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Kine Exakta: la pionera primera réflex monocular para película de 35 mm

He tenido ocasión de comprobarlo con motivo de múltiples charlas, cursos y presentaciones: casi nadie –hoy  día– ha oído hablar nunca de las cámaras Exakta

Kina Exakta, de Ihagee, 1935. La primera SLR para película de 35 mm © Valentín Sama

Y sin embargo, todas las cámaras réflex monoculares o SLR que han empleado y emplean ahora los fotógrafos, sean analógicas o digitales, se derivan de la idea original de la Exakta –o más precisamente de la «Kine Exakta»– la primera réflex monocular para película de 35 mm –«de cine» (Kine)– de la historia.

Ihagee Plan Paff Reflex. Una réflex de 1921 para el formato medio de 6 x 4.5 cm © Valentín Sama

Ya he hablado con anterioridad  acerca del hecho de que mucho antes de que existiesen las cámaras SLR para 35 mm, se diseñaron y comercializaron cámaras de esa clase en formatos medios y grandes (arriba); las de 35 mm llegaron después y más concretamente en la feria de primavera de la ciudad germana de Leipzig, en 1936.

Sello conmemorativo del lanzamiento de la Kine Exakta © Valentín Sama

La firma Ihagee ( Industrie und Handels Gesellschaft) había producido ya numerosos modelos de cámara, y desde 1932 venía ofreciendo unas SLR para formato medio –6 x 4 cm– sobre rollos 127, las Exakta VP, consideradas compactas para la época (1). De hecho, la Kine Exakta se desarrolla desde 1932, en paralelo con las Exakta VP y a condición –la única impuesta al ingeniero Nüchterlein por Steenbergen, su jefe y fundador de la firma Ihagee– de que «su desarrollo no retrasase el de las VP».

Las réflex monoculares para formato medio Exakta VP de 1932 fueron las primeras cámaras en incorporar sincronización para flash, con contactos todavía no normalizados © Valentín Sama

Entre los muchos adelantos de la firma Ihagee figura el de  haber ofrecido por primera vez, en esas Ekakta VP, la sincronización para flash, una de las muchas prestaciones que  hoy «damos por hechas» en nuestras cámaras.

Pero a la hora de  diseñar  cámaras  réflex por aquella época, se daba una situación que resultaba un tanto dramática: todavía no se habían desarrollado el pentaprisma, y por tanto, para enfocar en una cámara réflex, se debía recurrir a un vidrio esmerilado del mismo tamaño aproximadamente que el formato de la película, ayudados si acaso por una lupa escamoteable.

Por tanto, existía una limitación en cuanto al menor tamaño de fotograma para el que podía diseñarse una SLR y el 6 x 4 cm de las Exakta VP (2) parecía marcar la línea roja.

Fábrica de Ihagee en Dresden, en el año 2.000, donde se producían las Exakta, con la emblemática «Pentacon Tower». Restaurada, en la actualidad es Museo de la Tecnología © Valentin Sama

Fachada posterior de la fábrica en una imagen del mismo año. Sobre las paredes, numerosos vestigios de la DDR. La mayor parte –afortunadamente– se conservan tras la restauración. Entre ellos la inscripción «Nuestro trabajo está al servicio de la Paz!» © Valentín Sama

Por otra parte, desde 1925, las Leica, que empleaban película de 35 mm de doble perforación, «para cine», habían demostrado todo lo que podía hacer con ese formato «Barnack» de 24 x 36 mm (3) gracias a su portabilidad y rapidez de operación, amén de los aproximadamente 36 fotogramas que se podían realizar por cada carga de película. Sin embargo, esas Leica, de simple visor o como mucho con telémetro acoplado, no podían ofrecer la precisión de encuadre que sí podía alcanzarse mediante las cámaras réflex, debido especialmente al error de paralaje.

Ello las hacía casi inservibles para fotografía científica –microscopios, macro etc.– así como para usarse con focales de 135 mm –a duras penas – o superiores. En Ihagee se llegó a las conclusión que debían a toda costa aunar su conocimiento del mundo réflex a través de sus VP, con la versatilidad de la película de 35 mm y el pequeño formato Barnack de 24 x 36 mm. Había un factor positivo adicional: la firma Agfa Wolfen había lanzado ya película de 35 mm cargada en chasis y no resultaba ya obligatorio cargar los chasis, al estilo de las Leica o Contax en la oscuridad, a partir de latas de película para cine de 35 mm.

