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Leica M11 Monochrom: presentación y prueba

Tras algunas de las habituales filtraciones, Leica levanta en este momento el embargo sobre su más reciente creación: la anticipada M11 Monochrom o «Typ 2416» en clave interna de la firma y ello bajo el bello lema de «una sinfonía de luces y sombras».
Como es de entender, se trata de una evolución de su modelo M11, pero dotada de la ya clásica variante de sensor exclusivamente para blanco y negro. He dispuesto (*) de una unidad plenamente funcional de la nueva M11, de tal forma que puedo ofreceros ya una prueba detallada.
© Valentín Sama

Con el nuevo Summilux-M 50 mm f/1.4 ASPH. © Leica


Acerca del sensor de las Leica Monochrom

Puesto que ya hace bastante tiempo que se presentó la primera Leica Monochrom (año 2012, con un CCD de Kodak), conviene recordar algo clave: los archivos generados por las Monochrom no se derivan de capturas realizadas mediante un sensor a color de pauta Bayer al uso «pasados a blanco y negro», sino que son producidos por un sensor desprovisto de los filtros de color de dicha pauta, pero en el que cada uno de sus píxeles sí que es sensible a las distintas longitudes de onda, fundamentalmente del espectro visible.

Sistema a color por Pauta Bayer © Leica

En los sensores de pauta Bayer (arriba) a la hora de «reconstruir» («desmontar el mosaico») la imagen a partir de esa información tan parcial para cada punto de la misma, es preciso realizar una interpolación, con la consecuencia inevitable de colores falseados y sobre todo, menor nitidez y fidelidad en la reproducción de las luminancias de la escena.

Sistema de un sensor Leica Monochrom © Leica

En un sensor Leica Monochrom, cada fotodiodo o pixel es capaz de registrar fielmente los valores de luminancia de la escena. También como resultado de no perder luz por la absorción de los filtros, el sensor de una Monochrom tiene una sensibilidad nativa mayor. Al no sufrir interpolación, la nitidez nativa es mucho más elevada, acompañada de transiciones tonales muy armónicas.

© Valentín Sama

Buen momento –también– para recordar que las películas negativas en blanco y negro, si bien muestran el mundo en tonalidades de grises, sí que son sensibles a los colores y se representan, cada uno de ellos, por una tonalidad de gris diferente. No es menos cierto que esa respuesta espectral varía de un producto a otro...

Comparativa entre la respuesta espectral del sensor Monochrom (¡primera generación!) y una película negativa en B/N Kodak T-Max 400. El sensor Monochrom, «ve» un poco en el infrarrojo cercano © Leica


A lo largo de la saga de las Leica M Monochrom (Ver: Q2 Monochrom), la firma ha utilizado, desde los CCD de la primera generación, a los CMOS actuales, para gozo de los que –para algunas aplicaciones– gustamos del enfoque en Live View.
Puesto que la flamante Leica M11 Monochrom se basa en la M11, puede resultar práctico –para los no familiarizados con su particular arquitectura, y especialmente la de su sensor y modo de obturación– consultar previamente el artículo dedicado a ella:


Leica M11 Monochrom: el sensor

El sensor, salvando la diferencia fundamental de ser monocromo, obedece a la misma muy original arquitectura del de la M11. Así, puede operar en tres resoluciones diferentes: 60 Mpx, 36 Mpx. y 18 Mpx, pero siempre respetando –para todas ellas– el formato Barnack de 24 x 36 mm.

Con motivo de la presentación de la Leica M11 escribíamos:  «El carácter más diferenciador de la Leica M11 es su sensor «de resolución variable», por buscarle un nombre provisional. Tal como indico más arriba, el sensor –un CMOS Retroiluminado (BSI) en formato Barnack (24 x 36 mm, sin filtro de paso bajo)– ofrece una resolución nativa de 60 Mpx., pero también nos permite fotografiar a resoluciones de 36 Mpx. y 18 Mpx. Pero lo fundamental es que, para estas dos últimas resoluciones «inferiores»... ¡se siguen utilizando todos y cada uno de los 60 fotodiodos, manteniendo el formato de 24 x 36 mm!

© Leica
¿Cómo es posible eso? En realidad es muy sencillo, al menos en principio: aplicando la conocida tecnología de «pixel binning». El sistema no es otro que sumar los fotones atrapados en cada uno de los 60 millones de fotodiodos a fin de mejorar –bajo determinadas condiciones de toma– la calidad de imagen.

