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Las Robot se van a la Guerra

El uno de septiembre de 1939, fuerzas de la Alemania Nazi invaden Polonia en un primer ensayo de la «Blitzkrieg», agresión que arrastraría a un sinfín de naciones a una guerra, la Segunda Guerra Mundial, que –hasta 1946– provocaría en torno a 60 millones de muertos entre civiles y militares. Las cámaras fotográficas jugaron un papel importante, en tareas de reconocimiento, adiestramiento, propaganda, información, y reportaje, en el que fue probablemente el primer conflicto armado altamente tecnificado, hasta el punto de culminar con el desarrollo de la energía nuclear como arma de destrucción masiva. En las fuerzas aéreas germanas –la «Luftwaffe»– las Robot demostraron su valía como aparatos robustos y fiables, además de altamente valiosos, merced a su motorización integrada.

© Valentín Sama

Las versiones militares de las Robot no destinadas a las fuerzas aéreas, se distinguen por lo general solo internamente, por la letra «F» que precede al número de serie. A diferencia de algunas versiones de las destinadas a la «Luftwaffe» la mayoría incorpora función de visor a 90 grados (arriba).

Nota: esta es una versión actualizada del artículo publicado en Albedo Media; pero, puesto que la serie, compuesta por cinco artículos, se perdió casi íntegramente al parecer en un accidente informático, se publica aquí de nuevo por petición popular.

Pero su eficacia era tal, que también las buscaron y usaron las fuerzas aéreas de países tales como Dinamarca, E.E.U.U., Noruega, Suecia y la propia Inglaterra, que las adquirían generalmente a través de un país «neutral», como Portugal. Y es que en tiempos de guerra «el negocio es el negocio» y no se hacen ascos a según qué operaciones de compraventa. En la propia Alemania, durante esta Segunda Guerra Mundial, no se podía favorecer a un solo grupo industrial, y así pronto se organizó el reparto del negocio de producción de aparatos fotográficos para las fuerzas armadas (Wehrmacht) y la decisión se tomó fundamentalmente –al menos en teoría– en base a las características más destacadas de los aparatos de cada marca: 

  • Leica: Ejército de Tierra (Heer) 
  • Robot: Fuerza Aérea (Luftwaffe) 
  • Exakta: Marina (Kriegsmarine) 

Una Kine Exakta Version 3 (1938-1943), dotada de un Carl Zeiss Jena Tessar 4 cm f/4,5; la focal más corta disponible en la época para una SLR de 35 mm © Valentín Sama


Primoroso grabado oculto en la parte inferior del Carl Zeiss Jena Tessar 4 cm f/4,5 de la Exakta de más arriba. Según los expertos la inscripción MF 642 hace referencia al número de contrato militar © Valentín Sama

Había una excepción curiosa, y era la de los submarinos de la Kriegsmarine. Hasta 1950, Angenieux no inventó y desarrolló los objetivos angulares retrofoco en su versión para cámaras de 35 mm, y así, para las Exakta lo más corto que se podía encontrar estaba en torno a los 40 mm. El que haya estado en el interior de un submarino de esa época –nosotros en el «US Pampanito»– sabrá que sus espacios interiores eran mucho más reducidos de lo que aparentan ser en las películas al uso… ergo con un 40 mm poco se podía hacer allí.

Por qué un objetivo angular no retrofoco es incompatible con el espejo basculante de una cámara réflex monocular. Aquí un Júpiter montado sobre una telemétrica Kiev © Valentín Sama

Por esa razón, en los submarinos germanos, excepcionalmente, la dotación –en su caso– era de Leicas, para las que se podían emplear focales de 35 mm y 28 mm. Por supuesto, la distribución no era totalmente cerrada y, por tanto, no era imposible–por ejemplo– encontrar alguna Robot en el ejército de tierra y en la marina, en cromo o en negro, pero siempre con la letra «F» delante del número de serie, como corresponde a todas las Robot para aplicaciones militares.

«Görings Auge», el Ojo de Göring

Pero el modelo de «cámara de guerra» germana por antonomasia fue una variación de la Robot II ya conocida por nuestros lectores, la «Robot Luftwaffen Eigentum» (LWE), o «Propiedad de las Fuerzas Aéreas», más conocida coloquialmente como «El Ojo de Göring». Os explicaré las razones. Al principio de la Segunda Guerra Mundial, al volver a base, unos aviadores germanos certifican haber hundido al buque inglés «Royal Eagle» tras haberlo bombardeado. 

