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La Robot II –en primer plano– es una cámara más evolucionada respecto a la Robot I, pero pierde parte del aspecto de «miniatura mecánica» respecto a la Robot I. Además de en negro, estuvo disponible en cromado, en versiones civiles o militares. Esta unidad en concreto, es de carácter militar, tal como desvelan los datos de su numeración en el interior. © Valentín Sama
Nota: esta es una versión actualizada del artículo publicado previamente en Albedo Media; pero, puesto que la serie, compuesta por cinco artículos, se perdió casi íntegramente al parecer en un accidente informático, se publica aquí de nuevo por petición popular.
Diferencias visibles respecto a la Robot I
Obturación mejorada y arrastre más potente
Otros detalles
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La cámara negra es una Robot II y la cromada una Robot IIa: ¿puedes ver las diferencias? © Valentín Sama |
Nuevos objetivos
La Robot IIa y los chasis Robot para películaEntre la Robot II y la Robot Star 1 que se citan en el título, encontramos –en lógica evolución– la Robot IIa, y relacionado con ella, abordo finalmente el espinoso tema de los chasis Robot para la película de 35 mm, sin los cuales las Robot no es que no puedan funcionar correctamente, es que no pueden funcionar… en absoluto. Y el problema adicional es que nos enfrentaremos a los modelos K, T, TR, N, NR y «especiales». Ofrezco una tabla no exhaustiva de modelos de cámaras y chasis compatibles / necesarios:
- Robot I: Modelo K emisor / Modelo K gemelo, receptor
- Robot II: Modelo T emisor / Modelo N receptor
- Robot IIa: Modelo T con soporte o chasis normalizado 135 / Modelo N receptor
- Robot Junior: Modelo TR o chasis normalizado 135 / Modelo N receptor
- Robot Star 1: Chasis normalizado 135 / Modelo N receptor
- Robot Star II Vollautomat: Modelo TR o chasis normalizado 135 / Modelo NR receptor
Siempre citando como «emisor» el que contiene la película virgen y como «receptor» el que alberga los fotogramas conforme se van exponiendo.
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Un surtido de diversos tipos de chasis Robot. Un cierto fastidio, pues sin al menos uno de ellos –en ocasiones dos– la Robot no puede funcionar. © Valentín Sama |
Ya veis, y no cito quince modelos posteriores que no hacen al caso de este artículo… una cierta «ensalada» de chasis. Todo viene del hecho de que cuando se concibió la primera Robot, todavía no existían los chasis precargados de película de 35 mm –formato 135 de Kodak– y las cámaras, tanto Robot, como Leica o como Contax debían utilizar chasis propietarios para la película. Por cuestiones de su motorización a resorte, Robot continuó con chasis receptores para película en lugar de las bobinas receptoras «al aire» de otras marcas, si bien «se abrió» al uso del chasis 135 a la hora de alimentar de película sus cámaras. Pero… ¡ojo!: ello no significa que hubiese –al menos de inmediato– ¡forma de rebobinar la película! Vayamos paso a paso.
Todo ello es un supuesto más teórico que práctico, ya que con 50 tomas 24 x 24 mm por rollo 135-36 en aquellas épocas no era corriente «tirar un rollo tras otro». Dentro de la posible incomodidad que todo esto pueda suponer, recordemos que existe una ventaja: si se abre la cámara a mitad de rollo, los fotogramas expuestos están protegidos frente a la veladura dentro del chasis K, N o NR. De hecho, en los manuales de instrucciones de las Robot se cita que podemos exponer tan solo parte de un rollo y pasar a revelar lo ya expuesto, sin necesidad de abrir la cámara en cuarto oscuro. En caso de duda, las Robot IIa se distinguen por llevar la letra «C» delante del número de serie.
Con la Robot IIa se incorporan al elenco de las ópticas ya disponibles, los Schneider-Keuznach Radionar 37 mm f/3,5; Schneider-Keuznach Xenagon 30 mm f/3,5; Schneider-Keuznach Xenar 38 mm f/2,8 y Schneider-Keuznach Radionar 38 mm f/3,5 (4).
Llega la Robot Star 1
Las Robot Star 1 son fácilmente reconocibles por el bonito emblema esmaltado de la parte frontal en el que reza: ROBOT STAR, junto con dos estrellas (5). Las Robot Star 1 estaban disponibles en versiones con resorte para 24 o 48 exposiciones, así como sin y con anclajes para correa de transporte, conservando las características generales – visor de ángulo, obturador, zapata portaaccesorios, sincronización para flash, etc.– de la Robot IIa. Si le sumamos que el objetivo de serie de una Robot Star 1 es un Schneider Kreuznach Xenon 40 mm f/1,9 creo que entenderéis, finalmente, por qué una Robot Star 1 –la que aparece en las ilustraciones– es «mi Robot de uso» de entre todas las Robot.
