Los objetivos apocromáticos –«APO»– no son nuevos, pero no es menos cierto que en los últimos dos meses se ha producido un «florecimiento» de estas ópticas que se supone son el summum de la calidad óptica fotográfica, al menos en lo que se refiere al grado de corrección de las aberraciones cromáticas. Los más recientes son el Leica APO Summicron-SL 28 mm f/2 ASPH. y el Voigtländer APO-Lanthar 35 mm f/2 ASPH. a los que ha seguido –hoy mismo– el Leica APO Summicron-M 35 mm f/2 ASPH. ya que que Leica no podía permitir que Voigtländer «le robase la tostada» en esa focal, luminosidad, corrección APO, y montura. Pero antes, vamos a dar un repaso muy sucinto y simplificado de lo que supone la corrección APO.
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© Leica |
Nota: este artículo no es un tratado de óptica pura. Me he permitido muchos atajos, «con permiso» de mi gran maestro de física, Profesor Burbano, que siempre daba segundas oportunidades.
La luz como forma de energía
La luz –que no se nos olvide– es una forma de energía electromagnética; el espectro visible para el ser humano «ocupa» un espacio ínfimo dentro de lo que es todo el espectro electromagnético: de los 400 a los 700 nanómetros (10-9 metros) de longitud de onda. Y la longitud de onda es una de las claves (unida a la frecuencia). Así, vemos que el espectro citado, se extiende desde los rayos cósmicos de longitud de onda extremadamente corta (10-15 metros) a las longitudes correspondientes a las ondas de radio que son de... ¡kilómetros!
Una de las «pequeñas» maravillas de la naturaleza es que esa diferencia de longitud de onda entre los 400 y los 700 nm nos genera –gracias a nuestro sistema visual– toda esa increíble gama de colores entre el violeta y el rojo oscuro... Pero recordemos: hablamos de energía, y así, longitudes de onda y frecuencias tales como –por ejemplo– las de los Rayos Gamma... nos producen daños mortales. ¡Energía!
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La retina humana es una suerte de sensor RGB + K/W. Los bastoncillos no discriminan color y favorecen la visión en bajos niveles de luz. Sony no «inventó» realmente nada nuevo... |
Objetivos y refracción
Si lo miramos bien, la mayor parte de las ópticas fotográficas, o si se prefiere «para imagen» (1) son sistemas convergentes que tienen como misión «crear miniaturas» de partes de nuestro entorno, a fin de poder proyectarlas sobre los dispositivos de registro, sean estos sensores digitales o material sensible fotoquímico. Para crear esas imágenes de tamaño de «sellos de Correos» parece que tendremos que domeñar los rayos de luz reflejados por el sujeto, cambiando su trayectoria y para eso haremos uso del fenómeno físico de la refracción, íntimamente ligado con... la energía.
Aunque el principio es muy sencillo, en su aplicación práctica suele traer aparejadas muchas complicaciones. Vamos primero con la parte «buena»: cuando un rayo de luz pasa de un medio a otro ópticamente más denso, si lo hace en ángulo a la superficie de este último, su trayectoria cambia, «acercándose a la perpendicular». Creo que pocas cosas son más evidentes del «frenazo» que sufre ese tren de ondas de energía al pasar a ese medio más denso. Por tanto... ¡ya podemos cambiar la dirección de los rayos de luz para crear las deseadas imágenes miniatura, y para eso tenemos el vidrio óptico: una sustancia transparente, pero de mayor densidad que el aire!
Pero tan pronto tenemos la solución, sufrimos problemas colaterales:
- Ya sabemos que la luz blanca visible, está compuesta por todas las distintas longitudes de onda comprendidas entre los 400 y los 700 nm (violeta a rojo oscuro)
- Cada longitud de onda o «color» tiene un nivel energético diferente
- Eso supone una distinta «dificultad de paso» al nuevo medio
- La consecuencia es que cada longitud de onda se refracta –cambia su dirección– en un grado ligeramente diferente.