En base a esa acción fueron adecuadamente distinguidos y condecorados. Pero… de forma parecida al «SS Patna» de Lord Jim (1), el Royal Eagle consiguió llegar renqueante a puerto y pronto –tras las reparaciones– volver a seguir operacional. Esto resultó bastante embarazoso, y a partir de ese incidente, el Mariscal de Campo Hermann Göring, Jefe de las fuerzas Aéreas y «As» de la aviación de la primera guerra mundial, decretó que las tripulaciones de los aviones debían de registrar fotográficamente los daños causados como consecuencia de sus misiones. (2) 

El HM Gloucester bajo ataque de los bombarderos en picado Stuka. Con los medios de la época, impactar contra un buque realizando maniobras evasivas… no era tan fácil. Tener que hacer fotos además… inquietante. 


Mariscal de Campo Hermann Göring. Una impresionante imagen oficial de dramática iluminación y composición. Creative Commons, Budeswehr Archive 

A raíz de esa necesidad se creó –en 1939– un modelo especial de cámara Robot, la Robot Luftwaffen Eigentum, de la que –entre 1939 y 1944– se produjeron aproximadamente 20.000 unidades, repartidas en seis versiones. Puede entenderse fácilmente por qué la cámara era conocida como «El Ojo de Göring». 

Una Robot Luftwaffe Eigentum. Puede apreciarse la dura vida llevada por esta rara superviviente © Valentín Sama

Las características generales eran:

  • Base: Robot II 
  • Motor: dos versiones, para 24 o 48 tomas (24 x 24 mm) 
  • Mando de armado: largo (lo más común) y corto; sin o con muescas para acoplamiento mecánico adicional 
  • Objetivos: montura de rosca Robot estándar de Ø 26 mm 
  • Chasis utilizados: T y N
  • Acabado: solo pintura negra
  • Visor: recto y de ángulo; con y sin visor, según modelos; visor sin óptica, «pinhole» en algunos modelos
  • Sincronización para : tipo «M», en algunos modelos
  • Tiempos de obturación: de 1/500 s a 1/2 s y «T» y de solamente 1/500 s, 1/250 s y 1/100 s en las versiones 5 (1942/43) y 6 (1944)
  • Peso (versión 5): 422,5 g; 494,5 g con chasis T y N; 695 g con ambos chasis y objetivo Schneider-Kreuznach Tele-Xenar 75 mm f/3,8
  • Número de serie: precedido por la letra «F»
  • Grabado: «Luftwaffen Eigentum» (LFE) en la parte superior del dorso (3) 

El grabado «Luftwaffen Eigentum» es clave para identificar una de estas cámaras, pero no suficiente, pues pueden darse falsificaciones... © Valentín Sama

Las cámaras Robot Luftwaffen Eigentum no son fáciles de encontrar y ello se debe fundamentalmente a que una gran parte resultó destruida en combate, junto con los desdichados soldados que la portaban en esa última fatídica misión. Curiosamente, son más fáciles de localizar en EEUU que en otros países y ello tiene su lógica: al finalizar la guerra y en los años de ocupación siguientes, soldados y funcionarios norteamericanos intercambiaron bienes de primera necesidad por toda clase parafernalia «nazi», para llevársela de recuerdo a casa, desde bayonetas a pistolas P08 Parabellum o «Luger», pasando por… cámaras Robot Luftwaffen Eigentum. Y allí, en EEUU fue donde adquirí –como complemento a las Robot de las que ya os he hablado en artículos anteriores– la unidad que ahora os muestro. 

Robot Luftwaffen Eigentum versión 5

La Robot Luftwaffen Eigentum Nº F 58817-6 corresponde a la versión 5 de 1942/1943… y se nota.Alemania perdía la guerra y los recursos estaban bajo mínimos. 