El manejo de una Robot Star 1
Carga y rebobinado
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En la Robot Star 1 podemos distinguir, a la izquierda, el dispositivo para el rebobinado de la película. Además de esa mejora, algunas versiones llevaban anclaje para correa © Valentín Sama |
Supongo que habréis «dado cuerda» a la Robot –siempre con cuidado de no «saltar» la misma, estamos hablando de un acero con más de medio siglo encima– y así, tras aseguraros de que las perforaciones de la película coinciden con la rueda dentada de arrastre –única, de la parte superior– disparamos un par de fotogramas, a fin de comprobar que el arrastre funciona, y cerramos la cámara. Aunque no lo podemos ver, en ese momento ocurre algo muy importante: un tetón presente en el dorso de la cámara provoca la apertura de los labios del chasis «N», haciendo que la película corra libremente, con menor fricción y riesgo de arañazos. Acto seguido, pondremos a cero el contador de fotos, algo más importante de lo que parece, pues aconsejo parar de tomar fotos al llegar al fotograma 50 o un poco antes –rollo 135-36– para evitar tirones y rotura de perforaciones de la película finalmente, pues recordemos que estas cámaras no disponen de embrague alguno.
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© Valentín Sama |
Bien…y si no hay embrague, ¿cómo haremos para rebobinar, en esta Robot Star 1 que sí permite esa maniobra? ¡Ah, el ingenio mecánico de Heinz Kilfitt! En puridad, para observar el funcionamiento del «invento» hay que hacerlo con la cámara abierta– sin película– y observaremos que cuando pasamos la pequeña palanca de la parte superior a la posición «R» (Rewind, Rücklauf, Rebobinar), no se activa ningún embrague en la rueda dentada de avance –solución fuente de averías que Kilfitt odiaba– sino que se levanta astutamente un pieza de metal curvada que cubre los dientes de la rueda de arrastre. Con este «bypass» –tan rudimentario como ingenioso– la película, en su retorno hacia el chasis estándar 135 «salta» por encima de esas púas y puede ir hacia atrás. Sin embrague. ¡No debemos olvidar –por esa misma razón– levantar hacia arriba y bloquear en esa posición el botón de la bobina de arrastre de la película, en el extremo superior derecho!
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Esa palanca permite rebobinar… sí. Pero no es nada amable con los pulpejos de nuestros dedos… © Valentín Sama |
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Descripción de partes –en alemán– de una Robot Star 1 © Robot-Berning Co. |
¿Pensabais que era fácil? Pues… no sabéis bien la tortura que os espera para accionar la palanca de rebobinado. Lo primero es tirar hacia arriba de ella «hincando» nuestra pobre uña en la ranura de dicha palanca, hasta que se hagan visibles en el eje de la palanca unos puntos rojos, señal de que el engranaje correspondiente –ver corte esquemático, puntos Nº 20 y Nº 29– ha entrado en posición. Ahora, ya podemos rebobinar, mientras las puntas de esa palanca atormentan nuestros pulpejos y pugnamos para que el instrumento de nuestros pesares no vuelva hacia abajo, desengranándose… Vamos, que está bien disponer de rebobinado, pero que… ¡casi es mejor disponer de varios chasis «N» y llevarnos allí la película para su revelado. En todo caso, representa una ventaja poder usar chasis normalizados 135 cargados con película de fábrica.
Enfoque, visor y –finalmente– disparo
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Ojo a...¡los ojitos del robot! © Valentín Sama |
Los valores de abertura f/1,9; f/4 y f/8 van pintados en los colores rojo, amarillo y verde respectivamente. Por su parte, en la escala de distancias de enfoque tenemos marcadas en esos colores, valores de 20 m, 10 m y 5 m, respectivamente… que no son sino las hiperfocales para f/1,9; f/4 y f/8. Si ajustamos el objetivo a cualquiera de ellas, sendas parejas de puntos en color rojo, amarillo o verde nos indicarán sobre la escala de distancias de enfoque, «de dónde a dónde» tendremos profundidad de campo, desde 2,5 m a infinito a f/8, o de 5 m a infinito para f/4, por ejemplo. Un invento… genial.
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Podemos hacer uso del visor de la Robot Star 1 de forma convencional... o podemos hacerlo en ángulo recto © Valentín Sama |
El visor, por su parte, carece de marcos luminosos y sólo muestra el campo para la focal de, bien 40 mm, bien 30 mm según modelos y –para otros objetivos– usaremos máscaras o visores accesorios. Lo que ha llegado, por fin, es el momento de disparar. Una vez que lo hagáis, quedaréis «enganchados» para siempre con las Robot, al escuchar el chirriante aullido del sistema de resorte y engranajes que se activa cada vez que levantáis el dedo del disparador. En mi entrega anterior de esta saga de las Robot os hablé de cómo el carácter robusto y motorizado de las Robot II hizo que tuviesen un gran protagonismo en la Segunda Guerra Mundial, como pudimos verlo en nuestra entrega anterior: «Las Robot se van a la Guerra». (abajo)
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