática de la abertura ajustada del diafragma. El tetón cromado de la derecha es la varilla de transmisión para el telémetro © Valentín Sama

Interesante, pues –mundos políticos y de fronteras separados por un abismo– la Contarex y la Werramatic son coetáneas. ¿Se produciría algún "trasvase" involuntario de información al efecto entre Carl Zeiss Oberkochen y Carl Zeiss Jena, en un sentido o en otro?

Visor

El visor de la Werramatic difícilmente dejará indiferente al que se asome por su ocular. Muy luminoso y de gran tamaño, los marcos negros de referencia para las tres focales –35 mm, 50 mm y 100 mm– son de bordes redondeados, e incluyen marcas de corrección de paralaje. En el centro, una zona oblonga nos delata la cuña del telémetro de coincidencia, al tiempo que en la parte inferior del visor y del encuadre correspondiente a la focal de 35 mm encontraremos una peculiar "T" invertida, con el asta de la "T" muy corto...Pues bien, a lo largo de la franja inferior se mueve la aguja del exposímetro y cuando quede calada en el asta de la citada "T" invertida, tendremos correctamente ajustados los parámetros de tiempo de obturación y abertura de diafragma. Un poco más adelante me extiendo sobre ese aspecto. Pero hay más cosas interesantes en ese visor...
Con cualquiera de los tres objetivos disponibles acoplado, si miramos a través del visor y nos fijamos en la esquina inferior derecha, veremos... ¡la combinación de tiempo de obturación y abertura de diafragma introducida! Y la veremos perfectamente enfocada y nítida. Ello es gracias a que un sofisticado pero discreto sistema de espejos y prismas, transmiten ópticamente esa información desde el barrilete al ojo del fotógrafo.

Werramatico, visor
Representación artística del visor de la Werramatic  según el manual de usuario © Valentín Sama

Visor de una Werramatic
A través del visor de una Werramatic © Valentín Sama

Esta es una imagen real de lo que ve el fotógrafo a través del visor. Las imperfecciones son debidas a la notable dificultad que supone realizar una fotografía a través del ocular: en la visión a ojo descubierto las líneas son nítidas y la aberración cromática y el viñeteo no se hacen visibles.
Lo más notable –a mi juicio– es que las indicaciones de tiempo de obturación y abertura de diafragma aparecen exactamente así, tal como se muestran, en el mismo plano de enfoque de las líneas negras correspondientes a los encuadres de 35 mm, 50 mm y 100 mm. Todo ello merced al citado juego de elementos ópticos ocultos tras la ventanilla frontal del visor.
En la parte inferior se aprecia la aguja del exposímetro, centrada [casi] en el asta de la "T" invertida que es la marca de referencia, al tiempo que en el centro –con ligero decalaje a la izquierda– aparece la "mancha" oblonga del telémetro.
 

El exposímetro: mecánica y óptica

En los años sesenta del siglo pasado la electrónica, tal como la conocemos hoy día (2) no existía, y para transferir la información de valor ASA/DIN, tiempo de obturación y abertura de diafragma, se podía optar, bien por soluciones tales como resistencias variables (3), bien por... pura transmisión mecánica. No cuesta mucho adivinar por cuál de las soluciones se decantaron en la RDA.
Pero donde otros, optaban por delicados y costosos sistemas de sirgas y poleas –como en la Contarex– los ingenieros de Eisfeld retornados de su trabajo forzoso como reparación de guerra en la Unión Soviética, encontraron una robusta solución de levas y palancas: el capot abombado de estas series de Werra lo es para hacer sitio a esas bielas.

La célula de selenio sigue viva y despierta más de medio siglo después. La ventana opal del capot superior "ilumina" las indicaciones de la aguja galvanométrica en el interior del visor. © Valentín Sama

Y puestos a usar mecánica, ¿por qué no hacer algo atrevido? Así, cuando –en el visor– vemos que se mueve la aguja galvanométrica hacia el "palo" de la "T" invertida, conforme ajustamos tiempo de obturación y ajuste de diafragma, lo que está ocurriendo bajo el capot superior es que... ¡un juego de levas mueve de un lado para otro todo el bloque del galvanómetro!
El conjunto del telémetro y el exposímetro utiliza nada menos que cuatro prismas, dos pequeños objetivos móviles, dos espejos y ocular con corrección dióptrica. (4).
Para los mecánicos, hay multitud de puntos de reglaje accesibles nada más levantar el capot, tras aflojar dos tornillos.