Así, desde Leica se nos indica, que –al valor de 36 Mpx.– alcanzaríamos un punto más de rango dinámico –15 pasos en lugar de 14– al tiempo que a 18 Mpx. el ruido –con el mismo rango de 14 pasos– sería lo más bajo posible. Evidentemente, a 60 Mpx. la resolución de detalles finos deberá ser máxima, y de hecho la más alta en una Leica-M hasta la fecha. La verdad es que –a priori– el tema es de lo más interesante, y parece que, en principio lo más normal sería operar habitualmente en 36 Mpx., la opción más equilibrada... ¿o quizá la de 60 Mpx.? Dependerá de cada situación y de cada fotógrafo.»

Pues bien: ahora tenemos ese arquitectura de sensor, pero sin filtros de Pauta Bayer, tal como explico un poco más arriba. La «cosa» promete...

La Leica M11 Monochrom en cifras

La tabla comparativa de la nueva M11 Monochrom respecto a la M10 Monochrom, nos muestra datos muy interesantes, que merecen su comentario.

© Leica
El cuerpo de la M11 Monochrom o «Typ 2416» está realizado en aleación de aluminio y magnesio («Elektron»), con cubiertas superior e inferior en aluminio. Sus dimensiones son de 139 x 38,5 x 80 mm para un peso de 530 gramos sin batería. Nada menos que 130 gramos menos que la M10 Monochrom.
La montura es la ya conocida bayoneta Leica-M dotada de lector para códigos ópticos a 6 bit e identificación automática de objetivos. 

El sensor, de resolución nativa de 60 Mpx nos ofrece ajustes de sensibilidad desde ISO 125 a ISO 200.000. En mi opinión, el extremo bajo de ISO 125 representa una ventaja respecto al valor de ISO 160 de la M10 Monochrom, y no digamos respecto a los 320 ISO de la Typ 246; ello supone que –en principio– según la regla «Sunny f/16» podremos llegar a explotar el uso de objetivos abiertos a f/2,8 a pleno sol, sin necesidad de filtros de densidad neutra, merced al tiempo de 1/4.000 s que ofrece el obturador de la M11 Monochrom. ¡Lastima que no dispongamos de 1/8.000s! ¿O sí que disponemos?

Sí: el modo de obturación electrónica nos ofrece hasta 1/16.000 de segundo, con lo que vamos más que servidos. De hecho, el modo de obturación híbrida revierte a imponga  cuando es requerida por una situación luminosa que superar ese 1/4.000 de segundo. (**)
Además: el sistema de la M11 Monochrom nos permite realizar exposiciones de hasta 60 minutos, lo cual es notable en un cuerpo tan pequeño, por cuestiones de evacuación del calor.
Por otro lado, el extremo alto de ISO 200.000 es extraordinario, y pronto veremos si es «modo unicornio» o, por el contrario, un valor utilizable. (1)

Hay otros puntos muy interesantes, y así, por un lado, la M11 Monochrom incorpora una memoria interna de ¡nada menos que 265 Gb!, y por otro, la pantalla o monitor posterior ofrece ahora una resolución de 2.320.000 píxeles, más del doble del valor de 1.040.000 de la M10 Monochrom y los 921.600 de la Typ-246, siendo la cubierta de vidrio de zafiro. Sobre la importancia práctica de esos dos aspectos, hablo más tarde.

El clásico «bodegón» o escena de control

Para poder evaluar comparativamente de forma más fiable todos los aspectos de calidad de imagen a los distintos ajustes ISO (espectaculares, por cierto) vuelvo a ofrecer mi ya casi clásica escena, pero con aún más «trampas cazasensores». Como orientación, ofrezco también la versión en color, tomada con el mismo objetivo, iluminación y abertura de diafragma. Respecto al valor de abertura de diafragma, una observación (2).

© Valentín Sama

En lo que respecta a escala tonal, tenemos desde las luces especulares de parte del mango y reflector de flash de la Speed Graphic a los pliegues de la tela negra del fondo y el simil-cuero de la original cámara Mercury, pasando por las transparencias y brillos de los vidrios, con letras y dibujos de distintos tamaños, pero, ¡atención!: a la derecha de la caja lacada rusa, en una zona totalmente en sombra en el extremo derecho, «acecha» una caja de baquelita negra con ciertos volúmenes... ¿será posible que se registre su presencia aunque mínimamente?
Además, tenéis el blanco, rojo, verde, azul y negro de los botes de película Kodak, las jibias y sus delicados matices de «casi blanco», la tablita Pro-Passport, y todas las argucias que podáis encontrar para poner a prueba capacidad de detalle y reproducción de matices, colores, brillos y transparencias.