Antes de la existencia de la película de 35 mm bobinada de fabrica en chasis comerciales (izquierda), los usuarios debían cargarla en la oscuridad en chasis específicos de cada marca de cámara. A la derecha uno de Leica © Valentín Sama

El bloque óptico de Nüchterlein, arriba, comparado con una pantalla de enfoque normal © Valentín Sama

En la imagen, la aparentemente sencilla, pero genial creación de Karl Nüchterlein que hizo posibles las réflex monoculares tal como las utilizamos hoy, incluyendo las digitales: un grueso bloque de vidrio óptico tallado en forma de lupa y con un muy fino esmerilado tallado directamente en la base del mismo. Con ello, no solo se aumenta el tamaño de la imagen reenviada por el espejo, sino que por un lado se hace sin pérdida de transmisión de luz entre un esmerilado y la lupa sino que por otro lado, debido a su grosor la imagen «se acerca» ópticamente hacia la mirada del fotógrafo. Los laterales van pintados en negro mate para evitar tanto pérdidas de luz como entrada de luz parásita y la pieza va en el interior del visor de capuchón. Recordemos una vez más, que en esas fechas todavía no se habían incorporado los pentaprisma a los recursos ópticos de diseño y producción.



Karl Nüchterlein


Karl Nüchterlein

Y el responsable del logro fue principalmente el ingeniero Carl Nüchterlein –con el apoyo de Johan Steenbergen, creador de la firma, y en contra del parecer del resto del grupo directivo– al desarrollar un elemento clave para el sistema de visión réflex: una combinación de vidrio esmerilado y lupa de alto grosor en una sola pieza, que permitía ofrecer una imagen suficientemente grande y brillante como para ser de utilidad para enfocar y encuadrar.

La patente esquematizada, del 13 de noviembre de 1934. La clave está en el grosor –parámetro C– que hace que el foco de la gruesa lente convergente coincida con el plano de la superficie «a», esmerilada

Había nacido la Ihagee Kine Exakta, la primera réflex monocular para película estándar de 35 mm. (5) Cuando se lanzó la Kine Exakta, apareció acompañada de una amplia gama de ópticas de focales comprendidas entre los teleobjetivos de 500 mm y el angular de 40 mm incluyendo luminosidades de f/1,9 y f/1,5. En este artículo me extiendo sobre la razón de esa focal de 40 mm como la más corta como modesto angular disponible en ese momento.

Este primer modelo Kina Exakta, llevaba una lupa circular 4X, abatible  sobre la pantalla, para poder enfocar con mayor precisión, así como  visor de capuchón fijo. Posteriormente, en 1950, la Exakta evolucionó hacia los visores y pantallas de enfoque intercambiables con el modelo Varex, incluyendo los de pentaprisma, y los especializados para aplicaciones científicas.  

© Valentín Sama

Arriba, la Kine Exakta en posición de disparo. La lupa circular se puede abatir para realizar un enfoque de más precisión. Con ello también dispondremos de un «visor deportivo», para sujetos en movimiento. Cerrar el visor de capuchón hace que se bloquee automáticamente el disparador, a efectos de evitar disparos accidentales, ya que… la película era cara.

Pero vamos a examinar con detalle todo lo que ofrecía la Kine Exakta, la precursora de todas las SLR y naturalmente las DSLR.

Como era de rigor en 1936, la Kine Exakta era de funcionamiento enteramente mecánico y muy próxima en ese sentido a un auténtico mecanismo de relojería.