El obturador Prestor RVS 750

Tradicionalmente, los obturadores centrales o "leaf shutter" tienen limitado el tiempo de obturación más breve, lo que se viene en llamar la "velocidad" más rápida a 1/500s. De hecho, a ese ajuste de valor no son muy fiables y por eso Mamiya, en sus RB67 ofrecía el valor como 1/400s; un gesto de honradez. A cambio de esas limitaciones, ofrecen sincronización para flash a todos los tiempos de obturación de su gama.
Forzando mucho la tecnología, empleando materiales como fibra de carbono y muelles en metales exóticos, algunas firmas ofrecen ahora, hasta 1/800 s. (5)
Pero la Werramatic, y otros modelos Werra avanzados montaban ya, hacia 1965, en el siglo pasado, obturadores centrales capaces de llegar hasta 1/750s... ¿cómo era eso posible?
En un obturador central convencional, las palas del obturador son muy similares a las de un diafragma, sólo que cargadas a resorte: cada una de ellas pivota sobre un eje situado en su extremo, y en el momento de la exposición se abren desde el centro hacia afuera, para –después de detenerse– hacer el recorrido en sentido inverso. Al armar el obturador para el disparo siguiente, lo que hacemos es tensar el muelle, pero las palas del obturador permanecen estáticas.

Obturador Prestor RVS 750. Estado: sin armar. © Valentín Sama

Obturador Prestor RVS 750. Estado: inicio del armado; las palas van hacia la periferia. Obsérvese el obturador secundario por debajo. © Valentín Sama

Obturador Prestor RVS 750. Estado: armado próximo a finalizar en la primera fase con las palas moviéndose hacia la periferia. Obsérvese el obturador secundario por debajo. © Valentín Sama

Obturador Prestor RVS 750. Estado: parte final del armado. Obsérvese –por las diferentes imperfecciones en las superficies– que la parte de las palas que ahora entran, desde la periferia, es la parte simétrica antes oculta. © Valentín Sama

En un Prestor RVS 750 cada pala del obturador es simétrica y pivota sobre un eje central. En lugar de un movimiento de "vaivén", giran siempre en un mismo sentido, lo  que les permite alcanzar mayor velocidad de movimiento durante la acción: no hay movimiento alternativo.
¿Por qué no se emplea este sistema en todos los obturadores centrales? Pues... porque existen algunos inconvenientes: para armar, para remontar este obturador resulta necesario mover las palas o laminillas del obturador, con lo que se velaría el fotograma. Para evitarlo, los Prestor RVS 750 incorporan un segundo juego de palas u obturador secundario, que ocluye la abertura mientras hacemos el remontado. Ello complica y encarece el sistema... ¡que es único! Y con tecnología simple, de los años 50 del siglo pasado.

Objetivos Carl Zeiss Jena para la Werramatic
Cardinar, Tessar y Flektogon: los tres objetivos disponibles para la Werramatic © Valentín Sama

Werra: los objetivos intercambiables

Tal como he citado al principio, las ópticas disponibles son tres:



Carl Zeiss Jena Carl Zeiss Jena Carl Zeiss Jena
Objetivo Tessar
50 mm f/2.8
Flektogon
35 mm f/2.8
Cardinar
100 mm f/4
Focal (nominal) 50 mm 35 mm 100 mm
Ángulo de toma 45º 62º 25º
Apertura máx./mín. 2.8/22 2.8/22 4/22
Numero de palas 6 6 6
Operación Sin clics Sin clics Sin clics
Lentes/grupos 4 /3 6/5 5 /3
Vidrios especiales No No No
Lentes aesféricas No No No
Lentes flotantes No No No
Revestimientos Sencillos Sencillos Sencillos
Dist. mín. de enfoque 0,8 m 0,8 m 1,45 m
Diámetro 47,7 mm 56 mm 56,5 mm
Largo (hasta la montura) 12,5 mm 34 mm 45 mm
Diámetro de filtro 30,5  mm 49 mm 49 mm
Peso 62 g 134 g 200 g
Montura Werra Werra Werra
Años de producción 1958 a 1968 1958 a 1968 1958 a 1968

