En la prueba técnica, la más reciente óptica de la OM-SYSTEM, la firma heredera del legado de Olympus, el M.Zuiko Digital ED 20 mm f/1.4 PRO, arrojó resultados soberbios en los apartados de resolución, viñeteo, y distorsión, y muy buenos a excelentes en aberraciones cromáticas. A continuación, vamos a ver cómo ha rendido en la aplicación práctica, en «el campo».
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© Valentín Sama |
Y quizá, lo primero que habría que dilucidar es cuál es el campo de aplicación de esta óptica, equivalente a un 40 mm en formato Barnack (24 x 36 mm). ¿Es un objetivo estándar, o quizá es un objetivo de especialistas? Por un lado, es un estándar, pero por otro, su relativamente atípico ángulo de cobertura –entre un 35 mm y un 50 mm– y su alta luminosidad de f/1.4, unido a su sellado contra la intemperie (1), le aproxima al campo del especialista: quizá por eso, al sumar su favorable distancia mínima de enfoque, unido a su contenido peso y dimensiones, desde la firma se propone bajo el lema «listo para la aventura».
Pocos pretextos podemos encontrar para no montarlo en un cuerpo de cámara y salir a hacer fotos bajo un planteamiento casi olvidado en la era zoom: «una focal, un ángulo de toma y los pies son el zoom». Y eso es lo que he hecho durante unos días.
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© Valentín Sama |
Montado sobre una E-M5 Mark III podemos hacernos una idea de las dimensiones de la óptica: «ni grande ni pequeña, sino todo lo contrario». Una pareja ideal.
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Lado a lado con el 12-45 mm f/4 PRO, el nuevo 20 mm f/1.4 se nos antoja relativamente grande, pero... es que el zoom compacto –equivalente a un 24-90 mm en formato Barnack– ¡es muy pequeño! © Valentín Sama |
Una cosa puedo decir desde un punto de vista personal: para ser un objetivo AF telecéntrico, es pequeño y ligero. Puesto que en la mayor parte de las fotografías de producto el OM-SYSTEM ED 20 mm f/1.4 PRO aparece con el parasol acoplado, parece más largo de los 61,7 mm que mide. Por cierto: ya que hablamos del parasol...
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© Valentín Sama |
El parasol es el mismo –incluso con la idéntica referencia LH-61G– que el del objetivo M.Zuiko Digital ED 12-45 mm f/4 PRO. Curioso. Perfectamente intercambiables, claro, si bien el nuevo, a la izquierda, luce «OM SYSTEM», en lugar de «Olympus».
Algo que llama la atención en primera instancia, en las fotografías de producto, es el «triple aro» sobre el barrilete, un triple aro que no es tal, ya que se trata de una cuestión estética, siendo una pieza sin solución de continuidad. Algunos pudieron pensar que una de las supuestas «secciones» fuese un aro retráctil para el enfoque mecánico manual, pero no es así: el enfoque manual es sin fin, eléctrico, «by wire». Tampoco encontraremos sobre el barrilete el pulsador «Fn» que incorporan algunos «PRO»: Al parecer, compacidad manda.
Sobre el terreno
Manejar una óptica conociendo de antemano su
rendimiento óptico, representa una ventaja incuestionable.
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© Valentín Sama |
Así, podemos ver que el rendimiento óptimo es para los valores de f/4 y f/5.6, pero que podemos emplear esta óptica a su plena apertura de f/1.4 sin temor alguno... ¡muy buenas noticias!: si optamos por un objetivo que «abre» a f/1.4 es para poder usar ese ajuste, bien por las condiciones de luz, bien para alcanzar foco selectivo.
Por contraste, si deseamos alcanzar una muy alta profundidad de campo, podemos optar por f/8 con la misma tranquilidad de espíritu o incluso por f/11 llegado el caso.