Detalle del conjunto de selector de tiempos de obturación, cuentafotos, palanca de arrastre y armado del obturador y el espejo, así como mando para desembrague del arrastre, para el rebobinado. © Valentín Sama

El obturador planofocal de seda engomada, de recorrido horizontal, a través del dial a la izquierda del visor de capuchón, ofrece tiempos de 1/1.000, 1/500, 1/250, 1/150, 1/100, y 1/50 de segundo, además de posiciones «B» y «Z». En «B» (Bulb), al igual que ahora, el obturador permanece abierto mientras mantenemos la presión sobre el disparador y en «Z» (Zeit = Tiempo) se ofrece la equivalencia a «T», esto es, el obturador se abre tras la primera presión sobre el botón disparador y queda abierto, hasta una segunda. No hay que temer descarga de batería o calentamiento del sensor…

Pero tanto la posición B como la Z nos ofrecen mucho más…

Dial para tiempos largos y de retardo del disparo © Valentín Sama

A la derecha del visor tenemos una gran rueda moleteada. Ésta es susceptible de ser girada en sentido horario, lo que veremos que se produce con la resistencia y sonido típicos de un mecanismo cargado a «cuerda» o a «resorte»; igual que un reloj clásico.

Sobre ese dial tenemos grabadas dos escalas. Una de ellas, en negro, nos ofrece valores de 1/10, 1/2, 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 11 y 12.

¿Lo adivinaron? Sí: son tiempos de obturación de 1/10 de segundo a 12 segundos completos, también por mecanismo de relojería. El funcionamiento, una vez asimilado es bastante sencillo: obtendremos cualquiera de esos tiempos adicionales de obturación si tanto en «B» como en «Z»,  damos «cuerda» a ese segundo dial y elegimos el tiempo deseado levantando el aro externo del dial y ajustando el valor deseado.

Resulta casi música para el oído de los amantes de la mecánica ver funcionar ese mecanismo de relojería y decimos «ver» porque el zumbido va acompañado del giro en sentido antihorario del dial citado, de la parte derecha.

¿Y la escala de color rojo, nos preguntarán los menos pacientes? Bien, pues esos son los valores en los que se combinan tiempos largos, pero con retardo del estilo de un autodisparador, que se ofrecen valores para 1/10, 3/4, 1,5, 2, 3, 5 y 6 segundos. Esto ejerce una función de «cierre de espejo», pues al iniciarse la carrera del autodisparo, lo primero que se hace es subir –parcialmente– el espejo reduciendo vibraciones.

El espejo de retorno instantáneo llegaría a las réflex muchos años después y así en la Kine Exakta el espejo baja al avanzar el fotograma mediante la palanca situada a la izquierda, la misma posición «para zurdos» que el disparador.

Hay un detalle que muy pocos conocen y es que en las Exakta pueden hacerse múltiples exposiciones a voluntad, ya que se puede armar el obturador de forma independiente al avance de la película, rotando para ello el selector de tiempos de exposición en el sentido de la flecha hasta alcanzar un claro «clic».

© Valentín Sama 

Otro detalle de las inefables Exakta es que están dotadas de una cuchilla interna para el corte de la película en el momento en que el fotógrafo lo decida. La película era cara o valiosa, según se quiera ver y no era cuestión de derrochar un rollo para revelar unos pocos fotogramas. Este dispositivo adquirió lógica 100% en modelos siguientes de las Exakta, cuando en lugar de sustituir la bobina receptora de película por un chasis accesorio opcional y especial, se podía «enganchar un chasis vacío de película de 35 mm. De esa forma se podía interrumpir un rollo, de forma más económica sin necesidad de cuarto oscuro.

Primero se desenroscaba la rueda moleteada y ello permitía bajar el eje y por tanto la cuchilla para el corte de la película en cualquier punto del rollo. Naturalmente sin abrir la cámara. Por cierto: aún hoy en día la cuchilla corta como un diablo y no es cosa de broma manejarla descuidadamente, 

© Valentín Sama


© Valentín Sama

A la izquierda pueden observarse los contactos para flash que todavía no se habían normalizado. Tal como he avanzado, las Exakta VP fueron las primeras en ofrecer sincronización para flash.

La Kine Exakta incorporaba ya la sincronización para flash inaugurada enesas Exakta VP, y todavía faltaban unos años para que se normalizase el zócalo coaxial para cable tal como lo conocemos ahora: en la Kine Exakta los contactos doblaban su función como soporte del flash en si mismo.

Por sus virtudes, las Exakta se convirtieron en las cámaras imprescindibles para fotografía de deportes (con objetivos de focal larga), para macrofotografía, para fotografía científica y fotografía en general. A ello ayudó no solo su carácter réflex y el uso de la práctica película de 35 mm, sino también que desde el momento de su presentación se ofreció «un sistema», con tubos de extensión, adaptador para microscopios y telescopios, filtros, parasoles y reproductores de negativos.