Así, este modelo no disponía de visor óptico y mucho menos de visor en ángulo: un pequeño orificio o «pinhole» permite centrar el ojo frente a la ventana abierta frontal. Sorprendentemente, la precisión de encuadre es muy alta, si colocamos el ojo de tal forma que siempre veamos esa ventana frontal completa. Un orificio en la parte superior, permite acoplar máscaras para distintas focales. 


El muy pequeño orificio …en conjunto con la ventana frontal, ofrece una precisión de ncuadre mayor de la que cabría esperar para un visor sin pieza óptica alguna… © Valentín Sama

La gama de tiempos de obturación era muy simplificada y para mayor claridad se fresaba lo no necesario © Valentín Sama


Para aliviar peso y ahorrar recursos, se eliminaban –toscamente– tanto el zócalo de sincronización para flash como la rosca para el trípode © Valentín Sama

En lo que corresponde a los tiempos de obturación, solo se dispone de 1/500 s, 1/250 s y 1/100 s… ¿para qué más a la hora de disparar desde un bombardero en picado en acción? Igualmente, los alveolos para la sincronización de flash y la rosca para trípode han sido toscamente tapados. El mando para el armado del motor a resorte es alto, de tipo «chimenea» y previsto para 48 tomas sin recargar el resorte, el máximo a sacar de un largo de película sobre el fotograma de 24 x 24 mm típico de las Robot civiles y militares. Tal como he comentado, la Robot Luftwaffen Eigentum emplea un chasis T como «emisor» de la película y uno N como receptor de la misma: no había rebobinado y al terminar la misión se extraían juntos cara al procesado de la película. 

El mando de armado del resorte para la motorización es de tipo «chimenea alta», con objeto de facilitar el manejo con los gruesos guantes empleados a la sazón en aviación en las aeronaves de guerra no calefactadas © Valentín Sama

© Valentín Sama

Robot Luftwaffen Eigentum F 58817-6

La unidad F 58817-6 funciona perfectamente en todas sus –limitadas– funciones, a pesar del estado calamitoso externo en el que se encuentra, incluso después de haber eliminado a mano el óxido que afectaba a las partes de acero no cubiertas debido al desgaste de la pintura negra. Es evidente que esta cámara había volado muchas misiones, lo que se aprecia por el fuerte pero bello desgaste de su cierre de latón, por el desgaste de la pintura negra y –finalmente– por el estado de los chasis T y N originales.
 

En el interior de la Robot Luftwaffen Eigentum y en los propios chasis para la película, también queda reflejada la tensión del combate © Valentín Sama

Pecando quizá de exceso de imaginación, pienso que el estado de los restos de pintura y del propio metal de los chasis, habla de sudorosas manos de aviadores de combate cargando y descargando bajo el shock del mismo los citados chasis. El objetivo con el que está dotada esta cámara es un Carl Zeiss Jena Tessar 3 3/4 cm f/2,8 (37,5 mm). Por su estado, podría haberse usado junto con la cámara, pero carece del grabado típico «Luftwaffen Eigentum» en la montura. A fin de facilitar el enfoque «al tacto», goza de «clics» para cada una de las distancias de enfoque marcadas. La óptica de preferencia para las Robot LFE –pero no la única– era el Tele-Xenar 75 mm f/3,8, en distintos acabados, en negro o cromados (2). 

Una Robot Luftwaffen Eigentum muy especial

No todas las Robot de esta clase eran de «chimenea alta», ya que sus características podían depender de las aplicaciones concretas previstas, y así, entre los números de serie 38000 y 60000 hubo muchas variaciones, la unidad que os muestro más abajo tiene la particularidad de haber sido la cámara personal de Otto Skorzeny, y de hallarse en la Colección José Luis Mur. La misión más famosa de este responsable de operaciones especiales del ejército nazi germano fue la «Unternehmen Eiche» (Misión roble), en la que –al frente de un comando– hizo un aterrizaje mediante planeadores en un terreno de orografía aparentemente imposible, y ello con objeto de rescatar –raptar según otros– a Benito Mussolini. Skorzeny, después de ser declarado inocente en el Juicio de Nüremberg, se vino a España en 1948, permaneciendo en ella hasta el año 1975 en el que falleció. 
La Robot militar personal de Otto Skorzeny –ahora en la Colección José Luis Mur– aparece aquí con el Carl Zeiss Jena Biotar 4 cm f/2 reglamentario © José Luis Mur 

¿Cómo acabó esta Robot en la colección de José Luis Mur? De la forma más sencilla, según he podido saber de primera mano. Otto Skorzeny regaló la cámara a Enrique de la Fuente (ya fallecido), de «Radio Cinema Jiménez», con el que –al parecer– le unía una amistad personal. Posteriormente, Enrique de la Fuente, regaló la cámara –junto con sus objetivos y la fotografía (tomada en España)– a José Luis Mur para su famosa colección. 

