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Voigtländer APO-Skopar 90 mm f/2.8: sobre vidrios y perros pastores

Voigtländer presenta su nueva óptica APO-Skopar 90 mm f/2.8 VM en montura Leica-M, siguiendo lo que estimo es una interesante fórmula óptica, más allá –que no es poco– de su corrección apocromática: en un esquema 7/7, esto es, sin ninguna lente cementada (1), casi tres cuartas partes de sus elementos son en vidrio óptico «AD» de dispersión anómala parcial. Prescindir de las costosas lentes aesféricas (2), y basar la corrección en un extraordinariamente generoso uso de esos vidrios especiales, me parece transgresor, interesante.

El nuevo objetivo estará disponible en acabados negro y plata © Voigtländer

¿Qué es la dispersión cromática anómala?

Como ya sabemos, para tormento de los diseñadores de ópticas, la luz blanca, al pasar a través de una lente (3), sufre una dispersión de las distintas longitudes de onda que la componen. Y, para los usuarios, «longitud de onda» es sinónimo de «color». Esa dispersión cromática es lo que causa las aberraciones cromáticas, que son más críticas en los sistemas digitales que en los fotoquímicos, por la propia naturaleza del soporte. Podemos ver una ilustración más abajo, partiendo de que una lente no es sino una evolución «curvilínea» de un prisma.


Light dispersion conceptual waves
Creative Commons (Vieira)

Esos rayos de luz dispersos, según longitud de onda o colores, son «las ovejas rebeldes descarriadas» que el «pastor», esto es la persona responsable del diseño óptico, tiene que conseguir introducir en el «redil» de la máxima corrección posible de esa dispersión.
Para ello, introducirá lentes de distintas curvaturas y composiciones de vidrio, tal como se aprecia en el triplete de más abajo.


Corrección de dispersión cromática merced al uso de varias lentes © Creative Commons

Para ello, dispone de catálogos de clases de vidrio, cada una con sus ventajas e inconvenientes: una muy deseable baja dispersión en lo posible, pero también, quizá, alto precio, coloración, fragilidad en el tallado, sensibilidad a la humedad, coeficiente de dilatación indeseado, poca compatibilidad con el cementado... ¡Ay!


El numero de Abbe nos indica el grado de dispersión cromática, pero –¡ojo!– cuanto más bajo es el valor, ¡más alta es la dispersión!

Hace ya unos años, aparecieron los primeros vidrios ópticos llamados "de dispersión [cromática] anómala parcial" o de tipo «AD».
Aunque lo de «anómalo» pueda parecer tener connotaciones negativas, en el diseño óptico puede resultar ser una gran solución. Veamos.

© Tamron

Si observamos el gráfico de más arriba, en primera instancia podemos pensar que no hay gran diferencia entre un espectro de dispersión y otro [Regular optical glass vs AD Glass], pero si nos fijamos bien, en el de abajo hay dos aspectos diferenciadores. Por un lado, en el AD estamos ante un vidrio de baja dispersión, ya que ésta, aunque presente, es de menos amplitud que la del vidrio «estándar» o «regular».

Y por otro lado... para el amarillo y regiones ligeramente próximas, la dispersión es mayor que para el resto de las longitudes de onda o colores: estamos ante un vidrio AD con dispersión anómala parcial, para el amarillo. Y claro, los hay con dispersión anómala para cada una de las longitudes de onda o colores.
Así, de repente, el diseñador de la óptica o «pastor» se encuentra con «perros pastores» ¡especializados en cada una de las ovejas díscolas en particular! Una joya de auxiliar, vamos...

Ahora, cuando –a lo largo de una operación de cálculo– nos encontremos con una razonable corrección de dispersión de color para algunos colores, pero quizá uno en particular se nos «desmadre» un poco, le «llamaremos al orden» incorporando una lente con dispersión anómala de un complementario... y así sucesivamente. Y eso es lo que han hecho los diseñadores de Cosina para el Voigtländer APO-Skopar 90 mm f/2.8 ahora recién anunciado... y además, ¡a fondo! Con 5 de sus 7 lentes.