© Valentín Sama

Carl Zeiss Tessar: cuatro lentes en tres grupos era considerado en general el límite de superficies para un objetivo sin revestimientos antirreflejos © Creative Commons

Uno de los objetivos ofrecidos como estándar con la Kine Exakta era el Carl Zeiss Tessar 5 cm f/2,8 (arriba). Es sin revestir, ya que en 1936 muy pocos objetivos lo eran, y su diafragma de 14 palas forma un círculo perfecto a todos los valores de abertura. Y eso que todavía no se había incorporado a la jerga fotográfica el término japonés «bokeh».  La bayoneta Exakta es para la que un numero mayor de referencias distintas de objetivos se han fabricado jamás.

Una primera versión de la bayoneta. Posteriormente se añadieron anclajes externos para grandes y pesados teleobjetivos © Valentín Sama

Nikkor-Q C 135 mm f/3.5 en montura para Exakta, montado sobre una Varex IIa: una extraordinaria rareza. Desde 1950, Las Exakta, con el modelo Varex, ofrecieron ya la opción de visor de pentaprisma, conservando la intercambiabilidad por el visor de capuchón y otros de carácter especializado. © Valentín Sama

De ahí que no hubiese fabricante que se pudiese permitir el lujo de no ofrecer sus objetivos en montura para Exakta, desde la «A» de Angenieux, hasta la «Z» de Zunov y Carl Zeiss, pasando por la «N» de Nikon.  Aproximadamente 70 fabricantes diferentes crearon más de 2.000 referencias distintas de objetivos para la Exakta. En ese sentido puede afirmarse que es la única marca o montura que ha superado esa cifra. La misma montura de bayoneta fue adoptada por Topcon, que la dotó de mecanismo de automatismo de diafragma, conservando la compatibilidad.

Como es lógico, fueron firmas germanas tales como Carl Zeiss y Meyer las primeras en crear ópticas para las Exakta.

En numerosas ocasiones volveré a referirme a las Exakta, bien por objetivos, bien por accesorios, quizá en relación a fotógrafos o fotografías históricamente famosas.

Y por supuesto, la Exakta ha aparecido en numerosas películas, tales como «El Ojo Público», «La lista de Shindler», y por supuesto, casi como protagonista principal, en «La Ventana Indiscreta» («Rear Window»).

En la Kine Exakta, el dorso se separaba por completo, algo muy común en la época © Valentín Sama

Tras muchos avatares, las Exakta dejaron de fabricarse en esta configuración hacia 1970, con la «Elbaflex VX 2000», si bien existieron cámaras bajo el nombre de Exakta que eran clones de cámaras Praktica (DDR) o japonesas con montura Exakta / Topcon. Finalmente, la marca sucumbió a la invasión de las cámaras japonesas –más baratas y más puestas al día– y las disensiones internas entre los propietarios y los derechos sobre la marca.

En la Elbaflex, el visor de capuchón era también intercambiable con los de pentaprisma y especiales © Valentín Sama

Pero insisto: las Exakta marcaron el camino de las SLR para 35 mm y con ello para las DSLR y fueron dominantes durante muchas décadas. Y una cosa parece ser segura: la montura Exakta es aquella para al que mayor número de referencias distintas de objetivos se han fabricado nunca.

¡Ah, por cierto! Y una Exacta no es exactamente una Exakta... ¿o quizá sí? Ya os hablaré de ello.

Fotografiando con un Carl Zeiss Tessar 5 cm f/2,8 de 1935

Elaborado en sólido latón cromado, el objetivo original de mi Kine Exakta estaba destinado al mercado norteamericano, ya que su escala de distancias de enfoque viene exclusivamente en «pies». Sus dimensiones son de Ø 46,76 mm x 29,62 mm hasta el plano de la montura –como se puede apreciar, muy compacto– para un peso de 190,5 gramos. Su diafragma, tal como he avanzado, goza de 14 palas y abertura enteramente circular, y cierra hasta f/22, sin «clics». Dispone de una escala de indicación de profundidad de campo, para todos y cada uno de los valores, desde f/2,8 a f/22.

