Hay demasiados juicios a lo largo de la existencia. Cuando hacemos fotos sometemos a juicio nuestras propias imágenes mientras hacemos lo mismo con las obras de otros. Y del dictamen emitido dependerá que decidamos fotografiar esto o aquello y que nos influya tal o cual autor. © Fernando Puche Las personas a quienes enseñamos las fotografías que hacemos también emiten juicios sobre ellas. Y, en función del veredicto, percibimos nuestra obra de una manera u otra. Asimismo ese veredicto es fundamental para que seamos elegidos o rechazados. No es fácil navegar en este océano de opiniones. Todos somos jueces del trabajo de los demás. Por tanto: si pedimos rigor debemos ser rigurosos; si pedimos paciencia, entonces deberíamos ser pacientes; si pedimos comprensión, tendríamos que ser comprensivos; si preferimos críticas constructivas, ser capaces de elaborarlas para los demás. Es un viejo dicho que mi abuela me repitió muchas veces: trata a los demás como te gustaría ser tratado....
Un espacio de Valentín Sama, sobre Fotografía. Desde 2004