© Cosina/Voigtländer

 Voigtländer APO-Skopar 90 mm f/2.8 VM: otros datos


Cosina/Voigtländer

Objetivo APO-Skopar 90 mm f/2.8 VM 

Focal 90 mm

Ángulo de toma 27,4º

Apertura máxima/mínima 2.8/22

Numero de palas 10; abertura redondeada (f/2.8; f/4 y f/22)

Operación Manual, con clics

Lentes/grupos 7 /5

Vidrios especiales Vidrios de dispersión parcial anómala

Lentes aesféricas No

Lentes flotantes No

Revestimientos Múltiples

Dist. mín. de enfoque 90 cm con acoplamiento telemétrico

Enfoque Sólo manual

Diámetro 53 mm

Largo (hasta la montura) 60 mm

Diámetro de filtro 39 mm

Barrilete Metálico

Sellado No

Peso 250 gramos

Montura Leica M sin codificar

Parasol Suministrado; reversible para transporte

Precio (aprox.) Aprox. 850 € (por determinar en España, en este momento)

Años de producción En producción (octubre 2021)



Los responsables del diseño, presumen, no sólo de la calidad de imagen con corrección apocromática, sino también, por no decir especialmente, de lo contenido de sus dimensiones –largo y diámetro– además de su peso de tan sólo 250 gramos a pesar de la construcción metálica del barrilete.
Lo ajustado de las dimensiones resulta muy importante en las telemétricas a las que va destinada la óptica, a fin de que el barrilete interfiera lo menos posible con la imagen del visor. Al parecer –todavía no lo he probado– en este caso no interferiría en absoluto con el marco luminoso de las Leica-M, más reducido para la focal de 90 mm.

Como referencia, la óptica de Voigtländer es 1,6 cm más corta que el Leica Elmarit-M 90 mm f/2.8 y 7 mm más que el Leica Summarit-M 90 mm f/2.8, con el dato adicional de ninguno de esos dos ofrece corrección apocromática. Un último guiño a los usuarios de Leica, es la rosca para filtro de Ø 39 mm, compatible con la de –entre otros– el mítico Leica Summicron-M 50 mm f/2.

Como ya es tradicional en las ópticas de Voigtländer, las helicoidales para el enfoque son de alta precisión, y acompañadas de grasas de alta calidad, aseguran no sólo un tacto muy agradable –con el par de torsión justo– sino una alta durabilidad del mismo.
Naturalmente, estos objetivos, con cobertura para el formato Barnack, se pueden utilizar –mediante adaptador– sobre la mayoría de las cámaras «despejadas», incluyendo las Sony de las series A7 y A9, y también, naturalmente, sobre las Leica SL.

© Cosina/Voigtländer

De forma simultánea se ha presentado una versión de estética «vintage» para Nikon F (4), el Voigtländer APO-Skopar 90 mm f/2.8 SL II S. Con un diseño óptico idéntico, obedece a unas dimensiones de Ø 66,3 x 41 mm, más corto que la versión para Leica-M, debido a la distancia de registro mucho mayor, con un peso apenas mayor en 10 gramos. La rosca para filtros es de Ø 52 mm.

© Cosina/Voigtländer

Disponible en acabados de frontal negro o cromado, a la izquierda aparece con «anillo parasol» opcional.

1) Esto resulta interesante: simplifica producción y montaje. No obstante, respecto a esto último, la mínima separación entre la primera lente y la segunda sí que parece bastante crítica, y exigirá un montaje de alta precisión...
2) Los vidrios especiales AD no son, tampoco, precisamente baratos
3) Recordemos una vez más: no es lo mismo una «lente» que un «objetivo»
4) Dotado de CPU

Comentarios

Rey Sotolongo ha dicho que…
Maravilloso artículo, como siempre. Muchas gracias.
JCS ha dicho que…
Excelente artículo, con evidente carácter pedagógico y "curiosa reinterpretación estética de un clásico de Pink Floyd".
Un saludo.