Vamos a ver algunos resultados. Los archivos son JPEG a partir del DNG, con tan sólo un mínimo ajuste para igualar el gris medio de referencia.
Recordad que haciendo «clic» sobre cada imagen se abre una galería y se amplían y también se pueden descargar para su comparación en vuestros sistemas.

M11 Monochrom a 60 Mpx. e ISO 125 © Valentín Sama


M11 Monochrom a 36 Mpx. e ISO 125 © Valentín Sama

M11 Monochrom a 18 Mpx. e ISO 125 © Valentín Sama

A ISO 125 no parece fácil que podamos detectar diferencias de ruido a favor de la resolución de 18 Mpx., pero quizá podamos encontrar alguna diferencia de escala tonal –a favor– para la de 36 Mpx. respecto a la de 60 Mpx. ¿Podremos apreciar más o menos detalle de 60 a 18 pasando por los 36 Mpx.? Por las dudas, en la sección de «notas» añado cuatro imágenes al respecto.
A continuación, vamos a ver algunas imágenes a ajustes ISO realmente altos.

M11 Monochrom a 60 Mpx. e ISO 50.000. © Valentín Sama

M11 Monochrom a 18 Mpx. e ISO 50.000. © Valentín Sama

M11 Monochrom a 60 Mpx. e ISO 200.000 © Valentín Sama

M11 Monochrom a 18 Mpx. e ISO 200.000 © Valentín Sama

Ya a continuación, a 60 Mpx. algunos índices de  exposición interesantes por lo prácticos que pueden llegar a resultar en fotografía con una telemétrica:

M11 Monochrom a 60 Mpx. e ISO 400 © Valentín Sama

M11 Monochrom a 60 Mpx. e ISO 1.600 © Valentín Sama

M11 Monochrom a 60 Mpx. e ISO 12.500 © Valentín Sama

M11 Monochrom a 18 Mpx. e ISO 12.500 © Valentín Sama

Cuando, con película fotoquímica, ya tenemos grano visible a ISO 400 y las dos películas disponibles etiquetadas como «EI 3.200» ofrecen una mezcla de granularidad de tipo  «sal y pimienta» no siendo más que emulsiones de ISO 400 y curva de contraste plana destinadas al forzado, parece casi un sueño lo que ofrece el sensor de la M11 Monochrom: un ISO 5.000 limpio, con una «granularidd» (ruido) similar a la de una rara emulsión tipo Technical Pan de ISO 12. Y estoy hablando de la opción menos favorable en ese terreno: la de 60 Mpx.
A observar, que –según mi experiencia– los archivos «se dejan enfocar» brillantemente con máscara de enfoque del entorno de un 150% y que en el menú de las Monochrom, suelo llevar por defecto para los JPEG enfoque «medio-alto».

Personalmente, pienso que es a partir de ISO 12.500 cuando empieza a tomar ventaja el modo de 18 Mpx. en lo que se refiere a menor presencia de ruido respecto a los archivos del modo de 60 Mpx., pero requiere mucho «pixel peeping» para discernirlo. Aunque tengo tomas con «reducción de ruido» activada, por lo general le tengo poco aprecio personal a esa opción, sea en la cámara que sea...

Por su parte, el punto de diferencia de «rango tonal» que nos ofrece el modo de 36 Mpx. frente a los 60 Mpx. también «está ahí» y si bien serán no muchas las escenas que nos ofrezcan la posibilidad de explotarla, está en la mano del fotógrafo discernir la oportunidad y optar por ese modo o por cualquiera de los tres según la necesidad. Ello hace que la M11 Monochrom –y la M11 estándar– sean herramientas muy sofisticadas en manos de los fotógrafos conocedores: ciertamente «una sinfonía de luces y sombras».

