Decir que “todos” buscamos respuestas es exagerado, lo sé. Una generalización que pocas veces se cumple porque cada persona es un mundo, a menudo muy distinto del resto de mundos. Pero también he aprendido que buscamos ciertas cosas que nos unen: el cariño, la aceptación y el sentido. No todos lo buscamos de la misma manera, ni al mismo tiempo, ni con la misma energía. Pero sin algo de amor que nos llegue, sin cierto sentimiento de pertenencia y sin algún tipo de significado la vida vale muy poco. Prácticamente nada. Por eso utilizo “todos”.
En fotografía pasa lo mismo. Somos muy distintos e incluso así perseguimos algunas metas comunes. Desde pequeños preguntamos, somos curiosos, necesitamos saber. La familia, los amigos, la escuela. No paran de proporcionarnos respuestas, una tras otra, simples o complejas, de un signo o de otro. Si existen escuelas, manuales y tutoriales sobre fotografía es porque seguimos buscando respuestas. Qué, cómo, dónde, cuándo, por qué. Podemos intentar aprender las cosas por nosotros mismos, sin ayuda de los demás, pero habría que ver cuán lejos llegamos.
© Fernando Puche |
Incluso quienes se declaran autodidactas han aprendido de otras personas con las que han tenido contacto. Los libros, las amistades, los que van por delante, las revistas… Si uno se aísla en una cueva es difícil que aprenda todo lo que podría aprenderse rodeado de personas, de libros, de consejos. Hasta el manual de una cámara nos enseña cosas. Yo he aprendido muchas cosas por ensayo y error, probablemente menos de las que aprendí preguntando a los demás. Es maravilloso compartir el conocimiento.
Esta serie va de esto, de preguntas y de respuestas. De lo que aprendí preguntando y de lo que provocaron esas respuestas. De lo aprendido de los demás y de lo experimentado por mi cuenta. De lo robado a otros y lo fabricado a partir de ello. Alguien podría decir, con razón, que lo que he asimilado no tiene que tener relación alguna con lo aprendido por otros. Cierto; esto no puede rebatirse. Pero si escribo esta serie es en parte porque yo también, como el resto de las personas, busco algo de cariño, un poco de aceptación y darle sentido a mi vida. La fotografía, a veces, tiene menos que ver con lo hecho y más con por qué lo hacemos. Esta es una de sus grandes virtudes: que hacer la foto es solo una pequeña parte de todo el proceso.
El espíritu que acompaña a esta breve serie de textos breves es la del aforismo que nos dejó el físico e investigador Jorge Wagensberg, el cual dice que cambiar de respuesta es evolución, pero cambiar de pregunta es revolución. En general, nos gustan las respuestas, pues nos facilitan las cosas, nos evitan a veces tener que pensar. Cambiar las preguntas es más complejo, más pesado, más profundo. Por eso se trata de un desafío maravilloso.
Comenzamos en breve. Hasta entonces.
Fernando Puche lleva casi cuarenta años haciendo fotos y casi veinticinco escribiendo sobre fotografía. Una cosa llevó a la otra y ambas a publicar libros. Seguramente son excusas para tener la cabeza ocupada, intentar ser mejor fotógrafo y escribir cosas que puedan interesar a los demás. Excusas para seguir experimentando la fotografía.
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