JCS
Valentín Sama ha dicho que…
Gracias, Rey Sotolongo, por las amables palabras. Otro tanto digo al habitual JCS, para el que añado... ¡qué buena la observación acerca de Pink Floyd (The Dark Side of the Moon)!
Saludos cordiales a todos mis queridos lectores.
V
elrectanguloenlamano ha dicho que…
Coincido plenamente en que es un objetivo interesantísimo, que lleva la impronta de Hirofumi Kobayashi, Presidente de Cosina Voigtländer, auténtico entusiasta de las ópticas fotográficas y gran impulsor de estos maravillosos objetivos de enfoque manual y construcción enteramente metálica que consiguen soberbios resultados y una estética de imagen especial.

Este Voigtländer Apo-Skopar 90 mm f/2.8 VM es también en mi opinión muy relevante, porque parece que Cosina Voigtländer se ha esforzado al máximo por conseguir un objetivo de 90 mm f/2.8 de referencia, verdaderamente apocromático, con muy interesante relación calidad / precio y ausencia de elementos con superficies asféricas con carísimos vidrios ópticos exóticos que habrían disparado notablemente el precio, además de incrementar significativamente el peso.

Existe todavía una tendencia extendida a pensar que los objetivos con elementos asféricos son per se mejores que los objetivos que carecen de ellos, lo cual no siempre es cierto en absoluto.

Porque por así decirlo, hay asféricos y asféricos, con enormes diferencias cualitativas entre ellos y de calidad de imagen obtenida, desde los construidos con plásticos baratos de baja calidad, los elementos ópticos híbridos constituidos por plástico especial moldeado sobre vidrios ópticos, las lentes asféricas moldeadas con vidrios especiales, hasta las más sofisticadas y de calidad más referencial, como las utilizadas por Leica y Zeiss (elementos con superficies asféricas fabricadas por medio de moldeado especial de precisión utilizado especialmente para objetivos angulares, mientras que para ópticas standard de 50 mm y teles se opta mayormente por máquinas CNC estado del arte manejadas por operarios con enorme experiencia y conocimiento de años, que tallan y pulen los elementos asféricos con gran precisión, usando los vidrios ópticos más caros y con una muy alta tasa de elementos ópticos que son descartados ante la mínima imperfección por pequeña que sea).

Pero también pueden diseñarse y fabricarse objetivos extraordinarios que carezcan de elementos asféricos y que sólo incluyan elementos esféricos.
De hecho, ha habido referentes históricos en dicho ámbito durante muchos años, como el Elmarit-M 90 mm f/2.8 (1990-2008) no asférico de 4 elementos en 4 grupos o el fabuloso Olympus OM-Zuiko Auto-Makro 90 mm f/2 no asférico de 9 elementos en 9 grupos, una de las cimas diacrónicas en teleobjetivos medios en toda la historia de la fotografía, al igual que el excelente Takumar SMC 85 mm f/1.8 en montura M42 (1972-1974) de 6 elementos en 6 grupos, con encomiable equilibrio entre poder de resolución, nitidez, contraste y un bellísimo bokeh.

Porque una cosa es el potencial de un objetivo y otra distinta las condiciones de trabajo en fotografía real, ámbito en el que influyen muchos factores.

