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Nikkor-P 75 mm f/2.8 para Zenza Bronica: saber más

Tal como reflejé al inicio de mi artículo anterior sobre la inmarcesible Bronica S, todo él estaba elaborado estrictamente bajo las condiciones de reclusión forzosa establecidas como protección ante la pandemia provocada por el virus de Wuhan, y por ello no pude mostrar imágenes captadas mediante la cámara.
Sin embargo, una frase dentro de un amable comentario de un lector, se me quedó dando vueltas por la cabeza: ..."quisiera preguntarte por las ópticas, su rendimiento, bokeh y otras características"...

© Valentín Sama

Pero... ¿qué hacer, bajo esas mismas condiciones de reclusión forzosa, sin poder salir a la calle, (1) y si –además– en mi stock de películas sólo me quedaba un rollo 120 de Ektar 100 caducado en 2013 y un rollo 120 –fresco, eso sí–  de la película francesa Bergger Pancro400? (2). Pues...lanzarse a hacer lo posible con los recursos disponibles y la amplia experiencia previa: ver, al final, el apartado "Acerca del revelado en color"

Sobre los objetivos para la Bronica S

Por cuestión de economía de recursos voy a extenderme más sobre el Nikkor-P 75 mm f/2.8, como objetivo estándar que es, de la Bronica S, pero ello no obsta para aportar algunos datos sobre los otros objetivos de que dispongo. Igualmente, muestro, abajo, como referencia, imágenes con los ángulos relativos abarcados.

El angular Super-Komura 45 mm f/4.5 es una "bestia" aparte, con sus 843 gramos de peso debido a la gran masa de vidrio de su sistema retrofoco. Con un ángulo de toma de en torno a 83 grados, su diafragma cierra hasta f/22 con la ventaja de que ofrece "medios clics". Aparte de su rosca para filtro de Ø 82 mm, no he localizado más datos de construcción de este angular, más allá de su año de entrada en producción: 1970
Debido a su corta focal relativa, el sistema de enfoque de la Bronica S actúa "a favor" y le permite entrar en el territorio "macro". Lógicamente, debido al sistema retrofoco, y a la ausencia de lentes flotantes (3) no se debería esperar un comportamiento demasiado brillante en ese terreno.


Super-Komura 45 mm f/4.5 a f/8. Kodak Ektar 100 "vintage 2013" © Valentín Sama

El Nikkor-P 200 mm f/4 (4) obedece a un esquema de cinco lentes, pero en este caso en cinco grupos, esto es "al aire", cubriendo un ángulo de toma de 21 grados.
Para esta focal, el sistema de enfoque de la Bronica S resulta un poco limitante, y así la distancia mínima de enfoque es de 3,3 m, estando prevista una lente de aproximación "dedicada", para un rango de 1,85 m a 3,7 m.
Con un peso de 550 gramos, incluye un parasol extensible. Su diafragma cierra hasta f/32.


Nikkor-P 200 mm f/4 a f/8. Kodak Ektar 100 "vintage 2013" © Valentín Sama

Todavía dentro de la familia Nikon, y abarcando aproximadamente 30 grados de ángulo de toma, el Nikkor-Q 135 mm f/3.5 sigue un esquema Tessar clásico de cuatro lentes en tres grupos, con un diafragma que cierra hasta f/22 y un peso de 430 gramos. El filtro de Ø 67 mm es común a los Nikkor-P 200 mm f/4 y Nikkor-Q 135 mm f/3.5.


Nikkor-Q 135 mm f/3.5 a f/8. Kodak Ektar 100 "vintage 2013" © Valentín Sama

El Nikkor-P 75 mm f/2.8  sigue un esquema de cinco lentes en cuatro grupos, a caballo entre uno Tessar y uno de Doble Gauss. Merced al sistema de enfoque radicado en el cuerpo de la cámara, y al igual que los objetivos anteriormente citados, carece de helicoidal de enfoque propia, lo que lo hace extremadamente ligero a pesar de su construcción enteramente metálica: 230 gramos. Baste decir que, desde el borde anterior del objetivo, hasta la montura, tenemos tan sólo 19 mm para un largo total de 60 mm: un objetivo que, montado en la cámara, es una suerte de "iceberg". Más tarde veremos que esto puede influir en el rendimiento, en su "carácter".