Leica M11 Monochrom: los mandos

La «M11M»  se ajusta al concepto de la firma «Das Wesentliche» o «Lo Esencial», y así, cuerpo, mandos funciones y estética se ajustan a lo mínimo esencial... que no debemos confundir en absoluto con «prestaciones justas» sino todo lo contrario. Pero su diseño permite concentrarnos en el más puro acto de fotografiar. Basta echar un vistazo a la parte superior y al dorso, para comprobar lo que podríamos llamar la «esquematización» de las áreas de control.

© Valentín Sama

Conmutador «ON/OFF», disparador, dial de tiempos de obturación, y selector de una parte de los ajustes ISO disponibles. Esos mismos, y el resto, se puede seleccionar a través de menú. Además del pulsador junto al disparador, que en otros modelos (no en este, que no dispone) puede asignarse a la grabación de vídeo –o a cualquiera de las otras funciones asignables al pulsado FN, que veremos más abajo– hay unas posiciones de ajuste para el modo de exposición automática «A», para el tiempo de obturación límite para flash, y el ISO automático. ¿Los ven Uds.? ¡Nosotros tampoco! Están ahí, pintados en un azul casi gris, oscuro, y sí: la imagen es en color.

La pregunta sería: ¿no habrán llevado los diseñadores de la M11 Monochrom demasiado al límite el concepto de «discreción»?
Para un usuario habitual la cuestión deja de convertirse en problema merced a los «clic»: los ajustes «A» están donde «hay vacío de inscripción en blanco» (azul oscuro) y el ajuste límite para sincronización entre 125 y 250, concretamente a 1/180 s...
Sólo para veteranos: muy de agradecer el zócalo roscado para cable disparador tradicional, que ahora es negro. Pasemos al dorso.

© Valentín Sama

¿Se puede pedir... menos? Tres pulsadores, un conmutador de cruceta y una rueda en la parte superior. Dos discretos diodos luminosos indicadores de estado de funcionamiento (3) y el clásico ocular de visor de Leica M sin ajuste de dioptrías. Para esto último simplemente «no ha lugar» literalmente en el cuerpo de una Leica M.
A destacar que la pantalla o monitor –en la imagen todavía con su plástico protector– representa un avance magnífico con sus 2.320.000 puntos sobre 2,95" de diagonal. El que la pantalla sea táctil, añade facilidad de manejo a la hora de manejar el menú, muy similar al de la M11.

La función de los pulsadores de la izquierda está clara, pero quizá merece atención el de «función» o FN. Así, mediante una pulsación simple, nos permite reclamar la función asignada, pero mediante una pulsación larga  podemos navegar –con la colaboración de la cruceta derecha– entre cinco pantallas que nos ofrecen hasta 27 funciones para asignar al comentado pulsador «FN» que nos ocupa.
¿Quizá algunos preferirían más pulsadores para repartir funciones entre ellos?
No en una Leica M11 Monochrom: ¡estamos centrados en «Das Wesentliche»!

© Valentín Sama

La rueda superior derecha también admite asignación de funciones, pero por abreviar os ofrezco mis ajustes o asignaciones favoritas para estos mandos: compensación de la exposición en la rueda y acceso a Live View en el pulsador FN.  En esa imagen puede intuirse cómo es el acabado de la superficie de la M11 Monochrom: una suerte de pintura, pero no es la laca del codiciado  «black paint» tradicional. Un tacto algo más áspero, menos satinado que el de una M1 Monochrom, algún tipo de epóxico u horneado moderno, Y ya que hablamos de Live View...

Leica M11 Monochrom: una obturación muy especial

Ya lo desvelé –en primicia– con motivo de mi prueba de la Leica M11: ambos modelos incorporan un «modus operandi» casi inquietante... para una Leica M. Veamos las imágenes a continuación.

Modo «OFF», cámara apagada © Valentín Sama

Modo «ON», cámara encendida © Valentín Sama

¿Lo observan bien Uds.? En las M11, tan pronto ponemos en marcha la cámara, el obturador se abre y permanece abierto, en lo que es una suerte de Live View o funcionamiento nativo en modo «mirrorless». Sobre las implicaciones futuras de este modo de funcionamiento me extiendo en el artículo: La Leica M11 como plataforma de futuros desarrollos
Ello permite algunas ventajas dentro del mundo tradicional Leica M como pueden ser los tres modos de obturación: «mecánica» controlada electrónicamente, híbrida, o totalmente electrónica. Si en el primer modo el funcionamiento es muy silencioso, en el tercero lo es absolutamente. A eso, añadiremos un modo de medición matricial multicampo a los de «promedio con preponderancia central» y puntual. De hecho, en la M11 Monochrom, al igual que en la M11, todos los modos de medición son por medio de lectura del sensor, en Live View.
En lo que respecta al consumo de batería, poco que temer, pues la nueva capacidad de 1.800 mAh es espectacular. Hablando de batería...