- Por tanto: ¡nos aparecen las aberraciones cromáticas y donde antes teníamos un rayo de luz blanca, ahora tenemos una miríada de rayos de colores! Los entenderemos simplificados en las tres componentes rojo, verde y azul, o RGB
- Y no sólo eso: en el caso del ejemplo de una lente convergente simple tendremos planos de enfoque diferentes para cada componente cromática
- Y aquí, para mitigar esta catástrofe, entran –en el diseño y construcción de los objetivos– la química de la composición de los distintos vidrios ópticos: con refinadas fórmulas, conseguiremos no solo distintos índices (capacidades) de refracción, sino también distintos grados de dispersión cromática: baja dispersión, super-baja dispersión...
- Y uno de los inventos relativamente recientes y más grande: los «vidrios ópticos de dispersión anómala», Unos vidrios «AD» en los que la dispersión de color es mayor o menor para un color concreto...
- Los más utilizados son los «crown de fluorofosfato" (p.ej. Schott FK-51) para las regiones de longitudes de onda más cortas y los de Lantano para las más largas. (2)
Desde el punto de vista óptico, nos interesaría disponer de vidrios de alto índice de refracción, ya que podremos provocar cambios de dirección de la luz más pronunciados y por tanto objetivos más compactos... Pero como la Naturaleza es perversa, la regla –por otro lado lógica– es que esos altos índices suelen llevar a aparejada una mayor dispersión cromática...
El grado de dispersión cromática viene definida por «el número de Abbe» con la peculiaridad (ojo, ¡pregunta «de examen»!) de que cuanto más bajo es el número, mayor es la dispersión. Vamos a ver unos ejemplos:
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En el eje de ordenadas (vertical) figura el índice de refracción y en en el de abscisas el número de Abbe. Las claves de colores indican parte de los componentes de los vidrios. Aunque un poco antigua –ya casi no se utilizan vidrios con plomo– (amarillo), la tabla resulta muy gráfica. © Leica
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Otro gráfico diferente, en el que podemos leer distintas composiciones. Los vidrios primeramente utilizados en la construcción de objetivos fueron los "flint" y los "crown". Obsérvese –en ambos gráficos– la utilidad del Lantano (una «tierra rara») para alcanzar índices altos con menos dispersión que el flint denso, y similar a la del flint denso de bario (2). Creo que –llegados a este punto– sabéis de donde viene el nombre "Lanthar" que utiliza Voigtländer para algunos de sus objetivos... Podemos ver que –hoy en día– hay vidrios ópticos que superan el índice de 1,9. |
¡Y «con esos mimbres se tejen» las ópticas más avanzadas ahora! Por cierto: ¿por dónde íbamos? ¿Qué es un objetivo apocromático?
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En teoría, aparte de un desiderátum, algo muy «sencillo»: un objetivo en el que, por una combinación de lentes torneadas o moldeadas en vidrios ópticos de distintas características de índice de refracción y –sobre todo– de dispersión cromática, conseguimos enfocar las componentes RGB en un sólo punto y plano focal... © Creative Commons Atribution Egnador
En la práctica, alcanzar una auténtica corrección apocromática resulta muy difícil, aún con todos los recursos anteriormente mencionados. Puesto que a ello se suma que no existe una «norma» de homologación para el término «APO» cada firma puede «hacer de su capa un sayo» y utilizar el término con una cierta, digamos...«generosidad» en beneficio propio. Lo más habitual, es que ofrezcan una corrección total para dos de las bandas RGB y una gran aproximación para la tercera restante.