© Valentín Sama

Nikkor-P 75 mm f/2.8 a f/8. Kodak Ektar 100 "vintage 2013" © Valentín Sama

Abarca un ángulo de toma de 55 grados sobre el fotograma de 6 x 6 cm y merced al ingenioso sistema del espejo de la Bronica S, no necesita ser retrofoco, lo que sería beneficioso en lo que concierne a la ausencia de distorsión. Puede bajar hasta los 60 cm de distancia mínima de enfoque, lo que resulta bastante favorable para una cámara de formato medio de su clase.
Su diafragma cierra desde su abertura máxima de f/2.8 hasta f/22, con ajuste por clics.

Hablando de "bokeh": Nikkor-P 75 mm f/2.8

Las seis palas, eran un número muy común para los Nikkor de la época. un pequeño lujo en un mundo en el que –para los mecanismos de cierre automático a la abertura de trabajo– lo más habitual eran cinco palas.
Y así, al examinar en detalle ese objetivo, sobre todo a raíz de los resultados apreciados en las tomas de más abajo, me he llevado una "pequeña gran sorpresa": ¡este Nikkor-P 75 mm f/2.8 incorpora nada menos que nueve palas en su diafragma!
Y sí: además conforma una figura muy circular. Todo un logro y un alarde para la época.


Para un ajuste de f/8-5.6, la forma de la abertura es todavía más que razonablemente circular © Valentín Sama

En la época de la construcción y comercialización de este objetivo para la Bronica S, hacia 1960, no se hablaba para nada de un concepto como el "bokeh". ¡Bastante tenían los diseñadores, trabajando con vidrios ópticos más o menos sencillos (5) y revestimientos antirreflejos simples, etc., para lidiar con aberraciones y reflejos a fin de poder ofrecer una resolución y contraste aceptables! La mayoría de los mecanismos de diafragma –en su versión ya automática– eran de cinco palas, al tiempo que los Nikkor –por lo general– se distinguían por elya citado "lujo" de sus seis palas. (6)
 Algo tuvo que ocurrir para que el objetivo estándar de las Bronica S se le asignasen nada menos que nueve palas.

Pero vamos a ver, pues he sometido a esta óptica a unas pruebas al efecto...


© Valentín Sama

La toma de la parte inferior está hecha a plena apertura del objetivo –a f/2.8– y por tanto la estética de la imagen está libre del efecto del diafragma: la forma de la abertura es –naturalmente– enteramente circular.
Por su parte, la toma de la parte superior, está realizada a f/5.6, bajo la influencia de la forma del diafragma de nueve palas. Vamos a ver unos ejemplo más...



Nikkor-P 75 mm f/2.8 a f/5.6 sobre Ektar 100 "vintage 2013"  © Valentín Sama

En esta imagen, he enfocado principalmente sobre la primera etiqueta de las bolsitas de te utilizadas y abandonadas... y vamos a ver qué ocurre si ampliamos algún sector que a primera vista podría pasar desapercibido.

Ampliación de un detalle de otra toma en color, distinta © Valentín Sama


Ampliación de un detalle de otra toma en color, distinta © Valentín Sama

Pues bien, cada uno tendrá su opinión, pero la mía es que el bokeh me resulta circular, muy placentero y de una bella plasticidad. Desde f/2.8 a f/5.6, al mantener el diafragma de nueve palas su forma circular muy galantemente, entiendo que el bokeh no se hace más "bronco" para nada.
Para mi, en suma, un bokeh que no me podía imaginar esperar en una óptica de 1960.


"Nightshift" (de una vieja experiencia infantil) Nikkor-P 75 mm f/2.8 a f/8 sobre Ektar 100 "vintage 2013" © Valentín Sama

La toma de más arriba, está realizada mediante el Nikkor-P 75 mm f/2.8 a f/8 sobre la película Ektar 100 tantas veces citada, mediante un único flash electrónico de estudio. El plano de enfoque –un tanto selectivo– va en diagonal desde la bombillas de flash de la izquierda hasta la antigua taza de te japonesa del fondo a la derecha, pasando por la rueda de avance de la "Hasselblad".
Al igual que en el resto de las imágenes, hay que tener en cuenta que tanto el escaneo como la compresión del sistema de "Blogger" desvirtúan de forma notable las características originales de las mismas.