La mismísima Robot militar personal de Otto Skorzeny aparece aquí con el Schneider-Kreuznach Tele-Xenar 7,5 cm f/3,8 Luftwaffenn Eigentum reglamentario junto a una fotografía de Otto Skorzeny © José Luis Mur 


Junkers «Stuka», o Junkers JU 87 y JU 88 

El Stuka de «Sturz Kampf Bomber» o «caza-bombardero en picado», fue uno de los aviones en los que más se utilizaron las cámaras LFE (5). El ametrallador y radiotelegrafista, situado tras el piloto, era el encargado de realizar las tomas de registro, a mano, a través de los paneles de Plexiglas del cockpit, o, si las circunstancias lo permitían, abriendo un pequeño panel deslizante. En algunas unidades, se montaba una cámara Robot adicional en un compartimiento especial en el ala, apuntando hacia adelante. Esta cámara se podía utilizar bien para reconocimiento, bien para labores de entrenamiento, a fin de estudiar sistemas de puntería. Hay que tener en cuenta que los Stukas –con su ala en forma de «ala de gaviota invertida»– se caracterizaban por su especialidad como bombarderos en picado. 

Caza-bombarderos en picado Stuka lanzando sus bombas 

Dicho de otra forma: se lanzaban en picado contra sus blancos antes de liberar las bombas, siendo la principal una de 250 Kg bajo fuselaje, apuntando en la misma dirección de avance de la aeronave. A ello se suma el hecho de que el piloto podía activar unas sirenas –«Las Trompetas de Jericó»– que en esa maniobra de picado emitían un aullido característico que ayudaba a sembrar el terror en el objetivo.

Un sofisticado sistema permitía al piloto programar el ángulo de picado en 60, 75 u 80 grados, así como activar un sistema automático de salida del picado, por si se despistaba, perdía la conciencia o resultaba herido. Con una perversa tendencia a capotar, no solo al aterrizar sino también incluso al despegar, y bastante expuestos a los ataques de los cazas enemigos, los Stuka eran –a pesar de ello– una formidable bestia de batalla, sobre todo en operaciones anticarro. Por ello se mantuvieron en activo hasta el último día de la guerra. 

Stukas de la Legión Cóndor volando sobre el cielo español apoyando al ejército de Franco. Por la perspectiva, la toma está realizada probablemente con el Schneider-Kreuznach Xenar 75 mm f/3,8 de rigor 

Como es bien sabido, la Alemania Nazi ensayó estas armas de guerra–incluyendo los bombarderos Heinkel– en España, sobre distintos objetivos, apoyando al ejército de Franco en la guerra civil española (6), y ello mediante la llamada «Legión Cóndor». La experiencia adquirida les permitió disfrutar de supremacía aérea en los primeros años de la Segunda Guerra Mundial. Solo las cámaras Robot demostraron ser lo sufieientemente duras como para resistir las tremendas vibraciones debidas a ir montadas en el ala junto a una de las ametralladoras frontales, las derivadas del motor de 12 cilindros y 1.200 caballos, las fuerzas G de salir del picado a 550 Km/h, así como las diferencias extremas de temperatura. 

En el círculo rojo, puede verse la ventana tras la que va montada una de las cámaras Robot Luftwaffen Eigentum © Bundesarchive 

Una vez remontado el resorte para las 48 tomas, se preajustaban tanto exposición como distancia y se disparaban por un sistema electromagnético. Por su parte, el artillero ametrallador y telegrafista que doblaba como fotógrafo, tenía más opciones de encuadre y ajustes con su cámara de mano, si es que le daba tiempo a realizar su tarea antes de ser derribados por –por ejemplo– su enemigo natural: los Spitfire de la RAF, si hablamos de «La Batalla de Inglaterra». 