Obsérvese lo ligero de las ópticas, de barriletes enteramente metálicos. Por su parte, el cuerpo de la Werramatic mide 117 x 78 x 70 mm (ancho/alto/fondo, sin objetivo) para un peso de 620 g. La base del telémetro es de 52 mm, lo que no está nada mal...

A notar que los objetivos son intercambiables en la totalidad de su bloque, a diferencia de alguna otra cámara con obturación central (6), en las que parte de las lentes –un grupo posterior– quedan fijas en el cuerpo de la cámara y sólo se cambia un grupo frontal. Sí que queda, en este caso, el obturador por detrás de los objetivos, lo que supone un reto óptico por la limitación que ello supone para el diámetro de la lente posterior. La helicoidal de enfoque forma parte de cada objetivo, no de la cámara.

Werramatic: en la mano

Al llegar a este punto, los que no estéis familiarizados con las Werra, os sugeriría leer el artículo "Werra: diseño minimalista de la RDA (DDR", ya que no comentaré aquí los puntos comunes entre esta Werramatic y la Werra original, que son muchos: dorso, interior, carga de la película, avance de la misma, armado del obturador, etc.

    Ajustes: ASA/DIN, tiempo de obturación y abertura de diafragma

En la parte inferior del barrilete, una pestaña, nos ofrece ajustes por clics para: 6/9, 12/12, 25/15, 50/18, 100/21, 200/22 y 400/27 ASA/DIN y también para todos los ajustes intermedios. A notar que este ajuste está interconectado con el exposímetro.

Werramatic: ajuste ASA/DIN
Pestaña para el ajuste ASA/DIN; ajustado a 100/21º. Hacia 1960 no eran raras las películas de 12 ASA... © Valentín Sama

Ahora, sobre el barrilete, a 45 grados a la izquierda, encontramos las escalas de tiempos de obturación y aberturas de diafragma; el aro de ajuste de este segundo está moleteado, y si lo giramos comprobaremos que arrastra el ajuste de tiempo de obturación, punto a punto, para ofrecer una exposición constante en distintas combinaciones.

Werrmatic: mandos © Valentín Sama
Señalada mediante un asterisco, en la parte inferior derecha, la pequeña pestaña que permite dejar libre el giro del ajuste de aberturas de diafragma. Un poco por encima, aparece señalado el aro que libera el cambio de ópticas. © Valentín Sama

¿Y si deseamos cambiar de combinación? En ese caso, presionamos una pequeña pestaña de desembrague sobre el aro del diafragma, y elegimos la nueva combinación deseada. Más sencillo hacerlo que explicarlo. Y a esto esto: ni que decir tiene que los cambios de estos parámetros podremos hacerlos guiados por las indicaciones de la aguja del exposímetro en el interior del visor.
¿Por qué no ubicar las indicaciones frente al fotógrafo, en la parte superior del barrilete, en lugar de a esos 45 grados a la izquierda? Por una razón muy elegante: de esa forma, desde detrás de la ventanilla frontal del visor, en la parte superior, un pequeño espejo "espía" esas escalas y reenvía la imagen a otro espejo ubicado en la parte inferior, que "rectifica" o endereza la imagen y se la muestra al fotógrafo en la parte inferior derecha del encuadre: "magia" optomecánica de la DDR, versión años cincuenta.

Werramatic: escalas de obturación y diafragma © Valentín Sama
© Valentín Sama

Werramatic esquema del telémetro
El esquema del telémetro de una Werramatic es sorprendente por su complejidad, derivada de un enorme refinamiento, muy superior a lo disponible en la época por parte de otras firmas. A notar que, en la ilustración, las escalas de obturación y diafragma aparecen mal representadas en lo que respecta a su posición.