Nikkor-P 75 mm f/2.8 para Bronica S: un rendimiento atípico

He pasado a este objetivo por "la batidora del laboratorio", según mis protocolos habituales, (7) obteniendo unos resultados un tanto inesperados. Vamos a verlos.


© Valentín Sama

El objetivo estándar para la Bronica S comienza, a plena apertura, y para centro y esquina, con justo lo que se considera generalmente "aceptable" en pares de línea/mm para un objetivo destinado a formato medio. (8)

Nada más cerrar dos puntos adicionales –para f/5.6– se obtiene un salto de calidad importantísimo, si bien se sigue manteniendo una no menos importante diferencia de centro a esquina.
Ya para f/8, f/11 y f/16, el rendimiento en el centro pasa a ser realmente extraordinario, "brutal", con niveles que superan a bastantes de los mejores objetivos para el formato Barnack (24 x 36 mm).
En las esquinas, el rendimiento es ya bueno para esos mismo valores de abertura de diafragma, aunque queden un poco "en la sombra" del soberbio rendimiento en el centro.
 Para f/22, la difracción –esperada para ese valor y que se insinúa para f/16 en la esquina– hace acto de presencia de manera implacable. (9)

Mi conclusión –arriesgada, lo confieso– es que los diseñadores de Nikon debieron verse obligados a hacer "encaje de bolillos" para poder conseguir el máximo rendimiento posible dentro de las limitaciones de diámetro que suponía tener que albergar este objetivo virtual y enteramente dentro de la montura de la Bronica S: la lente frontal es de aproximadamente Ø 34,5 mm y la posterior de Ø 26 mm, lo que para cubrir una diagonal efectiva de 77 mm no parece mucho, y... ¡con esos bueyes hay que arar!
Bajo esos límites, pienso –adicionalmente– que los responsable del diseño tuvieron en cuenta las composiciones más típicas dentro del formato cuadrado, así como la costumbre de los editores gráficos de "cortar" a placer sobre el formato cuadrado, para tomar la decisión de priorizar centro sobre esquinas.

Acerca del revelado en color

Lo recuerdo con bastante precisión: si revelé mis primeros rollos en B/N hacia 1959, mis primeras diapositivas en color las procesé hace unos 48 años, y de forma casi simultánea experimenté con el negativo y positivo en color. Más tarde, me especializaría en el Cibachrome y la fotografía sobre material Polaroid; el genuino.

Nada que ver los kits disponibles ahora, para dos/tres baños, con los 14 pasos que recuerdo de mis primeros kit Kodak para el Ektachrome: ahora es mucho más sencillo.
Pero no os llaméis a engaño: el que sea "fácil y sencillo" no quiere decir que resulte fácil alcanzar buenos resultados. Vamos a ver...

Cualquiera que haya visitado un laboratorio comercial profesional y que conozca un poco acerca de la  química de los procesos en color, lo puede entender.
No sólo es que el proceso –por ejemplo el C-41 para negativo en color– requiera permanecer dentro de un margen de tolerancia de ± 0,3 ºC a 38 ºC, es que –además– el tiempo de revelado (primer baño) es del entorno de tan sólo 3 minutos 15 segundos... muy difícil de controlar.


© Valentín Sama

Pero existen además cosas menos visibles, como por ejemplo que pequeñas variaciones en el pH de las soluciones pueden llevar a dominantes cruzadas de color que harían muy problemático un copiado sobre papel en color según el proceso RA-4. No me extiendo sobre temas tales como el "developer seasoning", tasas de refuerzo, y muchos otros factores.


