Bien, ya estamos en el siguiente nivel. Hemos llegado al próximo desafío y hemos dejado atrás eso de que la fotografía miente (¿acaso no mentía cuando se inventó?), las imágenes retocadas, las generadas en un ordenador o los premios a fotografías manipuladas e incluso recreadas a través de programas informáticos. Todo esto es presente, pero también pasado porque ya ha sucedido. Ahora nos enfrentamos a un nuevo reto y tendremos que volver a programar nuestras mentes. Lo mismo que lleva haciendo la humanidad desde el comienzo de los tiempos.
© Valentín Sama |
Ahora, de nuevo, la tecnología da otro giro de tuerca (o unos cuantos de golpe) y nos vuelve a enfrentar a las viejas preguntas de siempre. Esto significa, por fortuna, que sigue viva y que los fotógrafos todavía tenemos cosas que decir porque la fotografía está al servicio de las personas, como toda herramienta fabricada por el ser humano. Su devenir depende del uso que se le da en cada momento. La creación y utilización de imágenes ha ido cambiando de significado y de objetivos a lo largo de la historia en función de los avances técnicos y de las necesidades de cada sociedad. Su futuro, por tanto, depende de lo que busquemos en ellas, con ellas y a través de ellas.
© Óscar de Miguel |
En su papel de herramienta para retratar el mundo (el físico y el imaginario, el visible y el invisible) es lógico que la fotografía continúe ahondando en su naturaleza más profunda: la distancia existente –a veces ínfima, a veces inabarcable– entre realidad y ficción, entre simulacro e imagen, entre memoria y verdad, entre subjetividad y esencia.
Y precisamente porque nos seguimos haciendo las mismas preguntas, la fotografía –al margen de como la llamemos en el futuro– seguirá interponiéndose entre el mundo y nosotros.
Fernando Puche lleva casi cuarenta años haciendo fotos y casi veinticinco escribiendo sobre fotografía. Una cosa llevó a la otra y ambas a publicar libros. Seguramente son excusas para tener la cabeza ocupada, intentar ser mejor fotógrafo y escribir cosas que puedan interesar a los demás. Excusas para seguir experimentando la fotografía.
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