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A f/1.4 © Valentín Sama |
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A f/8 © Valentín Sama
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A f/8. Recorte al 100% de la anterior. © Valentín Sama |
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A f/1.4. Todavía a distancias medias, se puede jugar bien con el foco selectivo. © Valentín Sama |
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A f/5. © Valentín Sama |
Las focales fijas, tienen inconvenientes si estás «mal-acostumbrado» a los objetivos zoom, y es que no puedes «entretenerte jugando» con las focales para obtener un encuadre determinado. Pero eso mismo se convierte en ventaja: ya sabes «lo que tienes» y ello, unido al rápido AF de este primer objetivo OM-SYSTEM, te permite captar instantes provocados por luces extremadamente fugaces.
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A f/6.3 © Valentín Sama |
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A f/1.4 © Valentín Sama |
La distancia mínima de enfoque de 25 cm es satisfactoria y –en combinación con la apertura máxima a f/1.4– permite alcanzar enfoques selectivos muy interesantes.
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A f/5 © Valentín Sama |
La focal de 20 mm –equivalente a un 40 mm en formato Barnack– proporciona perspectivas muy naturales: no «tan angular» como uno de los 17 mm disponibles (34 mm), ni tan «cerrada» como uno de los 25 mm (50 mm).
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A f/4 © Valentín Sama |
La alta luminosidad de este primer objetivo de OM-SYSTEM nos incita a explorar la «zona entre dos luces» (twilight), y ello debido a que sabemos –por el gráfico de rendimiento– que, por ejemplo a f/4, ya obtenemos la máxima calidad de imagen.
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A f/16 1/5 seg. «El meteorito» © Valentín Sama |
Puesto que parece ser que hay un cierto interés por lo que viene en llamarse «sunstars» he tratado de provocarlas (2), y he aquí una muestra: 18 rayos, tal como corresponde a un diafragma de 9 palas. Los revestimientos aguantan bien, y el «flare» inducido es mínimo.
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A f/4 © Valentín Sama |
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A f/4 © Valentín Sama |
Un mundo un tanto surrealista reflejado a través del modo «monocromo» del menú de cámara. El ángulo de toma de 57º y el valor de abertura de f/4 combinan bien –también para alcanzar suficiente profundidad de campo– (3) sin tener que subir más allá de ISO 3.200 a pesar de las pobres condiciones de luz.
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A f/1.4 © Valentín Sama |
Si lo que buscamos es todo lo contrario a las «sunstars», no nos sentiremos defraudados: los puntos luminosos fuera de foco se representan en su mayoría como discos limpios libres de aberraciones de «coma».
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A f/5.6 © Valentín Sama |
Entrada a un mundo maravilloso para alguien que quiso ser biólogo y acabo siendo... fotógrafo. El M.Zuiko Digital ED 20 mm f/1.4 PRO nos permite explotar su prácticamente nula distorsión, incluso sin intervención del firmware de la cámara.
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A f/5.6 © Valentín Sama |
De nuevo, la distancia mínima de enfoque de 25 mm hace que podamos explorar –con una sola óptica– temas muy variados, incluso en una misma localización.
Conclusiones
Este nuevo M.Zuiko Digital ED 20 mm f/1.4 PRO, podría avivar la interesante polémica «objetivos zoom vs objetivos en focales fijas», discusión que, aunque un tanto abatida, sigue de actualidad.
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© Valentín Sama |
A la izquierda, el objetivo zoom 12-45 mm f/4 ajustado a 20 mm de focal, y a la derecha, el nuevo 20 mm f/1.4. Ambos son equivalentes en ángulo de toma al OM-SYSTEM Zuiko Auto-S 40 mm f/2 «arropado» por los zoom. La imagen nos ofrece una idea de las dificultades de diseño para un zoom frente a una focal fija tres puntos más luminosa, y también de los diseños telecéntricos AF para sensores digitales frente a los diseños MF para material fílmico, más tolerante a las aberraciones cromáticas.
En la práctica, lo que debemos apreciar –y no resulta un ejercicio fácil tras la existencia de los zoom– es el placer de observar el mundo que nos rodea a través de un ángulo único, ligeros de equipaje, y con una óptica muy luminosa.
Bajo esa aproximación he probado la nueva óptica tanto sobre una Olympus E-M5 III como sobre una ya clásica Olympus PEN-F, y una pequeña muestra puede observarse a través de la galería de imágenes de más arriba.