El enfoque telemétrico tiene también sus aspectos originales: se asemeja más a uno de "imagen partida" que a uno de coincidencia: en la cuña oblonga antes citada el sujeto de referencia que tomemos aparece partido verticalmente y se "unificará" cuando el enfoque sea correcto. La imagen es brillante y clara, pero la zona, bastante estrecha en altura, por lo que la operación requiere una vista "aguzada".
El disparo es suave y silencioso, como corresponde a un obturador central, y el avance de la película rápido mediante el famoso mando circular de las Werra; no podría pedirse mucho más de una cámara producida en la DDR.

Werramatic con el capuchón acoplado

Werramatic con el parasol acoplado
Ambas © Valentín Sama

Todas las Werra –y esta Werramatic no es una excepción– comparten el sistema de avance de la película por mando giratorio y también el no menos original sistema de capuchón protector que dobla su función como un eficacísimo parasol. Esto último supone –inevitablemente– realizar algunas concesiones de diseño, como es el tamaño máximo del barrilete y por ende de los mandos e indicaciones que debe albergar.
Así, las escalas emplean dígitos más bien pequeños y tampoco queda espacio para dotar de manetas o resaltes a los mandos para facilitar el manejo. Nadie ni nada es perfecto...
El sistema de carga de la película es igual al del resto de las Werra, pero para este modelo una palanca de rebobinado plegable facilita la tarea al terminar cada rollo de película de 35 mm...

Werramatic con Carls Zeiss Jena Flektogon 35 mm f/2.8 © Valentín Sama
Werramatic con Carl Zeiss Jena Flektogon 35 mm f/2.8 © Valentín Sama


Con Carls Zeiss Jena Flektogon 35 mm f/2.8 © Valentín Sama
Carl Zeiss Jena Flektogon 35 mm f/2.8; 1/125 s a f/8 sobre Ilford HP-5 + © Valentín Sama

Carl Zeiss Jena Flektogon 35 mm f/2.8; 1/250s a f/11 sobre Ilford Delta 100 © Valentín Sama


Werramatic con Carl Zeiss Jena Cardinar 100 mm f/4 © Valentín Sama
Werramatic con Carl Zeiss Jena Cardinar 100 mm f/4 © Valentín Sama

Carl Zeiss Jena Cardinar 100 mm f/4; 1/750 s a f/11 sobre Ilford HP-5 + © Valentín Sama

Carl Zeiss Jena Cardinar 100 mm f/4; 1/250 s a f/11 sobre Ilford Delta 100 © Valentín Sama

Carl Zeiss Jena Cardinar 100 mm f/4; 1/60 s a f/4 sobre Ilford Delta 100 © Valentín Sama

En la práctica, los objetivos ofrecen el buen rendimiento esperado de unas ópticas de Carl Zeiss, sean de Jena o de Oberkochen, con un bokeh más que digno para el Cardinar a su apertura máxima de f/4, y sólo un ligero viñeteo para el Flektogon.
El buen tamaño de la imagen del visor permite trabajar cómodamente incluso con el más pequeño de los recuadros, correspondiente al Cardinar de 100 mm.
Tal como suele ser el caso de todos los visores ópticos –los no réflex–  en la imagen final se registra algo más de lo que se aprecia en el encuadre, pero dentro de los límites habituales.

Por su parte, el telémetro resulta absolutamente preciso, incluso para la focal más comprometida que es la de 100 mm y a las distancias cortas de enfoque.
En cuanto al exposímetro de selenio, sigue vivo y despierto tras casi 60 años y si acaso, tiende a sugerir ajustes que llevarían hacia una ligera subexposición con las películas actuales, lo cual, por otro lado no debería suponer una gran sorpresa si conocemos los "enjuagues" que hicieron, hace un tiempo, los fabricantes de las mismas.


Werra Naheinstellgerät 1 und 2

Estos peculiares accesorios de aproximación son ahora –junto con el Flektogon 35 mm f/2.8 y el Cardinar 100 mm f/4– bastante cotizados debido a su rareza.
Destinados al Carl Zeiss Jena Tessar 50 mm f/2.8, cada uno de ellos está conformado –en una montura metálica pintada al horno– por una lente de aproximación y dos lentes prismáticas correctoras, una para el telémetro y otra para el visor.