Portada del 3 de febrero de 1942 de la revista oficial «El Águila», en la que se refleja el esfuerzo de los servidores de un Stuka al cargar la bomba principal a -30 Cº en el frente ruso. Es el año al que corresponde aproximadamente la unidad de Robot Luftwaffen Eigentum que os muestro en el artículo 

Otras fuerzas aéreas adoptan las Robot 

Tal como he comentado más arriba pronto ejércitos de otras naciones –como por ejemplo Suecia– se decantaron por las fiables cámaras Robot. Entre esas fuerzas europeas, las danesas emplearon cámaras Robot II y Robot IIa y posteriormente – desde 1958– las Robot Star II Vollautomat lacadas en negro. A las fuerzas «FKF» danesas corresponde el interesante equipamiento del que os hablo a continuación. 

El equipo viene contenido en una caja de respeto en madera barnizada de 25 x 18,5 x 14,5 cm (largo, ancho, alto) que pesa 5.145 g. Dotada de una robusta asa negra metálica en la parte superior, en el frontal, parte posterior y parte superior a bien claro en danés: «FORSIGTIG – KAMERA», algo así como «Cuidado – Cámara» o si se prefiere, «Tratar con cuidado – Cámara». Si la abrimos…encontraremos algo que – puedo certificar– produce los más guturales gruñidos japoneses de admiración y placer en aquellos ingenieros japoneses que han tenido ocasión de examinar su contenido conmigo. 

En esta caja, de poco más de un palmo el lado más largo, y que pesa algo más de 5 Kg, – «Precaución – Cámara» © Valentín Sama 

Nos encontramos ante la «Kontrolsigtekamera M/58» (7) de las fuerzas aéreas danesas –al parecer se fabricaron tan solo 100– y todo el contenido de la caja y su distribución está orientado a que personal militar entrenado –pero no necesariamente fotógrafos– pudiesen hacer uso y mantenimiento de esta cámara para «Control de Miras», destinada a ser montada y desmontada rápidamente en algún punto de la estructura de una aeronave militar de combate, entrenamiento y observación. De hecho, la Robot Star II Vollautomat que es el punto central del equipo es del tipo «ciego», esto es: no lleva visor. 

Una vez abierta, la caja nos deja entrever parte de los secretos de su «delicado» contenido… © Valentín Sama

Perfectamente distribuidos, en alveolos acolchados con o allí donde las características de cada pieza lo aconsejan, los servidores de la Kontrolsigtekamera M/58 encontraban los siguientes elementos:

  • Un cuerpo de cámara Robot Star II Vollautomat «ciego», lacado en negro, con motor de resorte para 48 tomas
  • Un objetivo Schneider-Kreuznach 75 mm f/3,8, cromado
  • Cuatro chasis portapelícula modelo «TR»
  • Cuatro chasis receptores para película modelo «NR»
  • Una lupa «de verificación» Schneider-Kreuznach 8x
  • Un soporte para la cámara, con sistema de acoplamiento rápido y sistema electromecánico para el disparo de la cámara a distancia
  • Un soporte intermediario entre el sistema de acoplamiento rápido del soporte para la cámara y la fijación solidaria de la aeronave
  • Una llave a plana de 14 de «STAHLWILLE»
  • Una tapa frontal para el objetivo 

Un sitio para cada cosa, y cada cosa en su sitio.: caja de la cámara Robot Vollautomat Star II de las fuerzas aéreas danesas, mostrando su contenido y «plano» de localización en la misma © Valentín Sama

Todo ocupa un lugar e incluso en algunas piezas una posición precisa, y si no lo acoplamos correctamente todo… no podremos cerrar bien la tapa de la caja. 

La Robot Vollautomat Star II de las FKF era «ciega», sin visor. Obsérvese la bayoneta del objetivo. Solo las versiones militares de las Vollautomat Star II son lacadas en negro © Valentín Sama


© Valentín Sama

Tanto la cámara, como el objetivo llevan un grabado en alta calidad, con la corona y las letras FKF correspondientes a la fuerza aérea danesa. Además de la montura para objetivos clásica de las Robot en rosca de Ø 26 mm, lleva –alrededor de ella– una más amplia, de bayoneta, que permite acoplar / desacoplar rápidamente la cámara del soporte hacia la aeronave.