© Valentín Sama

La combinación del fuerte brillo del cromo, con lo poco destacado de los grabados, hace difícil el ajuste de los valores de diafragma así como la evaluación de la comentada profundidad de campo. También es muy probable que se deba a la combinación de edades: la de la pintura de los grabados ¡y... la del autor!

El enfoque se mantiene suave y sin juegos tras 87 años desde la producción del objetivo, y es en la distancia mínima del mismo donde encuentro la única pega, es que se queda en muy poco menos de 2,6 pies, el equivalente a algo menos de 80 cm: algo un tanto justo para determinadas tomas. Vamos a ver algunas imágenes.

Carl Zeiss Tessar 5 cm f/2,8 a la distancia mínima de enfoque y a f/2,8...

¡Atención al bokeh! Ambas, © Valentín Sama

Carl Zeiss Tessar 5 cm f/2,8 a f/11 © Valentín Sama

Carl Zeiss Tessar 5 cm f/2,8 a f/11 © Valentín Sama


Carl Zeiss Tessar 5 cm f/2,8 a f/16 © Valentín Sama

Carl Zeiss Tessar 5 cm f/2,8 a f/11 y a la distancia mínima de enfoque © Valentín Sama

Detalle de la anterior

Carl Zeiss Tessar 5 cm f/2,8 a f/2,8 y a la distancia mínima de enfoque, que para esta clase de sujeto se me hace escasa © Valentín Sama

Carl Zeiss Tessar 5 cm f/2,8 a f/2,8 y a la distancia mínima de enfoque © Valentín Sama

Carl Zeiss Tessar 5 cm f/2,8 a f/2,8 © Valentín Sama

Carl Zeiss Tessar 5 cm f/2,8 a f/22 © Valentín Sama

Kilfitt Makro-Kilar 4 cm f/3.5 a f/8. Otro esquema Tessar de 4 lentes en tres grupos
Sí... la Exakta fue también pionera en disponer de los primeros objetivos «macro» de la historia: los Makro-Kilar de Kilfitt, en este caso fabricados nada menos que en Vaduz, Liechtenstein.  © Valentín Sama

Makro-Kilar 4 cm f/3.5 a f8 © Valentín Sama

Makro-Kilar 4 cm f/3.5 a f/8 © Valentín Sama

Makro-Kilar 4 cm f/3.5 a f/8 La focal de 4 cm lo hace muy versátil para todo tipo de situaciones, no sólo de aproximación © Valentín Sama

Conclusiones

La Kine Exakta es una cámara de una importancia histórica extraordinaria por haber abierto el camino al concepto de la cámara réflex monoculares para 35 mm (SLR) incluyendo sus evoluciones digitales posteriores (DSLR. Además, hasta la llegada a Occidente de las primeras SLR japonesas, hacia 1950, las Exakta, ya desde los modelos Varex con visores intercambiables, fueron dominantes en casi todos los terrenos, incluyendo los científicos.

En la práctica actual, la Kine Exakta de lupa circular, no resulta fácil de manejar debido a su sistema fijo de visor de capuchón al nivel de cintura, si bien nos ofrece el placer de utilizar un aparato absolutamente pionero, que es una sinfonía de sonidos mecánicos de relojería. En lo que respecta a su óptica estándar original, un Tessar 4/3, la verdad es que me ha sorprendido su rendimiento a pesar de que ninguna de esas cuatro lentes está revestida contra los reflejos. El bokeh es circular, las sombras, aún profundas, quedan llenas de detalle, el color es limpio y el «flare» es mínimo. 

El modelo Kine Exakta original, con su lupa redonda, o «Pre War», es difícil de encontrar en sí, y más aún en buen estado de funcionamiento. (6)

Nota: este artículo es una reedición actualizada del publicado originalmente en Albedo y se publica con permiso del medio.

Adicionalmente, incorpora algunas imágenes empleadas originalmente en el artículo, también de mi autoría, publicado en la entonces nuestra revista FV

Nota: Por razones técnicas, los eventuales comentarios no deben superar los 3.000 caracteres.


(1) VP viene al parecer de «Vest Pocket» o «bolsillo de chaleco», aunque con su peso de 845 gramos...