© Valentín Sama

© Valentín Sama
La batería se libera co un toque de la palanca plateada, pero no temáis: no se cae. Hace falta una ligera presión sobre la propia batería para que se libere por completo. También nos dará acceso a la ranura única para tarjetas SD. No hay sitio para más en un cuerpo Leica M, pero para eso está la inmensa memoria interna de 265 Gb, que actúa como una tarjeta virtual y permite todas las combinaciones de «Storage Management» habituales, repartiendo orden de grabación, separación de archivos DNG y JPEG, etc. También, naturalmente copiar de la memoria interna a una tarjeta SD. He tenido oportunidad de comprobar que –además– esa memoria interna es muy rápida, y no supone ningún problema incluso a la mayor frecuencia de disparo en ráfagas.

© Valentín Sama

El zócalo a la izquierda –sellado contra la intemperie– es para un cable USB-C que nos ofrecerá juego adicional a la conectividad  Wi-Fi, como, por ejemplo, carga de la batería sin extraerla. ¡Quién te ha visto Ur-Leica!

De ls fotos del compartimento de la batería podemos deducir lo delgado que es el cuerpo de las M11 –herederas de la M10– y si hacemos una comparación con la Monochrom Typ 246 de 24 Mpx....

© Valentín Sama

... podemos ver –arriba– los pasos de gigante que se han dado en el adelgazamiento de los cuerpos digitales de las Leica-M, hasta aproximarlos, y mucho, a los de las Leica-M analógicas.

© Valentín Sama

Leica M11 Monochrom: tomas de campo

Además de las tomas comparativas, en situación controlada, he realizado numerosas tomas de campo, de las que muestro algunos resultados.

M11 Monochrom a 36 Mpx. e ISO 125. Summarit-M 35 mm f/2.4 ASPH. a f/11
 © Valentín Sama

 
© Primoz Bizjak

El visor telemétrico de la M11 Monochrom no está reñido con un uso de la cámara sobre trípode, en este caso con un Leica Elmarit-M 90 mm f/2,8 (1989-1998). El aumento del visor es de 0,73X y ofrece parejas de marcos luminosos para 35 mm + 135 mm, 28 mm + 90 mm, y 50 mm + 75 mm. Parece que para esta edición, se ha dado una vuelta de tuerca más en los tratamientos ópticos y mi impresión es que la «mancha» del telémetro permite discriminar mejor el punto crítico de enfoque...

© Primoz Bizjak

...y en caso de duda, la nueva pantalla de alta resolución nos permite ajustar foco y encuadre, en Live-View con absoluta seguridad. Además del aumento propio que nos ofrece la cámara –se puede recorrer por todo el fotograma– en caso de verlo conveniente... ¿por qué no usar una clásica lupa de mano? Claro que lo ideal es disponer del visor electrónico opcional, de zapata, «Visoflex II», a la altura del ojo. E la M11 Monochrom existe una ventaja adicional: el Live-View está estabilizado electrónicamente, con lo cual, para las tomas a mano, sobre todo con el Visoflex II –y más si usamos el aumento para el enfoque– se gana mucho en precisión y comodidad de uso.

No es menos cierto que, para la focal de 28 mm, los marcos luminosos quedan tan en los extremos que hay que «buscarlos» a un lado y otro del visor de encuadre, lo que resulta dificultoso para los usuarios de gafas. Es algo que comparte con todos los modelos con ese aumento de visor.
La cámara de placas Ebony de 4x5" del fondo, además de una presencia real, funcional, en la sesión de trabajo, tiene un significado simbólico, como veremos en las conclusiones finales.