Y parece que Cosina Voigtländer ha hecho un gran esfuerzo para reducir al máximo posible el peso de este Voigtländer Apo-Skopar 90 mm f/2.8 VM, porque 250 gramos son muy pocos gramos en comparación con los casi 400 gramos del Elmarit-M 90 mm f/2.8 y los 344 gramos del Summarit-M 90 mm f/2.5, ya que además los objetivos de 90 mm están al límite de la precisión efectiva del sistema telemétrico de la mayoría de cámaras Leica M, mayormente con magnificación de visor 0.72x, con la única excepción de la Leica M3, dotada con un extraordinario visor 0.92x que mejora notablemente la precisión con objetivos de 50 mm, 75 mm, 90 mm y 135 mm, por lo que cuanto más contenidas sean las dimensiones y el peso de un objetivo de 90 mm para una Leica M, mayor será la comodidad de disparo a pulso y la posibilidad de obtener un enfoque preciso, ya que además, como bien dice Valentín, el tamaño muy pequeño del objetivo para su longitud focal y luminosidad hará que apenas interfiera con el marco luminoso de las Leicas M, más pequeño para ópticas de 90 mm.

José Manuel Serrano Esparza
elrectanguloenlamano ha dicho que…
Hirofumi Kobayashi tiene una tremenda pasión por las soberbias ópticas fotográficas de enfoque manual, sentimiento que fue todavía más potenciado desde que conoció al mítico y tristemente fallecido Tom Abrahamsson, fotógrafo de blanco y negro con Leicas M e histórico experto de talla mundial en ópticas fotográficas) en Tokyo en 1997 y prepararon juntos la eclosión de las cámaras telemétricas de la saga Bessa R así como el diseño y fabricación de nuevos objetivos Cosina Voigtländer que no alcanzaban la uniformidad de rendimiento estratosférico en centro, bordes y esquinas de los objetivos de referencia Leica y Zeiss, pero sí una notable alto o sobresaliente calidad de imagen en el centro y más que aceptable en bordes y esquinas, en simbiosis con un bokeh las más veces excelente, un fantástico aspecto cosmético de los objetivos y una construcción mecánica muy cuidada, de gran precisión y que permitía su uso intensivo durante décadas funcionando perfectamente.

El carácter visionario de Tom Abrahamsson (que anticipó a principios de los años noventa el gran rendimiento que tendrían en futuras cámaras fotográficas digitales con video full hd y 4K los objetivos de enfoque manual Cosina Voigtländer que tenía in mente de modo embrionario) influyó enormemente en Hirofumi Kobayashi, que siguió su consejo de producir con frecuencia dos líneas de objetivos : unos optimizados para blanco y negro (como el Nokton f/1.4 S. C, con estética de imagen vintage y la obtención de un gran nivel de detalle en sombras) y otros para color (como el Nokton 35 mm f/1.4 MC con muy alto contraste y look moderno).

Hirofumi Kobayashi lleva ya un cuarto de siglo de carretera corrida en el diseño y fabricación de estos muy especiales objetivos Cosina Voigtländer de enfoque manual, muy útiles tanto para fotografía como para video, gracias a su sedosa helicoidal de enfoque que permite una gran precisión del mismo.

Es un infatigable estudioso de los objetivos fotográficos de distintas épocas, tiene todos los esquemas ópticos en su prodigiosa cabeza y es capaz de buscar y encontrar soluciones nada convencionales pero sí muy eficaces para conseguir con sus ópticas Cosina Voigtländer los resultados que quiere, con unos objetivos que tradicionalmente no han priorizado el uso de elementos asféricos, sino la sabia elección de los vidrios ópticos utilizados y las combinaciones entre ellos, un impecable centrado y una corrección verdaderamente apocromática de algunos de sus objetivos de mayor nivel, como este recién presentado que parece claramente creado para obtener los mejores resultados posibles con las cámaras telemétricas digitales Leica M10, Leica SL2 con adaptador y las mejores cámaras Sony mirrorless profesionales, también mediante adaptador.

Y es posible que este nuevo objetivo Voigtländer Apo-Skopar 90 mm f/2.8 VM se convierta desde el mismo momento de su aparición en el nuevo referente en calidad de imagen entre las ópticas 90 mm f/2.8 para montura Leica M.


José Manuel Serrano Esparza

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