En el caso de un sensor digital, con su estructura de celdillas, las aberraciones cromáticas son mucho más perjudiciales que en el caso de una película fotográfica: puede ocurrir que sólo una parte del haz RGB incida sobre la superficie fotosensible... quizá la menos conveniente. © Olympus En el ámbito fotográfico, pocos han sido hasta la fecha los objetivos auténticamente apocromáticos, si bien se pueden citar los Leitz Apo-Telyt-R en varias focales así como un Carl Zeiss 250 mm f/5.6 para Hasselblad y otras cámaras de formato medio (6 x 6 cm). Lógicamente, no dispongo de datos suficientes para opinar sobre el grado de corrección apocromática de las ópticas referenciadas en este artículo, pero es seguro que entran dentro de lo que los anglos denominan «the very best you can buy». |
Las más recientes ópticas APO
La óptica de 35 mm Voigtländer y la de Leica de la misma focal –anunciada hace unos minutos oficialmente– competirán duramente al compartir parámetros de focal, luminosidad y montura, al tiempo que la AF Leica de 28 mm para la montura SL (Leica, Panasonic y Sigma) juega en otra liga, si bien resulta interesante comparar parámetros de una óptica AF frente a las manuales, cubriendo todas el mismo formato Barnack de 24 x 36 mm.
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Voigtländer |
Leica |
Leica |
Objetivo |
APO-Lanthar 35 mm f/2 ASPH. VM |
APO-Summicron-M 35 mm f/2 ASPH. |
APO-Summicron-SL 28 mm f/2 ASPH. |
Focal (nominal) |
35 mm |
35 mm |
28 mm |
Ángulo de toma (indicado) |
63,6º |
62,5º | 75,4º |
Apertura máxima/mínima |
2/16 |
2/16 |
2/22 |
Numero de palas |
12 |
11 |
NI |
Operación |
Manual, con clics |
Manual, con clics |
Desde la cámara |
Lentes/grupos |
11 /9 |
10/5 |
13 /10 |
Vidrios especiales |
5 DA |
6 DA 3 HR |
DA |
Lentes aesféricas |
Dos de doble cara |
1 doble cara; 2 de una cara |
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Lentes flotantes |
Sí |
Sí |
Sí |
Revestimientos |
Múltiples |
Múltiples |
Múltiples |
Dist. mín. de enfoque |
70/50 cm, MF |
70/30 cm, MF |
24 cm, AF y MF |
Diámetro |
55,6 mm |
53 mm |
73 mm |
Largo (hasta la montura) |
58,1 mm |
40,9 | 102 mm |
Diámetro de filtro |
49 mm |
39 mm |
67 mm |
Peso |
304 gramos |
320 gramos |
700 gramos |
Montura |
Leica M sin codificar |
Leica M codificada ópticamente |
Leica SL |
Precio (aprox.) |
1.100 € |
7.360 € |
4.600 € |
Años de producción |
En producción |
En producción |
En producción |
Voigtländer APO-Lanthar 35 mm f/2 ASPH. VM
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© Cosina / Voigtländer |
Este objetivo APO complementa el también bastante reciente Voigtländer APO-Lanthar 50 mm f/2 ASPH. VM
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En azul las dos lentes aesféricas de doble cara y en rosado las cinco lentes en vidrio óptico de dispersión anómala © Cosina / Voigtländer |
En cuanto al grado de corrección apocromática, la firma parece hacer gala de honestidad, pues nos indica que: ...«el diseño apocromático hace que la aberración cromática RGB axial, sea lo más próxima a cero posible»...
Algo no tan frecuente en Cosina/Voigtländer es la integración de un sistema de lentes flotantes para optimizar el rendimiento de infinito a la distancia mínima de enfoque (4). Además, ello hace que ese valor llegue a los 50 cm. Si bien es cierto que –por limitaciones del sistema telemétrico de las cámaras– el acoplamiento telemétrico es hasta 70 cm, no pocos están usando estas ópticas en bayoneta M mediante adaptador sobre cámaras mirrorless –incluyendo las Leica SL y L– y así, la distancia de 50 cm es plenamente operativa con ellas.
Por lo demás, la construcción es la tradicional de Voigtländer: metálica, grasa de primera calidad, helicoidales de precisión, acabados soberbios, y... precio asumible.