Esta montura de bayoneta era de serie en aquellas cámaras Robot para aplicaciones científicas y militares. Por su parte, la mecánica es Robot clásica: motor a resorte para 48 tomas 24 x 24 mm sobre película estándar de 35 mm, y obturador circular con tiempos de exposición para 1/500 s, 1/250 s, 1/125 s, 1/60 s, 1/30 s, 1/15 s, 1/8 s, 1/2 s y B. No hay sincronización para flash. 

El vidrio tallado, en el plano focal, reproduce las miras del sistema de disparo, a fin de poder registrar los resultados de puntería –incruentos– en sesiones de entrenamiento © Valentín Sama 

Si abrimos la cámara pronto sabremos la razón por la que es una «Kontrolsigtekamera»: en el plano de la película lleva incorporada una placa de vidrio óptico con un fino grabado de cuatro círculos concéntricos y una cruz central. Lógicamente, en cada fotograma aparecía superpuesta esa retícula que serviría de control para la correspondencia entre lo registrado y el posible «target» o blanco apuntado por el piloto o el ametrallador en misiones de entrenamiento. Normalmente este tipo de cámara iba acoplando eléctricamente al dispositivo de disparo en misiones de entrenamiento y permitía controlar –de forma relativamente económica y sobre todo incruenta– el número de aciertos en una misión de entrenamiento de combate, bien aire-aire, bien aire-tierra. Otros vidrios de retículo disponibles por parte de Robot era una retícula de 9 x 9 así como una simple cruz cubriendo el fotograma.

La Robot de las FKF montada en su conjunto de soporte y disparo… ¡solo nos falta el avión! © Valentín Sama

En esta Kontrolsigtekamera el contacto se establece a través de un conector a rosca de tres «pines» además de «masa» y el sistema eléctrico de 6 voltios actúa sobre un electroimán. Este, acciona un «dedo» mecánico, que pulsa el disparador de la cámara. Ni que decir tiene que todo es de «grado militar»: robusto y sobredimensionado «hasta decir ¡basta!» 

Otras Robot

En estos artículos sobre las Robot, no incluyo las destinadas al ejército sueco, ni tampoco los innumerables modelos especiales desarrollados para la ciencia, la temible STASI o los sistemas TRAFIPAX con los que «pilló» a más de uno la Guardia Civl de Tráfio antes de «pasarse a digital». Tampoco puedo cubrir –por cuestión de extensión– todo lo relacionado con las imponentes Robot Royal –para 24 x 24 mm y 24 x 36 mm con montura de bayoneta– probablemente las telemétricas para película de 35 mm mejor construidas de la historia. Pero creo que sí podré, en un futuro artículo, hablaros algo más de los objetivos de montura de rosca de Ø 26 mm destinados a todas estas Robot I, Robot II, Robot IIa, Robot Star 1 y Robot militares de las que hemos estado hablando.
En esta misma serie:

Por razones técnicas los eventuales comentarios no deben exceder en extensión las 500/600 palabras. Todos los comentarios están sujetos a moderación.

(1) Una novela de Joseph Conrad, y un filme homónimo de 1965, protagonizado por Peter O’Toole. 
(2) Al parecer los aviadores obraron de buena fe y nadie dudó de ella. No es menos cierto que a todos los aviadores, en el resto de las misiones, no les debió de hacer mucha gracia tener que «entretenerse» haciendo fotos arriesgándose a ser derribados por fuego enemigo. 
(3) Más de una Robot LFE tiene ese grabado raspado: podría ser «malo para la salud» –tras la derrota nazi– ser encontrado con una de esas cámaras en las manos, ya que lo que se deseaba en ese momento es superar con éxito el proceso de «desnazificación». 
(4) También el Carl Zeiss Jena Biotar 40 mm f/2. 
(5) También se utilizaron profusamente en los Focke Wulf Fw 190 (A-2 bis, A-5, A-4) así como en los Arado, Blohm & Voss, Bucker, Dornier, Fieseler, Gotha, Heinkel, Henschell, Messerschmitt y Siebel. 
(6) Castellón, Guernica, etc.
(7) Algo así como «Cámara de control de miras de puntería».

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