Un fotógrafo es una persona normal. Que vive, que piensa. Que tiene opinión sobre las cosas y se relaciona con la realidad de manera particular en función de sus pensamientos y opiniones. Además, como toda persona normal, tiende a etiquetar sus experiencias, así como las cosas que le rodean. Algunas le parecerán una maravilla, otras una castaña. Habrá objetos que le fascinen, otros a los que apenas prestará atención. En este sentido, el fotógrafo se comporta igual que cualquier otra persona: vive una vida repleta de estímulos y para cada uno de ellos tendrá opiniones y respuestas que serán importantes porque le acercarán o alejarán de esas mismas realidades. A su vez, esto determina en qué medida expresa esa afinidad o esa antipatía. Todo lo que haces expresa algo. Incluso sin hablar estamos expresándonos de manera constante. Con la boca, con el cuerpo, con la mirada. Creo que, después del verbo sentir, este es la acción más trascendente para un fotógrafo. Expresar. Una pers...
Un espacio de Valentín Sama, sobre Fotografía. Desde 2004