Narciso es el nombre del protagonista de una leyenda griega. Se trata de un chico muy atractivo que enamora a todas las mujeres, pero a las cuales rechaza. Después de negarse a aceptar el amor de una ninfa, la diosa Némesis castiga su engreimiento haciendo que Narciso se enamore de su propia imagen. Debido a ello, se arroja a las aguas de un estanque intentando abrazar su propio reflejo. La leyenda termina relatando que en el lugar donde se ahogó Narciso creció una bella flor que desde entonces lleva su nombre.
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© Fernando Puche |
Todas las personas que nos dedicamos a la fotografía llevamos un Narciso dentro. Es fácil identificarlo. Se le puede ver sobre todo en inauguraciones, premios, conferencias o concursos. Su visibilidad depende mucho de quien protagoniza la exposición, de quien imparte el taller o recibe la beca. Parece ser que no hay nada más normal que pensar en uno mismo, y aun así deberíamos tener cuidado de no enamorarnos demasiado de esa imagen que nos devuelve el espejo.
Abecedario fotográfico para tiempos líquidos: «A», de Afecto / «B», de Barrera / «C», de Concepto / «D», de Deseo / «E», de Evolucionar / «F», de Fracaso / «G», de Guiar / «H», de Herencia / «I», de Implicación / «J», de Juicio / «K» de Kilo / «L» de Lugar / «M», de Memoria /
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