Bastidores de revelado en el laboratorio Interphoto © Valentín Sama

Panel de control de una procesadora "dip & dunk" en Interphoto © Valentín Sama

Por eso recomendaría el revelado en color sólo a nivel de "conocimiento", situación "de emergencia" (como ha sido mi caso), y sobre todo para experimentar con forzados, revelados cruzados, etc.,
No es menos cierto que, con la opción de escanear y tratamiento posterior, se pueden compensar muchas cosas, como por ejemplo saturar y de-saturar por colores, etc.

En mi caso particular, no sólo he tenido que utilizar el rollo de negativo en color caducado hace unos siete años (aunque conservado en torno a unos 6 ºC) anteriormente mencionado, sino que –además– el kit Tetenal para C-41 llevaba "abierto" cuatro años, si bien conservado con "Protectan" (un gas pesado, inerte). Así que, hice mis estimaciones, expuse entre IE 25/50, y revelé por 9 minutos a 30 ºC en lugar de los 3 minutos 15 segundos a 38 ºC preconizados.
Los negativos, una vez escaneados, requirieron ajustes mínimos en postproducción.


(1) Aunque el artículo se publica en fechas en las que se está haciendo el experimento de poder salir del confinamiento forzoso en determinadas franjas horarias, se ha elaborado con anterioridad. En todo caso, tampoco ahora parecería muy viable andar soltando "trallazos" por ahí con una Bronica S montada en un trípode, especialmente teniendo en cuenta que –por edad–  se me ha asignado la franja horaria de "dependientes"...
(2) Esta película "francesa", "Made in Germany" podría estar muy emparentada con las Agfapan 400...
(3) Este tipo de lente o grupo de lentes, varía su posición en el esquema óptico, a fin de optimizar el rendimiento a todas las distancias. Pueden ser de acción automática o manual.
(4) La letra que va detrás de la denominación principal de los Nikkor de esta época tiene un significado curioso: indica el número de lentes que configura su esquema óptico, según una mezcla de raíces romanas y griegas. Así por ejemplo: "P" (Penta, cinco), "Q" ( Quattuor, cuatro), "H" (Hex, seis), "S" (Septem, siete), etc. Esta nomenclatura se abandonó hacia 1974.
(5) Muchos de ellos contenían plomo, y fueron descartados décadas después, y unos pocos incorporaban Torio, radiactivo.
(6) Los mecanismos de diafragmas automáticos deben ser capaces de mover –con la máxima rapidez– las palas, para cerrar desde la plena apertura hasta la abertura de trabajo: un mayor número de palas supone un conflicto potencial mayor por cuestiones de fricción, etc. De ahí que en ópticas para telemetricas, con diafragmas manuales, podamos encontrar hasta 18 palas...
(7) Estas medidas o valores, no son comparables a las ofrecidas por otros medios, y siguen mis propios estándares aplicados desde hace aproximadamente cuatro décadas.
(8) Aunque no comulgo con ello, la norma era que "como esos negativos de mayor tamaño, se iban a ampliar menos"...
(9) En un objetivo de 75 mm se estima que la difracción puede aparecer para un valor de abertura de diafragma de f/16-22.