Naheinstellgerät 2 © Valentín Sama

El "Naheinstellgerät 1" permite un rango de enfoque de 0,8 a 0,4 m; esto es, toma el relevo desde la distancia mínima de enfoque del objetivo sin ayuda alguna; por su parte, el "Naheinstellgerät 2", permite enfocar desde 0,4 a 0,3 m. Se trata, en realidad, de lentes de aproximación para el objetivo de 50 mm, de 1,45 y 2,95 dioptrías respectivamente.
Acoplado uno u otro sobre el objetivo, el juego de lentes permite enfocar mediante el telémetro –con una precisión sorprendente– al tiempo que la lente prismática frente al visor nos ofrece la corrección de paralaje para esas cortas distancias de trabajo.

Naheinstellgerät 1; f/22 sobre Ilford Delta 100 © Valentín Sama


Naheinstellgerät 1; f/16 sobre Ilford Delta 100 © Valentín Sama


Conclusiones

La Werramatic objeto de este artículo funciona perfectamente tras casi 60 años después de su terminación en Eisfeld, un pequeño pueblo alemán de la DDR o RDA. Y no sólo eso, sino que ofrece resultados fotográficos de alto nivel.
Las cámaras Werra, son altamente coleccionables, por un lado debido a la notable cantidad de modelos y variantes, y por otro a su precio relativamente asequible.
Pero también son cámaras muy utilizables, que aúnan diseño muy peculiar y óptica y mecánica de calidad más que digna para sus –inicialmente– modestas pretensiones de "Volkscamera".
Además, son un trozo de historia de la Europa de la posguerra y de las dos Alemanias en particular.

Werra: cómo comprar

Tal como prometí en mi artículo anterior, a continuación algunas recomendaciones, inevitablemente subjetivas.
Antes de nada: las Werra son por lo general relativamente económicas (7), por lo que –desde mi punto de vista– no tendría sentido comprar una que no esté simplemente perfecta.
Como recomendación general: rechazar toda unidad que muestre abolladuras o marcas en sus bellas cubiertas, barrilete, etc. Particular atención a marcas en los remates/tornillo de los laterales, que liberan la cubierta superior...
Un aspecto que hay que vigilar especialmente es el del "cono-parasol". Dependiendo del modelo de cámara y el material, puede estar rajado, y deberíamos descartar la compra –de la misma manera que si falta la tapa– ya que cono y tapa forman parte integral de una Werra como tal. Tampoco es "de recibo" un parasol negro en una cámara verde y viceversa...

Werra 2 vista posterior
Bonita no... lo siguiente; Werra 2 © Valentín Sama

El arrastre debe funcionar son suavidad y retornar con "gallardía" por la fuerza de su muelle.
Retirando el dorso, podremos comprobar –frente a una fuente de luz preferentemente uniforme– el funcionamiento de todos los tiempos de obturación: quizá no podamos determinar si el más breve (1/750, 1/500 o 1/250) es absolutamente preciso, per sí si los más largos ("B", 1s, 1/2 s. etc.) no están atascados, algo mucho más frecuente.
¿Queremos un modelo con telémetro y/o quizá con exposímetro? Pues a comprobar toca. Para el exposímetro la regla "sunny f/16" y para el telémetro un sujeto a infinito y otro a una distancia reconocible.
Damos por sentado que el objetivo no muestra arañazos u hongos, pero... ¿no tendrá "haze", suciedad interior? Lo comprobaremos –dorso fuera– contra una luz...

Conjunto de Werra 2 © Valentín Sama
¿A quién le amarga un dulce? Werra 2 en su caja, con estuche pronto uso y todos los "papeles" © Valentín Sama

Es interesante saber que "nuestra" Werra 2 fue adquirida originalmente el 14 de septiembre de 1964 en la "Industrieladen" en un número ilegible de la Karl-Marx-Alle de Berlín... © Valentín Sama

Dentro de un estado bueno, tendremos que decidir si deseamos una cámara o modelo bien por su funcionalidad bien por la belleza del conjunto.
Para el primer caso, tenemos, por ejemplo, la Werramatic objeto de este artículo y para el segundo, de nuevo "por ejemplo" la Werra 2 del año 1957 (arriba), con su estuche pronto uso, caja, instrucciones, y garantía originales... ¡además en perfecto estado estético y de funcionamiento!
En la feria de Biévres, cuando vuelva a celebrarse –si la "Peste Roja" lo permite– podéis encontrar habitualmente cámaras Werra y naturalmente, también a través de vendedores "online".



