Dicen que lo que percibimos no es la realidad, sino «nuestra» realidad. En definitiva, una apariencia del mundo. Es real, pero tremendamente subjetiva. Esto resulta algo muy positivo para la fotografía, pues significa que cada persona alcanza a ver un trozo de realidad que quizá no coincida con la percibida por otras muchas personas.
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© Fernando Puche |
Gracias a ello hay fotografías que nos sorprenden, que nos interpelan, que nos abruman, que nos asombran o que nos dejan indiferentes. Porque siempre, por fortuna, habrá quienes vean a su alrededor aspectos de los cuales nunca seremos conscientes, ni siquiera viviendo en el mismo lugar en las mismas fechas. Fotografiar es proyectarse en el mundo y atrapar esa experiencia para que puedan vivirla, a su manera, otros. Es un pedazo de tu ser lanzado a la multitud.
Abecedario fotográfico para tiempos líquidos: «A», de Afecto / «B», de Barrera / «C», de Concepto / «D», de Deseo / «E», de Evolucionar / «F», de Fracaso / «G», de Guiar / «H», de Herencia / «I», de Implicación / «J», de Juicio / «K» de Kilo / «L» de Lugar / «M», de Memoria / «N», de Narciso / »Ñ», de Ñora / «O», de Ostracismo / «P», de Pregunta / «Q», de Quimera / «R», de Revisión /
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