Respecto al diafragma, los mecanismos empleados por Voigtländer, a pesar del elevado número de palas no siempre eran plenamente circulares debido a la forma de estas. Para este APO-Lanthar 35 mm f/2 ASPH. sin embargo, se anuncia una forma de abertura circular para todos los valores de ajuste.
Esta óptica estará disponible en breve a un precio aproximado de unos asumibles 1.100 €.
Leica APO-Summicron-M 35 mm f/2 ASPH.
La más reciente creación de Leica en lo que se refiere a ópticas para el sistema M.
Con dimensiones muy reducidas –1,72 cm más corto que el Voigtländer, un tercio menos– esta nueva óptica demuestra su vocación de alta compatibilidad también con los sistemas «despejados» de la firma, tales como la serie SL, al ofrecer una distancia mínima de enfoque –DME– de hasta 30 cm, una vez abandonado el límite de acoplamiento por telémetro hasta los 70 cm. Naturalmente, también podría sacarse partido de esos muy interesantes 30 cm de DME con los sistemas Live View de las cámaras del sistema M que incorporan sensor CMOS, que son todos los actuales en producción. Igualmente puede controlarse a través de la aplicación Leica FOTOS.
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Obsérvese, a la derecha, cómo asoma la marca de 0,3 m de distancia mínima de enfoque © Leica |
El aro de enfoque recorre un gran arco de 300 grados, con la particularidad de que, al llegar a los 70 cm de acoplamiento telemétrico, un cierto punto de resistencia nos avisará de que vamos a entrar en el rango de los 70 a los 30 cm, ya sin acoplar.
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El objetivo a su máxima extensión de helicoidal, a la distancia mínima de enfoque –no acoplada telemétricamente– de 30 cm © Leica |
© Leica
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Obsérvese la precisión del esquema, que contempla la refracción que se produce inevitablemente también en el paquete de láminas de vidrio (filtros) del sensor © Leica |
La construcción es espectacular, y así, en un barrilete de tan sólo Ø 53 mm x 40,9 mm se comprimen 10 lentes en 5 grupos, siendo 6 de ellas en vidrio de dispersión anómala, 3 HR de alto índice de refracción, 3 aesféricas de una cara, y una aesférica de dos caras.
Como puede verse por el gráfico de la parte superior, además el grupo flotante posterior incluye por sí mismo 3 de las 4 superficies aesféricas...
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© Leica |
En cuanto a las curvas MTF, el rendimiento es igualmente espectacular ya a plena apertura, mejorando a f/2,8: se trata de un objetivo calculado para ser utilizado a f/2. Ese rendimiento en resolución y contraste se ve acompañado por una distorsión casi inexistente, de -1% en su punto máximo, a 15 mm de diagonal del formato, y cero en la esquina.
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© Leica |
Leica APO-Summicron SL 28 mm f/2 ASPH.
Un objetivo AF de 28 mm de focal destinado a las cámaras de la «Alianza L» en el que vemos las tecnologías que se pueden –o que es necesario– aplicar si además de la alta calidad de imagen que puede aportar la corrección APO, queremos gozar de rapidez de enfoque y distancia mínima del mismo muy favorable. Además, tenemos una ventaja a nuestro favor: pensado para un sistema «despejado» (mirrorless) para formato Barnack (24 x 36 mm) sus desarrolladores no se han sentido especialmente preocupados por factores tales como tamaño, peso... o precio.
Así, a «ojo de buen cubero», pesa y mide el doble que el Voigtländer APO-Lanthar 35 mm f/2 ASPH: y cuesta aproximadamente cuatro veces más... si bien aprox. un 35% menos que el Leica APO-Summicron-M 35 mm f/2 ASPH.
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© Leica |
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© Leica |
Para esta óptica, Leica ha priorizado el contraste de la imagen (lineas superiores), siendo más alto que el de otras ópticas de la serie SL.