A 36 Mpx. ISO 5.000 1/1.250 seg. Summarit-M 35 mm f/2.4 ASPH. a f/5,6 El modo de ráfaga a 4.6 fps permitió –con la luz de madrugada– captar a los vencejos en su relampagueante y aleatorio entrar y salir de la nave abandonada. La memoria «buffer» de 3 Gb permite hasta 15 tomas secuenciales en DNG o 100 en JPEG. Modo de «virado al selenio». Además de este «filtro» se dispone de opciones «sepia» y «azul», también en tres intensidades. © Valentín Sama

M11 Monochrom 60 Mpx. Elmarit-M 90 mm f/2,8 a f/8 ISO 125  © Valentín Sama

M11 Monochrom 36 Mpx. Elmarit-M 90 mm f/2,8 a f/8 ISO 125  © Valentín Sama

Con la compresión que se produce en el modo web, no resulta fácil comprobar el punto de diferencia de «rango tonal» que ofrece el modo de 36 Mpx. frente al modo de 60 Mpx., que sería de 15 pasos en lugar de 14. No obstante, en los originales de más arriba, algunos tonos medios, y sobre todo las sombras, están un poco más «abiertos» en el modo de 36 Mpx.
Ambas expuestas sobre trípode (ver más arriba) en modo «A» y con la medición multicampo de la M11 Monochrom.

M11 Monochrom, 60 Mpx. a ISO 125. Leica Elmarit-M 35 mm f/2.4 ASPH. a f/8-11 © Valentín Sama

M11 Monochrom, 36 Mpx. a ISO 125. Leica Elmarit-M 90 mm f/2.8 a f/8-11 Modo «virado al selenio» © Valentín Sama

Explorar un sujeto desde un mismo punto de vista con distintas focales, tiene su encanto. En este caso, nos permite comprobar la extensísima escala tonal, de los restos de escalera en oscuridad, hasta el luminoso paisaje de un amanecer.

M11 Monochrom, a 60 MPx. e ISO 200. Summarit-M 75 mm f/2.5 a f/11 © Valentín Sama

M11 Monochrom a 36 Mpx. e ISO 200. Summarit-M 35 mm f2.4 ASPH. a f/16 Modo «virado al selenio». La casi total oscuridad del primer plano contrastaba con los puntos iluminados por el sol del fondo contra el espejo. © Valentín Sama

M11 Monochrom a 60 Mpx. e ISO 200. Summarit-M 75 mm f2.5 a f/16 © Valentín Sama

M11 Monochrom a 36 Mpx. e ISO 200. Elmarit-M 90 mm f2.8 a f/8. Flash de estudio. Modo «virado al selenio» © Rafael Roa

M11 Monochrom: conclusiones

Con ocasión de la prueba de la Leica M11, escribía: «...reconozco una cierta contumacia por mi parte, pero donde muchos ven la cumbre de las telemétricas digitales, yo también lo veo, sí, pero –quizá debido a mi formación como fotógrafo industrial y de producto– también veo un cuerpo polivalente soberbio, una especie de «respaldo digital» con el que, mediante distintas ópticas, se podrían abordar tareas profesionales especiales de lo más exigente y quizá atípico.
Más allá, claro, del uso habitual previsto a una telemétrica pura como no deja de ser la M11. Los originales modos de trabajo en «pixel binning» aportan una flexibilidad digna de celebrar...»

Recordemos, que –mediante adaptador– podemos acoplar sobre las Leica-M, una serie de ópticas especiales de otros fabricantes, que nos permitirían entrar en mundos profesionales aparte del ecosistema telemétrico, empleando la M11 Monochrom como «respaldo digital», en este caso, monocromo.


Un 24 mm f/3,5 «Shift» (desplazable) sobre un cuerpo de Leica M11 © Valentín Sama

Ahora, con la M11 Monochrom, tenemos en las manos una brillante herramienta especializada que suma todo lo anterior al «estado del arte» en fotografía de blanco y negro digital en formato Barnack, con un nivel de calidad –nitidez, resolución, ausencia de grano, gama tonal– que supera al de las placas de 4x5" en blanco y negro (4).
A ello se suma, que –debido a la ausencia de filtros de color– su rendimiento a ajustes ISO altos resulta excepcional.

Desde la prueba de la M11, tengo la sensación, no obstante, de que ese sensor, ahora sin Pauta Bayer, pone a prueba incluso a algunas ópticas Leica-M, y quizá por eso desde Wetzlar se han presentado en los últimos tiempos referencias tales como el APO-Summicron-M 35 mm f/2 ASPH., así como el nuevo Summilux-M 50 mm f/1.4 presentado simultáneamente a la M11 Monochrom, y por supuesto el inmarcesible APO-Summicron-M 50 mm f/2.
Igualmente, pienso que todas las cámaras dotadas de sensores de alta resolución han demostrado ser sensibles a la trepidación, y aquellos usuarios que …como es mi caso– ya no están muy seguros de su «pulso» deben utilizar tiempos límites de obturación uno o dos puntos más breves de la «norma»... un razón más para utilizar las grandes aberturas de diafragma posibles con las ópticas Leica-M.