(2) Sobre rollos 127

(3) Formato original Leica, mal llamado hoy día «full frame»

(4) Unas semanas después se presentó la «Sport» una SLR soviética, que no tuvo evolución, debido en gran parte a la enorme superioridad tecnológica de la industria fotográfica germana.

(5) La Contax S de Zeiss Ikon y la Rectaflex (Italia) fueron –en 1949–  las primeras en utilizar pentaprisma incorporado. Desde 1950, Las Exakta, con el modelo Varex, ya ofrecieron la opción de visor de pentaprisma, conservando la intercambiabilidad por el visor de capuchón y otros de carácter especializado.

(6) Producida entre 1936 t 1943, la numeración aproximada estimada sería entre los números 472.000 y 613.000 siendo la más antigua conocida la 481.816 y la más «reciente» la 612.218. Una numeración posterior a 613.000 debería hacernos desconfiar, y pensar que podría haber sido montada a partir de una mezcla de piezas «canibalizadas».




Comentarios

alberto ha dicho que…
(3) Formato original Leica, mal llamado hoy día «full frame»

Muy interesante artículo, para adentrase en el mundo Exakta y, como complemento de los otros que he visto en su blog. No obstante y sin intención de polemizar, a mi me gusta más utilizar la denominación de los franceses: simplemente 24-36. Lo veo más lógico y justo. Posiblemente Leica haya patentado el formato -24x36-, aunque ya existían cámaras que lo usaban antes de Leica. Un Saldo.
Juan Carlos Giménez ha dicho que…
Buenas tardes, Valentín.

Disfruto de los completos artículos que nos brinda sobre fotografía de película, y particularmente en este caso sobre la que fue la primera cámara réflex monocular de 35 mm (que yo sí conocía, Valentín, desde hace muchos años, aunque nunca haya tenido el placer de añadirla a mi humilde colección) y los adelantos técnicos que supuso en su época.

Debo reconocer que desconocía totalmente dos aspectos que usted menciona en este artículo y que otorgan una mayor importancia a esta joya mecánica a la que tanto debe la evolución lógica de las marcas alemanas y japonesas: el primero, que la Kine Exacta fuera pionera en la sincronización con el flash externo (una cualidad muy importante para la época).
El segundo, que ha llamado poderosamente mi atención, la disposición de 70 fabricantes de ópticas distintos para ofrecer 2000 referencias compatibles con ese modelo de cámara fotográfica, impensable hoy día respecto a cualquier modelo vigente; ello demuestra la importancia de la Exacta en aquella época y la visión "de futuro" que esos fabricantes otorgaron a la marca y modelo en cuestión.

Y para terminar, decir que siempre me ha gustado la referencia a la precisión mecánica "de relojería" que usted menciona con frecuencia y yo siempre he disfrutado con su sonido. Una precisión perdida para siempre en los avatares de la electrónica y sus circuitos.

Reciba un cordial saludo. Atentamente:

Juan Carlos Giménez Bixquert
Valentín Sama ha dicho que…
Efectivamente: yo llegué a contar –creo recordar– hasta 14 cámaras o «inventos» que usaron ese formato antes de la Leica, pero no se produjeron en grandes series.

Lo de 24-36 suena bien, pero creo que también se puede confundir con «24 menos 36» y habría que ver cómo lo maneja el traductor de Google.

Lo que sí me gusta mucho de la lengua francesa es lo de «photographie numérique».

Gracias por el comentario y saludos

Valentín
YO ha dicho que…
Buenas Noches Valentín.
Delicioso artículo que actualiza y amplia el escrito para FV.
Con las cámaras mecánicas siempre tienes la sensación de que el ruido que ejercen las ruedas y los engranajes al girar, es el inicio de que algo pasará.
Se une la música de los engranajes, el deslizamiento de la cortinilla, el golpeteo del espejo y la reverberación del sónido. Música para los oídos.
Pienso en una Pentacon Six disparada a 1 seg.
Para mi tiene una sensación especial la obtención de una foto con una camará mecánica.
Espero que las nuevas generaciones sepan valorar que hay más cosas, que unicamente la captación de una imagen.
Que disfrutes del fin de semana

Luis

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