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A f/1.4 © Valentín Sama |
En mi opinión, tal como anticipaban los datos de la prueba técnica, ls resultados no pueden ser más brillantes en lo que respecta a nitidez, color, ausencia de distorsión y aberraciones cromáticas... acompañado todo ello de mínimo viñeteo. Un AF rapidísimo, y la proverbial estabilización IBIS de las Olympus acompañan al valor de f/1.4 allí donde nos haga falta.
Por otro lado la curva de rendimiento , casi plana, nos deja elegir el valor de abertura de diafragma más adecuado para nuestros requerimientos de profundidad de campo o foco selectivo.
Lo que sí he podido observar es que el objetivo «se lleva mejor» con la E-M5 III (octubre 2019) que con la PEN-F (enero 2016), lo que no debería ser ninguna sorpresa, dado que la PEN-F, ya fuera de producción resulta un poquito «antigua» en relación a la gama actual de Olympus/OM-SYSTEM (4).
La diferencia se traduce en la respuesta del AF: sobre la E-M5 III es sorprendente por la rapidez y precisión aún con sujetos paupérrimamente iluminados, al tiempo que sobre la PEN-F, con esos mismos temas, se ha producido –raras veces, pero llamativo– un cierto «hunting» del AF. (5)
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© Valentín Sama |
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© Valentín Sama |
En suma una soberbia óptica, que –a pesar de ser un poco «rara» en la panoplia de Olympus/OM-SYSTEM– debería poder hacerse un hueco propio en la misma. Salvando las diferencias de concepto y constructivas, se trata de una óptica en cierta forma... «leicalike».
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A f/5 © Valentín Sama |
Ver:
presentación del OM-SYSTEM ED 20 mm f/1.4 PRO
NOTA: por razones técnicas, los comentarios no deben superar los 3.000 caracteres, incluyendo espacios.
1) El cuerpo de la PEN-F no es sellado contra la intemperie.
2) Los que nos iniciamos en fotografía hace unos 65 años, con las ópticas sin revestimientos, conservamos la «religión» de no provocar en los contraluces.
3) Se asume que, por ejemplo, a f/4 con un sistema MFT la profundidad de campo es aproximadamente igual a la alcanzada a f/8 con un sistema Barnack.
4) Opino que –en honor a los fieles usuarios de las PEN-F, desde OM-SYSTEM se debería ofrecer una actualización de firmware, que no tendría por qué cubrir los últimos super-zoom largos, pero sí este 20 mm f/1.4 y el 8-25 mm.
5) Esto es lo observado con mis unidades de cámara, dotadas de las más recientes actualizaciones de firmware disponibles. Otras unidades podrían mostrar comportamientos ligeramente diferentes.
Comentarios
Y digo «aproximadamente» porque para los cálculos de la profundidad de campo se emplea el concepto de «círculo de confusión» que es un valor que no es fijo en sí, y puede variar de un fabricante a otro.
Esto producía una cierta extrañeza, cuando –para la misma focal y formato– las escalas de profundidad de campo de, por ejemplo, Zeiss, no coincidían con las de otros fabricantes: eran más estrictas. No hay que olvidar que la profundidad de campo no es sino «una ensoñación» y pronto se le ven las costuras cuando ampliamos: el único plano 100% nítido es aquel sobre el que se ha enfocado.
Por eso, para los amantes del foco selectivo más extremo posible, Olympus ofrece tres referencias que abren a f/1.2, en focales de 17 mm, 25 mm y 45 mm.
Aunque son más grandes que las versiones f/1.8 y f/1.4, se mantienen todavía a tamaños (¡y precios!) inferiores a las que deben cubrir el formato Barnack. Ello tiene su lógica, pues las lentes pueden ser de menor diámetro para MFT (M4/3), y hay vidrios ópticos que cuestan decenas de miles de euros el Kg.
Y por lo general, ofrecen mayor rendimiento.
En mi opinión, lo de alcanzar la mínima profundidad de campo posible es una «moda»... aunque parece que dura. Hace unos años, al no haber autofoco, se buscaba más tolerancia de error, como margen de seguridad.
Bueno, cada sistema tiene sus ventajas en inconvenientes.
¡Saludos!