(1) Similar al de las cámaras Mamiya Press y la primera versión de la montura FD. Muy eficaz y poco expuesta a juegos por desgaste.
(2) Nunca olvidaré, cuando a finales de los 50 o principios de los sesenta del siglo pasado, el empleado de la tienda donde yo compraba componentes electrónicos para radios de válvulas (tendría yo entonces unos 12 años) me enseñó una pequeña pieza en el pulpejo de su dedo índice y me dijo: ..."mira, esto es un transistor, esto es el futuro".
(3) Las resistencias variables más empleadas eran a base de una pista de carbón prensado y una fuente potencial de problemas, como bien saben algunos propietarios de cámaras Nikkormat por los fallos del sistema de medición...
(4) Los oculares con corrección dióptrica eran raros en esa época y representan un cierto lujo.
(5) Conseguir que los obturadores centrales de los objetivos "CS" para las cámaras de formato medio digitales Leica S alcanzasen 1/800s costó, no hace muchos años "sangre, sudor y lágrimas".
(6) Algunas Kodak Retina, Zeiss Ikon Contaflex, etc.
(7) Una excepción son los objetivos intercambiables Flektogon y Cardinar, así como los "kits" de cámara que incluyan esos objetivos y/o los accesorios de aproximación.

Comentarios

ABarbera ha dicho que…
Qué buen artículo, tanto este como su antecesor. Tengo una Werra 5 negra, igual a la de las fotos (tengo entendido que no es la Werramatic, la cual fue la sucesora de la Werra 5 y se distingue por la presencia de una franja de plástico transparente en todo el frente de la tapa con un apliqué de rayas cromadas y negras), la cual solo necesita una calibración de la celda de selenio para quedar completamente funcional. Es increíble lo elegante y robusto del diseño de estas cámaras, y lamentable (¿o afortunado, por los precios?) el olvido en que han caído. Muchas gracias por darles un espacio en su blog.
Valentín Sama ha dicho que…
Lo de las versiones de Werra, es...complicado, ABarbera
Según Jim McKeown, la Werramatic sería una versión mejorada de la Werra 5.
Por su parte, la versión con la franja de tiras negras y cromadas sería la llamada "Werramatic e". Al incorporar zapata portaaccesorios, rompe –en mi opinión– la armonía de ese "capot" superior.
Por cierto: confieso que me gustan más los capots planos de las versiones hasta la Werra 4 inclusive....
Y le doy toda la razón en lo que comenta acerca de la elegancia y singularidad de estas cámaras.
Que yo sepa, no se conoce la personalidad de su diseñador, algo por otra parte, supongo, muy característico de la época y situación política bajo la que se desarrollaron estas cámaras.
Gracias por sus amables palabras y saludos cordiales
Valentín Sama
PerroVerde ha dicho que…
Recientemente he adquirido una Werra Matic E con la intención de utilizarla. El telémetro estaba desajustado tanto vertical como horizontalmente y el objetivo de 50 mm bastante sucio exterior e interiormente. Al desmontarlo, me encontré con una curiosidad que quizás le resulte interesante: bajo el anillo retenedor frontal marcado como "aus Jena Q1 T 1:2,8 f=50" había otro idéntico marcado "Carl Zeiss Jena Q1 Tessar 2,8/50". Cosas de patentes.
Valentín Sama ha dicho que…
Muy interesante «PerroVerde».

Parece ser que era una costumbre práctica en aquellos tiempos de la DDR: «democratizar, reciclar» productos anteriormente fabricados.

En el mundo Exakta, se ha encontrado casos parecidos sobre todo con los objetivos Pancolar 50 mm f/2.

Saludos

Valentín Sama

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