Respecto al enfoque manual, desde la firma se presume de un sistema de anillos magnéticos –cuyo diseño teórico me recuerda al de los USM de anillo de los Canon EF– que ofrecería una respuesta muy positiva al ángulo de giro y velocidad del mismo por parte del usuario.
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© Leica |
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© Leica |
El sistema AF utiliza un ya bien probado sistema de desplazamiento linear por medio de dos motores de pasos, para equilibrar el par de torsión.
Un aspecto un tanto irónico que salta a la vista de los expertos al examinar de forma próxima los esquemas de lentes de la óptica de 35 mm Voigtländer y esta de 28 mm de Leica es la adopción para las mismas de los
postulados de telecentrismo que introdujo Olympus con su protocolo Micro Cuatro Tercios hace ya unos diez años. Una vez más, Olympus se adelantó a su tiempo...
«Ese es el camino»...
Leica reafirma su capacidad para crear objetivos mecánicos MF únicos
En lo que respecta al nuevo Leica APO-Summicron M 35 mm f/2 ASPH. queda claro que han dado «un golpe sobre la mesa» al crear –es cierto que «a precio Leica»– una óptica tan minúscula con unos parámetros de focal, luminosidad y corrección tales, los que se añade la versatilidad de su distancia mínima de enfoque.
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© Leica |
(1) Excluyendo las macro –desde 1:1– y las de proyección.
(2) Un problema adicional de los vidrios ópticos extremos es que pueden adolecer de una coloración muy intensa, por ejemplo amarilla. Eso los haría viables sólo para ópticas destinadas a cámaras digitales, en las que se encomendaría al firmware la corrección de color.
(3) En alguna ocasión, al volver hacia España desde el aeropuerto de Dresden, tras visitar fábricas de Carl Zeiss, detuvieron y registraron en mi presencia mi equipaje de bodega: las lentes de muestra que portaba, daban en Rayos-X una imagen tan densa que podían tratarse de pastillas de material radioactivo.
(4) Una lente o grupo de lentes, se desplaza ligeramente de posición mediante una leva conectada a la helicoidal de enfoque, a fin de optimizar el rendimiento a lo largo de toda la escala de distancias. En objetivos de pequeño tamaño, se trata de recursos muy difíciles y costosos de instalar.
Comentarios
Saludos y gracias por sus amables palabras
V
Tras muchas dudas, yo añadí un CV 50 Apo Lanthar a mi 50 summilux y estoy más que satisfecho con el rendimiento del primero y con su calidad de construcción, superior por ejemplo a la del magnífico 75mm Nokton 1.5.
Si un Ferrari nos viene grande, está muy bien saber cómo se desempeña un Mercedes.
Guiado por la buena opinión de él que me manifestó mi amigo Manolo Laguillo, adquirí recientemente el CV 50 APO Lanthar 50 mm f/2 y justo ahora estoy haciendo mis primeras tomas con el mismo.Las curvas MTF son muy alentadoras.
El «equivalente» de Leica que uso algunas veces para determinadas pruebas, se lo debo pedir prestado a otro buen amigo.
Podría pensar en hacer una comparativa, pero de momento tendrá que esperar.
Una sensación que me produce el Voigtländer de momento y que no me agrada mucho, es que le encuentro un «tiro» muy corto, esto es, muy poco giro de aro de enfoque para pasar de infinito a la distancia mínima de enfoque...
¿Cuál sería su opinión?
Saludos cordiales
Valentín
Ese tiro muy corto lo noto especialmente con el diafragma abierto a f2. Es muy fácil perder el foco porque la rosca me parece muy sensible. Dicho ello, otros objetivos tienen el mismo problema (CV 75mm Nokton, 90mm Summicron v2) y al final te habitúas.
Al Leica Summarit.M 75 mm f/2.5, un objetivo en mi opinión no justamente valorado, le pasa lo mismo y ya no me extraña.
Saludos
Valentín