Leica M11 Monochrom: ¿para quién?

Algo que me preguntan de vez en cuando respecto a las Leica Monochrom en general y a esta nueva M11 Monochrom en particular, es cuál sería el público objetivo al que pueda ir dirigida, y estos serían algunos de los grupos de personas:
  • Usuarios actuales de Leica M y/o de modelos de Monochrom anteriores
  • Usuarios de cámaras fílmicas (analógicas)
  • Usuarios de Leica Q que quieran ampliar su campo, mediante objetivos y la experiencia telemétrica
  • Usuarios de Leica S y SL, para las que además –mediante adaptador– son compatibles las ópticas Leica-M
  • Usuarios de marcas competidoras
  • Y finalmente... clientes con «posibles»
La Leica M11 Monochrom está disponible ya –en cantidades muy limitadas– con un precio de 9.530 €

NOTA: por razones técnicas, los eventuales comentarios no deben superar los 3.000 caracteres.


(*) Cámara cedida para la prueba por Leicastore Madrid 
(**) Sin embargo, por efecto de rolling shutter, el electrónico no es ideal para sujetos en muy rápido movimiento ni para fotografiar con según qué tipos de luz artificial. Para seleccionar a mano tiempos más breves de 1/4.000 de segundo hay qe hacer a través de menú y la posición «B» del selector.

(1) La ausencia de los filtros de color de la Pauta Bayer, hace que llegue más luz a los fotodiodos. Ello representa una indudable ventaja a la hora de explotar niveles ISO altos, con menos ruido.

(2) El objetivo empleado es un soberbio Leica Summicron-M 50 mm f/2. No, en este caso, el aún superior APO-Summicron-M 50 mm f/2 ASPH.
Para las pruebas se diafragma a f/11. ¿Por qué no más? Pues porque ese es el límite teórico aproximado de difracción para un objetivo de 50 mm. Si cerrásemos a f/16 o f/22 perderíamos resolución y contraste por difracción. Y eso es algo que no deseamos, ya lo que buscamos con la prueba es evaluar ciertos aspectos de la capacidad del sensor de la M11 Monochrom. Podéis leer algo más sobre el tema en este artículo.

Pero en cambio conseguiríamos una mayor profundidad de campo... ¡y ahí radica el dilema!
Aunque en el bodegón de prueba agrupo los objetos en planos lo más apretados posible, no todos pueden quedar en el plano prioritario, óptimo, de enfoque. Por eso es bueno saber que –para esta toma– el plano enfocado –rigurosamente en Live View– pasa aproximadamente entre la parte posterior del «Passport Color Checker» y la delantera del «Nesbo Exposure Calculator». El resto cae dentro de ese «dulce engaño» que es la profundidad de campo y los «círculos de confusión». Pero eso sí: igual para todas las tomas.

(3) Wi.Fi y grabación en tarjeta

(4) En este momento no dispongo de una cámara de 8 x 10" (20 x 25 cm) para probar... pero la tentación está ahí.

¿Cuánto influye en la reproducción de detalles finos –en su resolución– cada una de las tres opciones del sensor de la M11 Monochrom? Para analizarlo de forma muy práctica os ofrezco una aparentemente banal toma del «mundo real». Banal pero bastante «chivata»...

Leica Summarit-M 35 mm f/2.4 ASPH. (en baja resolución). © Valentín Sama
En esa terraza, un par de sillas hacen de una suerte de «estrella de Siemens» y un loro (¿?) nos saluda...

A 60 Mpx. (Clic para ampliar)

A 36 Mpx. (Clic para ampliar)

A 18 Mpx. (Clic para ampliar)

¡Vaya! Una suerte de «estrella de Siemens» natural... Las diferencias de resolución se dejan notar, también en el tarro de vidrio y en el hierático loro vigilante contra ls palomas...

Comentarios

Mario Fernández ha dicho que…
Estupendas conclusiones, y estupenda entrada.
Muchas gracias por compartirlo, Valentín.Y por mantener este blog, que todos valoramos.

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