Comentarios

Juanjo Fotografo ha dicho que…
Estimado Valentín, muchísimas gracias por hacernos partícipes de tu dilatada experiencia y pasión sobre fotografía "clásica " o "analógica". Aunque personalmente no creo en tantos adjetivos y si más en una manera de mirar y de saber utilizar distintas herramientas como medio de expresión. Cuando leo tanto este como en otros artículos, de otros autores inclusive, algún tipo de resolución en cuanto a química aplicada a fotografía; siempre me asalta la misma duda: cual es el origen del agua con el que habitualmente realiza dichas disoluciones?. Quizás a cualquier profano en la materia pudiera parecer un tema sin importancia pero otros, que hayan tratado de desarrollar un proyecto analógico a largo plazo, donde se pone especialmente énfasis en la consistencia o repetibilidad de resultados; sabrá de la importancia de este detalle.
Agradecerle de nuevo su tiempo y atención. De alguna manera, nos hace a todos afortunados por haber compartido con usted un mismo tiempo en este tránsito por este mundo.
Me permito el lujo, discúlpeme mi atrevimiento, de mandarle un fuerte abrazo a pesar de los tiempos que corren...
Un cordial saludo.
Juanjo.
Valentín Sama ha dicho que…
Hola Juajo,
Para este tipo de prueba, todas las comparativas y el 98% de mis revelados, utilizo agua destilada. Me parece lo más lógico a fin de poder ofrecer resultados neutros. Ello, además, estimo es de suma importancia si –por ejemplo– vas a usar Rodinal a una dilución 1:300...
Si se trata de revelar un trozo de película en plan rápido, por ejemplo para comprobar si en una cámara el obturador hace "capping" o no, o si tiene filtraciones de luz, uso agua de grifo.
Usar agua destilada supone un gran problema: cada vez resulta más difícil encontrarla en las garrafas de cinco litros que necesito en las gasolineras, pues van cediendo el espacio a las garrafas de compuesto de urea que se emplean en los motores diésel modernos.
Por eso, incluso cuando paro a repostar en mitad de un viaje, echo un vistazo por si tuviesen garrafas en los lineales y compro una o dos. Debe ser raro, pues en ocasiones me preguntan por la finalidad para las mismas...
Muchas gracias por sus amables palabras y saludos cordiales
Valentín
YO ha dicho que…
Buenas Valentín.
Me llamo Luis y soy el "amable lector", citado en tu artículo. Supe de ti en 1993, leyendo la revista FV mientras hacia la mili como "abuelito" en Tremp, cuando pasé de las 60 guardias las dejé de contar, en aquellas noches tus artículos me ayudaban a llevar el confinamiento y el tedio y en este orden. En un Sonimagfoto tuve el gusto de departir contigo y con un problemilla de mi Topcon, me echastes una mano. Valentín tienes un gran cualidad: SIEMPRE ESTÁS.
Sobre el nikor 75 mm, Ivor Matanle ya hablaba maravillas y se confirma en tu prueba. Si hacemos el acto de volver a los años 70 que se ampliaba a 40x50 en las ligas de las asociaciones fotográficas, podíamos decir que era sensacional.
Por último, el motivo de perdirte la prueba fue que en su día en FV y posteriormente en Albedo Media hiciste el estudio de la Pentacon Six y la Topcon RE Super sin prueba de los objetivos. Y esta vez no quise quedarme con las ganas.
Un abrazo para ti y tus lectores.
Valentín Sama ha dicho que…
¡Hola Luis!

Me alegro de que FV te sirviese de apoyo durante esas guardias. Personalmente, dejé de contarlas al llegar a 120, y no cuento "cuarteles", rendiciones de armas, patrullas y "plantones". Curiosamente yo empleé ese tiempo en "hacerme" con la lctura de novelas en inglés, algo que luego me fue muy útil.

Buenos tiempos... los buenos años de Sonimagfoto: no recuerdo si entonces se llamaba así, creo que sólo "Sonimag", pero yo lo descubrí hacia 1963... imagínate.

Te confieso que no caí en consultar "Collecting and using Classic SLRs" de Ivor Matanle, libro que creo recordar editamos en español desde nuestra empresa Omnicon, S.A.
Lo he hecho ahora, y ha visto que el bueno de Ivor era ta certero como ameno.

Igoro si es conocido, que Ivor Matanle era tna apreciado que –a petición suya– particulares de toda Inglaterra le enviaban sus propios equipos a fin de que pudiera probarlos e incorporar las experiencias, tanto en sus libros como en su columna habitual en una popular revista impresa inglesa... Otros tiempos.

Cuando publico alguna prueba de cámaras clásicas, poner a prueba los objetivos supone una dificultad añadida y no sólo por el coste y el tiempo: no siempre los obturadores de las cámaras son fiables. Unas veces hacen "capping" a los tiempos más breves, otras son erráticas en los más largos... en fin.
Para algunos objetivos para el formato Barnack y menores, algún cuerpo digital viene ahora en mi auxilio.

Como siempre, gracias por seguirnos, tanto en FV, como en DSLRMagazine/Albedo Media y también este blog, que creo que va camino de ser uno de los medios online de fotografía más antiguo de nuestro País.

Y sobre todo, muchas gracias por tus siempre amables palabras.
Un abrazo
Valentín

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